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Juan de Burgos

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En el Libro primero (1564-1604) de la parroquia de San Pedro Apóstol de Saviñán, encontramos la partida de defunción del pintor Juan de Burgos, el 16 de octubre de 1580. Su partida de defunción es muy escueta y sólo ocupa una línea. En ella se apunta la fecha, el nombre y su profesión. El 20 de marzo de 1584 morirá la "muger" de Juan de Burgos, de la que no se nos dice su nombre ni apellido. Sí se apunta que había hecho testamento con el notario de Morés, nombrando ejecutor a su yerno Domingo de Campos.

José-Miguel Acerete, en su Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud en el siglo XVI, citaba un documento debido al notario Jerónimo Gómez Trosera, fechado el 23 de febrero de 1577. En él, Jaime de Funes, mercader de Calatayud, cancelaba una comanda de quinientos cincuenta y cinco sueldos y seis dineros que Juan de Burgos, pintor, y Domingo de Campos, su yerno, vecinos de la Señoría de Saviñán, tenían de Juan de Maluenda de Vera y Catalina López, viuda de Martín Otive, y entonces mujer de Jaime de Funes.

Jerónimo de Burgos, pintor, aparece citado como testigo en un documento notarial debido a Jerónimo Franco y datado en 1585, donde se le cita como pintor natural del reino y habitante de "Savinyán".

La hija del pintor Juan de Burgos, llamada Matías de Burgos, casó en san Pedro de Saviñán y en 1574 con Domingo de Campos. Fueron padres en 1576 de Gracia, siendo comadre Isabel Muñoz. En 1578 se bautizaba a Juan, siendo comadre Susana Garcés, y en 1581 se bautizaba a Domingo, siendo compadre Juan-Antonio Quílez. Gonzalo de Funes testó antes de su muerte, acaecida en 1591, con el notario de Saviñán Antonio Quílez. En el Archivo Gracián aparecen en esta época en Saviñán dos escribanos apellidados Quílez, Antonio-Juan y Miguel. En Calatayud aparecen algunos maestros de casas, carpinteros y fusteros apellidados Campos.

En 1592 moría en Saviñán Domingo Campos, testando con el notario Miguel Quílez. Nombraba ejecutores de su testamento a su mujer, de la que no se dice el nombre, y a Domingo de Campos, de Paracuellos. En 22 de febrero de 1596 murió "la pintora". Quizás se tratase de Matías de Burgos, hija del pintor Juan de Burgos. No hizo testamento porque, según se dice, no tenía de qué.

Jerónimo de Burgos, que también podía ser hijo de Juan, casó en san Pedro de Saviñán en 1577 con Jerónima Fortuño, estando presentes mosén Martín Benedid, Jerónimo de Origuela, Juan de la Raga, Martín de la Sierra, mosén Pedro Sierra y otras personas. El 1 de octubre de 1583 se bautizaba a Jerónima de Burgos Fortuño, hija de Jerónimo y de Jerónima, actuando de comadre Isabel Muñoz.

Vemos que las familias Burgos y Campos se relacionaban con los Garcés y con los Muñoz de Pamplona, que eran de linaje noble, pues ambas familias eran infanzonas. Susana Garcés (1560-1581), hija quizá de Gonzalo y de María Morago, casará en 1576 con Antón de la Raga Gracián, nacido en 1547, hijo de Antón de la Raga (muerto en 1585) y de Gracia Galacián o Gracián (muerta en 1588). En 1582 el viudo Antón de la Raga Gracián casará con Catalina Abas, siendo padres de Catalina la Raga Abas, nacida en 1587, que casará primero con Juan Osén, justicia de la Señoría, y en 1616 y en san Miguel de la Señoría con Francisco Gracián Villalba (1585-1654), primo del jesuita y escritor Baltasar Gracián. Francisco era hijo de Juan Gracián Villalba (1556-1620) y María Villalba Villalba, que casaron en Saviñán en 1581.

