La Comarca de Calatayud
Archivo Bibliográfico - Enciclopedia - Directorio de Empresas - Páginas de Calatayud - Noticias - Foro

Inicio/ Enciclopedia/ Arquitectura

Páginas de Calatayud
GEOGRAFÍA E HISTORIA
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MONUMENTAL
LITERATURA
FERIAS, FIESTAS, TRADICIONES
ARTE Y ARTISTAS
BIOGRAFÍAS
TURISMO
ALOJAMIENTOS
VIAJES
ECONOMÍA
DATOS ESTADÍSTICOS
INDUSTRIA Y COMERCIO
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS SALUD
ENSEÑANZA
VARIOS

 
Búsqueda de información
Google
PUBLICIDAD

 DOMINICAS, convento de


El desaparecido convento de Dominicas,
obra de Gaspar de Villaverde
En 1611 fundó en Ariza don José de Palafox, un convento de religiosas dominicas, que más tarde (9 de noviembre de 1616) se trasladó a Calatayud a causa de las grandes dificultades que encontró para levantar su casa en Ariza. Era José de Palafox vicario general de Calatayud; su familia tuvo gran ascendencia en la ciudad y su comarca durante el siglo XVII; su hermano Juan, prior del Santo Sepulcro, construyó la fábrica del templo.

La comunidad se instaló de momento en el convento de San Antonio Abad, con la iglesia de San Pedro de Serranos, en la actual plaza de Joaquín Costa, amablemente cedido por la

ciudad que les acogió con un caluroso recibimiento. Fue la primera priora sor Bernardina de Palafox, que murió en 31 de diciembre de 1621.

José de Palafox compró terreno suficiente para levantar el nuevo edificio, convento e iglesia. Ya el 1 de junio de 1620 la comunidad se trasladó a su nueva casa, pero las obras del templo no acabaron hasta el 12 de mayo de 1625, según rezaba una lápida conmemorativa. Su fundador bendijo el templo, con la asistencia del teniente de justicia de Calatayud, Gonzalo Liñán por ausencia del justicia Francisco de Sayas. El fundador del convento fue elevado a la dignidad episcopal en la sede de Jaca, donde murió el 28 de diciembre de 1627, siendo trasladados sus restos al templo de este convento en 1632.

Sor Lorenza de Palafox, en 1648, mandó construir un sepulcro de mármol blanco y negro de Calatorao con estatua orate de alabastro, que hoy se conserva en el Museo de Arte Sacro, y de la que fue autor el escultor Francisco Franco.

Durante la guerra de la Independencia una columna francesa acuartelada en el convento, picó lápida del sepulcro manifestando así su odio al ilustre apellido del defensor de Zaragoza.

El convento, obra del arquitecto Gaspar de Villaverde,  tenía planta en forma de L, en cuyo vértice se hallaba el templo, lo más notable desde el punto de vista artístico. Suponía López Landa que la planta del convento estaba inacabada, ya que se había proyectado en forma cuadrangular, pero Vicente de la Fuente ya había apuntado que un de sus alas se destinaba a residencia de señoritas, mientras que la otra sería habitación de la comunidad, por lo que el proyecto se había concluido.

El templo era de planta central, circular, con dos pequeñas capillas laterales, a modo de exedras, y se cubría con cúpula sobre tambor y linterna. El presbiterio, de planta cuadrada y cubierto con bóveda de lunetos, rompía la armonía de la planta central, acentuando el eje longitudinal.

Del retablo mayor, dedicado a la Sagrada Familia, (que se conserva desmontado en el nuevo convento) tiene  interés la mazonería, del primer tercio del siglo XVII; en el presbiterio también se hallaba el mencionado sepulcro del fundador con estatua orante de medidos del siglo XVII.

En una de las capillitas laterales se encontraba colocada una talla en madera policromada de San Vicente Ferrer, muy barroca, del siglo XVIII, que procedía del también desaparecido convento de San Pedro Mártir.

En 1855 se trasladó al convento un altar procedente del convento de Agustinos, que se ubicaba en la plaza de La Correa, en el solar donde hoy se alza la Casa de Juventud. López Landa habla de una tabla de la escuela de Morales, representando a Cristo con la Cruz a cuestas, de la que existe una réplica en el Museo de Bellas Artes de Zaragoza, y que fue vendida por la comunidad religiosa, sin que se conozca su actual paradero.

A finales de los años setenta, pese a la oposición de la Comisión Provincial de Patrimonio, que obligó a dejar en pie una parte de la fachada principal, el convento fue derruido, para construir sobre el solar que ocupaba varios edificios de viviendas particulares. La comunidad de religiosas dominicas se trasladó a un edificio de nueva planta levantado en el paraje denominado Pinos de Ostáriz, en el Barrio de San Antonio de la ciudad bilbilitana.


Altas/ModificacionesContactoInformación
© Calatayud.org 1999