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Darío Pérez y su nombramiento como Hijo Predilecto y Benemérito de Calatayud


Entrada a Calatayud por la puerta de Alcántara, M. Ramos y Cobos. Serrano Pardo, L. (2004): Calatayud y la tarjeta postal, Cajalón

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En la sesión del Ayuntamiento de Calatayud celebrada el 11 de octubre de 1922, el secretario dio lectura a dos telegramas del diputado a Cortes por el distrito de Calatayud, Darío Pérez, a los que acompañaban otras tantas cartas, en las que daba cuenta que el ministro de Hacienda había firmado una Real Orden, por la que se suprimía el cupo de consumos de la ciudad desde el próximo 1 de abril de 1923, como ya se tenía solicitado. Darío Pérez informaba también que de las 400 000 pesetas, consignadas en el presupuesto del Ministerio de Fomento para pavimentaciones especiales, se destinaban 100 000 pesetas para el adoquinado de la calle que iba desde el puente de Alcántara hasta el paso del ferrocarril, sin perjuicio de hacerla extensiva desde la Casa amparo hasta la Puerta de Terrer.

Se leyó también una carta del regidor síndico Francisco Lafuente, en la que, por tener que ausentarse de la ciudad y suponiendo que en esta sesión se iba a tratar de exteriorizar de alguna manera la gratitud a que se había hecho acreedor el diputado Darío Pérez, se asociaba al homenaje que se le tributara.

El alcalde Enrique Bordons elogió la labor del diputado Darío Pérez e invitó a los concejales a que expusieran planes e iniciativas, para demostrar de un modo excepcional el agradecimiento de la ciudad a tan ilustre bilbilitano.

El concejal López Ruiz señaló que, por la amistad que le unía a Darío Pérez y por razones políticas, no se consideraba el más indicado para ensalzar como se merecía la labor del diputado del distrito, ni tampoco para proponer lo procedente para demostrarle la gratitud de la corporación.


Puerta de Terrer. Viuda de Antonio Medarde, 2ª serie (1906). Serrano Pardo, L. (2004): Calatayud y la tarjeta postal, Cajalón

El concejal Ortega encomió la labor del diputado, resaltando la importancia para el Ayuntamiento de Calatayud de la supresión del impuesto de consumos, que venía a solucionar el problema de la hacienda municipal. La economía de esa cantidad iba a permitir a la corporación acometer empresas de gran interés local, como el alcantarillado. También consideraba la importancia de la obra de pavimentación, a la que se habían asignado 100 000 pesetas, que iba a mejorar el firme del camino de la estación. Se refería también a otros beneficios recibidos, gracias al trabajo e interés de Darío Pérez, como el cuartel de Artillería o el traslado de los restos de Vicente de la Fuente. Por todo ello, Ortega señalaba que todos debían agradecer estos favores recibidos, dejando aparte sentimientos políticos o religiosos.

Por su parte el concejal Clemente señaló que la minoría que representaba se había movido siempre por principios de justicia y equidad, y por tanto se complacía en reconocer la interesante actuación del diputado a Cortes por el distrito, señalando el beneficio que suponía para el ayuntamiento la supresión del cupo de consumos. Clemente elogiaba a Darío Pérez, cuya persona nunca había sido discutida, congratulándose de la presencia en el consistorio de la minoría republicana, aunque lamentaba el momento elegido para ello, ya que no era necesaria la presencia de los amigos políticos de Darío Pérez, para que se reconocieran sus méritos de un modo espontáneo. Clemente no quería tomar ninguna iniciativa en el homenaje de gratitud hacia el diputado, por entender que correspondía hacerlo al alcalde, pero se mostraba favorable a aceptar cuanto se propusiera.

López Ruiz se complacía de las palabras de Clemente y estimaba que el homenaje que se tributara a Darío Pérez, debía estar en relación con la importancia del favor recibido, pues la supresión del cupo de consumos suponía la solución del problema de la hacienda local. Asimismo, justificaba la ausencia de la minoría, a la que representaba, al haber sido coaccionada en el ejercicio de sus funciones, haciendo constar que su presencia en aquel acto no obedecía a los móviles que había indicado Clemente.

Ortega afirmó que la presencia de la minoría republicana en este acto era inexcusable, por los asuntos que habían de ser debatidos y, para no cometer una injusticia, hacía constar que la iniciativa para obtener del Ministerio de Hacienda la supresión del cupo de consumos, se debía al alcalde, que había formulado la propuesta por indicación del secretario de la municipalidad, Enrique Ibáñez, por lo que proponía que constara en acta la satisfacción del concejo. Ortega añadía que para testimoniar a Darío Pérez la gratitud de la ciudad, debía declararse Hijo Predilecto y Benemérito de Calatayud, colocando su retrato en la Galería de bilbilitanos ilustres.

Clemente manifestó que se sentía satisfecho y honradísimo con la labor del diputado, para quien no regateó elogios, pidiendo a la minoría republicana que se reintegrara a la vida municipal de un modo definitivo, adhiriéndose a la iniciativa de Ortega en cuanto al homenaje a Darío Pérez. Clemente entendía que, para dar al acuerdo mayor solemnidad, debía aplazarse hasta la próxima sesión, para contar con el mayor número posible de concejales.

