LABROS

Periódico de la Asociación de Amigos de Labros 



 
Núm. 17
Verano 1998
 
 
 
 
Paseo
virtual
por 
Labros
 
 
 
DESCRIPCIÓN
COSTUMBRES
PATRIMONIO
 
|PORTADA | HISTORIA | PERSONAJES | GEOGRAFÍA | LITERATURA | BREVES | DEMOGRAFÍA |
 
 
 
 
ÚLTIMA "PRIMERA COMUNIÓN" EN GRUPO 

Es el último grupo escolar que tomó la primera comunión en Labros: mañana del 23 de mayo de 1966. Más de 32 años han pasado y nunca olvidarán "aquellos reclinatorios donde nos arrodillábamos con tanta devoción" los cuatro protagonistas que posan en el patio-jardín de la ermita: de izquierda a derecha Luis Berlanga Martínez, Conchita Urraca Morales, Felipa Yagüe Serrano y Julio Agustín Carrasco Gonzalo. Recuerda Conchita: "aún quedaba en nosotros (de las fiestas de san Isidro, san Isidrillo y san Pascual) el regusto del confitero, los músicos y los petardos, cuando nos esperaba una segunda alegría. De la tahona del tío Felipe salían las cestas de mimbre colmadas de mantecados, tortas y magdalenas que, con aguardiente y vino dulce, servía para invitar a todo el pueblo". El señor cura daba el catecismo en el castillo y a veces se le escapaba, entreverado entre parábola y parábola, algún que otro "capón por estar mirando a los gamusinos". 

    Hacía mucha ilusión comulgar con los amigos de tu misma edad, llevar zapatos nuevos, guantes, rosario, misal, limosnera y aquellos vestidos: unos, heredados de hermano a hermano; otros, prestados... Feli recuerda su vestido "preciosísimo que mi hermana Emilia me trajo de Barcelona. ¡Qué ilusión, un vestido largo con encaje, que tapaba las piernas flacas, larguiruchas!". El peinado era muy importante: la peluquería, con secador Braun, se improvisaba en casa de la Petra, con las manos de Emilia. La obsesión de la Feli era taparse bien el remolino de la frente, con un flequillo espeso. A la Conchi aquel día le trae a la mente recuerdos de rozaduras de un zapato, del viaje a Milmarcos en la mula torda y mansa del abuelo Benito y de las risas que le entraban a la vuelta cuando su madre, ya cansada, se cogía al rabo de la mula, a aguantar la subida y otros aires. 

En el portalillo todo eran felicitaciones y alegría. Luis y Julio recuerdan aquel día con mucho sol, radiante, los cuatro como cuatros novios y novias. La foto es de Julio y los otros tres ni sabían de su existencia, ni de su autor, quizás la señora maestra. ¡Qué tiempos!