El presidente aclaró que la iniciativa respecto al cupo de consumos había partido del secretario. Bordons se asociaba también a la propuesta de Ortega, en cuanto al homenaje a Darío Pérez, no teniendo inconveniente de aplazar el acuerdo definitivo hasta la próxima sesión. Por ello quedó acordado declarar a Darío Pérez Hijo Predilecto y Benemérito de Calatayud, que su retrato figurara en la Galería de bilbilitanos ilustres y que una comisión municipal, formada por los señores Fuentes, Martínez, Álvaro, Ortega, Gómez y el presidente, se trasladaran a Alhama de Aragón para testimoniarle la gratitud del ayuntamiento. Este acuerdo quedaba pendiente de ratificación para la próxima sesión.

También se acordó, a propuesta de Catalina, que se invitara a las entidades locales y representantes de las fuerzas vivas de la ciudad, para que se asociaran al homenaje y acompañaran a la comisión municipal.

López Ruiz propuso que, antes de comenzar la pavimentación del camino de la estación, debía gestionarse con el ingeniero jefe de Obras Públicas la construcción de dos andenes laterales, poniéndose de acuerdo previamente por medio del diputado Darío Pérez, como así quedó acordado.

En la sesión ordinaria celebrada el 18 de octubre, bajo la presidencia del alcalde Enrique Bordons, estuvieron presentes los concejales Fuentes, Martínez, Álvaro, Lafuente, López Ruiz, Giménez, Sancho, Gasca, Moros, Ortega, Catalina, Clemente, Gómez y Trigo, que aprobaron el acta anterior. A continuación Fuentes señaló que el homenaje a Darío Pérez debía ser también extensivo al senador Sixto Celorrio, que tanto interés había demostrado siempre por los asuntos de Calatayud. Pero tras una breve intervención de Ortega, Clemente, López Ruiz y Lafuente, haciendo ver que, aunque Celorrio era merecedor de una distinción, no era aquel el momento oportuno, Fuentes retiró su propuesta.

Ortega volvió a repetir su propuesta hecha en la última sesión, para que se declarase Hijo Predilecto y Benemérito de la ciudad al diputado Darío Pérez, colocando su retrato en la Galería de bilbilitanos ilustres, cuando llegara el momento oportuno. Lafuente añadió que mientras viviera Darío Pérez, su retrato debía colocarse en el despacho de la alcaldía, como merecida distinción y para que sirviera de estímulo a los demás. Clemente aceptó las proposiciones de Ortega y Lafuente, pero entendía que su colocación en la alcaldía podía sentar un precedente peligroso, no pareciéndole lugar apropiado para colocarse el retrato.

Terminada la discusión, se aprobó por unanimidad nombrar Hijo Predilecto y Benemérito de Calatayud a Darío Pérez, consignando este acuerdo en un artístico pergamino, que se le haría entrega solemnemente, y colocar su retrato en vida en el despacho de la alcaldía, y una vez fallecido en el Salón de sesiones.

En la sesión celebrada el 23 de mayo de 1923, Ortega se ocupó de las aptitudes artísticas de dos jóvenes de Calatayud, que se habían distinguido recientemente, uno de ellos en la exposición de artistas aragoneses celebrada en Zaragoza y otro en la "Casa Azul", establecimiento de tejidos de la ciudad. Estos jóvenes artistas bilbilitanos se llamaban Pablo Remacha y José María Rubio Vergara. Ortega proponía que el ayuntamiento otorgara su protección en la forma más oportuna.

En la sesión del 13 de agosto, Gasca recordaba a la corporación que el concejo había acordado estudiar el medio de premiar la labor del joven Pablo Remacha, encargándole trabajos. Aunque no hayamos encontrado ninguna noticia en las actas del ayuntamiento, el pintor José María Rubio Vergara recibió el encargo de realizar el retrato de Darío Pérez. Se trata de una vista de la ciudad, tomada desde el santuario de la Virgen de la Peña, con el escudo de la ciudad colocado en la parte superior izquierda y a la derecha del espectador el retrato de Darío Pérez enmarcado en una orla. En la parte inferior del retrato se lee una leyenda que dice: "El Excelentísimo Ayuntamiento de Calatayud, dedicó este pequeño recuerdo en honor de su hijo predilecto D. Darío Pérez, el más humilde de sus vecinos, pero gran entusiasta de las glorias de Bílbilis y de los hombres que la enardecen, I-VIII-MCMXXIII".

El concejal Gasca tenía razón en recordar el ofrecimiento hecho a los dos artistas bilbilitanos, que se había cumplido en parte con el encargo de este cuadro a José María Rubio. Según Mariano Amada, a Pablo Remacha se le debía el rótulo de la plaza que el Ayuntamiento de Calatayud dedicó al general Primo de Ribera, actualmente denominada Maestro Marquina.

El 29 de agosto se vio una petición de Mariano Rubio Vergara, solicitando permiso para colocar una muestra de fotografías en la fachada de la casa número 1 de la calle de Dato, a modo de exposición. La corporación acordó facultar a la Comisión de Obras, para que otorgara la autorización que se pedía.

En la sesión celebrada el 13 de septiembre, el presidente informó que en la mañana de aquel mismo día, se había llevado a cabo la colocación del retrato del diputado a Cortes, Darío Pérez, en su despacho oficial, con la asistencia de varios concejales y del propio Darío Pérez, que se había mostrado altamente reconocido por esta distinción.

En la sesión del 13 de octubre se desestimó una petición de José María Rubio Vergara, que había solicitado el apoyo material del ayuntamiento, para poder ampliar sus estudios en los museos. La Comisión de Hacienda informó de la falta de presupuesto y remanente, debido a la situación económica del municipio.

Documentos consultados:
Archivo Municipal de Calatayud, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, Sig. 161.
AMC, Libro de Actas del Ayuntamiento de Calatayud, Sig. 162.


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