Isabel Muñoz, que aparece como madrina en las ceremonias de bautizo de Gracia de Campos y Burgos en 1576 y de Jerónima de Burgos Fortuño en 1583, podía ser hermana de Tristán Muñoz de Pamplona (h.1649-1604). Isabel casará en 1581 con el infanzón Gonzalo de Funes y Ximénez de Sayas, que nació entre los años 1553-1558 y murió en 1591. No hemos podido encontrar su partida de bautismo en el Libro primero de san Pedro (1546-1604), porque faltan algunas hojas de bautizados. Del año 1553 se pasa a 1558. Gonzalo era hijo de Gonzalo de Funes y de María Ximénez de Sayas. Su hermana María de Funes y Ximénez de Sayas, nacida en 1551, casó en Saviñán y en 1570 con micer Miguel Pérez de Nueros. La hermana de Isabel y de Tristán Muñoz de Pamplona, llamada Francisca Muñoz de Pamplona, casará en Saviñán y en 1573 con el infanzón Miguel de Heredia y Rueda (1550-1592). Miguel de Heredia y Rueda murió en 1592 en "Calatorau", llevándose a enterrar a la parroquia de san Martín de Calatayud, fundación de los Muñoz de Pamplona. Su viuda Francisca Muñoz de Pamplona tomará el hábito de las carmelitas descalzas, con el nombre de Francisca de la Madre de Dios. Llegó a ser priora del convento de san José de Zaragoza. Miguel de Heredia y Rueda era hijo de Miguel de Heredia y de Isabel Rueda. Isabel Rueda morirá en Saviñán en 1566, testando con el notario Francisco Gascón. Sus ejecutores fueron Catalina de Novallas, Miguel de Heredia, Leonor de Heredia, abadesa del convento de Trasobares, y mosén Cebrián Serrano. Su marido, Miguel de Heredia murió en 1572, testando con el notario de Paracuellos de la Ribera, Jerónimo de Villalba. Sus ejecutores fueron Pascual de Villalba, de Paracuellos, y doña Catalina de Novallas.

Los Heredia vivían en la Plaza, en una casa que quedaba entre el viejo Ayuntamiento y el bar de la Plaza, lugar que hoy ocupa el nuevo Ayuntamiento de Saviñán. Esta casa pasó también a los Muñoz de Pamplona.

Catalina de Novallas se llamaba en realidad Catalina de Noailles. Era francesa y señora del castillo de Abós. Casó con Diego Muñoz de Pamplona en el principado de Bearne, donde residieron durante algún tiempo. Fueron padres de Tristán, Isabel y Francisca Muñoz de Pamplona, que se afincaron en Saviñán. Los tres hermanos son los ejecutores del testamento de su madre Catalina de Noailles, que murió en Saviñán el 5 de octubre de 1586. Catalina de Noailles se trajo a Saviñán a criados franceses. En 1568 moría su criado Beltrán de la Roy.

Otros extranjeros aparecen en los libros parroquiales. En 1569 moría en el hospital de Saviñán un pobre natural de la Gascuña francesa. En 1595 se bautizaba en san Pedro de Saviñán a Diego-Francisco de Jule, hijo de Andrés de Jule, francés, siendo compadres Hernando de Rueda e Isabel de Pamplona.

Gonzalo de Funes y Ximénez de Sayas e Isabel Muñoz de Pamplona serán padres de Francisca (1583-1596), de María, 1584, que casará en Saviñán y en 1603 con Gonzalo de Funes y La Figuera, de Bubierca, de Diego-Antonio, 1589, y de Diego (1590-1622), fraile de la Cartuja de Aula Dei y poeta. Catalina de Noailles e Isabel Pujadas, que estaba casada con Juan Muñoz de Pamplona, serán las comadres o madrinas en el bautizo en 1584 de María de Funes y Muñoz de Pamplona. Jerónima Pérez lo será de Diego en 1590, fraile cartujo.

Isabel Pujadas morirá en Saviñán en 1584. Había hecho testamento con el notario de Maluenda, nombrando ejecutores de su testamento a Rodrigo Çapata y a doña María Çapata. Isabel Pujadas, domiciliada en Saviñán, dejó un considerable patrimonio a su sobrino, el infanzón Matías Pujadas Luzán, hijo de Rodrigo y de Juana, que estaba casado con María Zapata. Rodrigo Pujadas y Zapata, hijo de Matías y María, recibió toda la herencia de Isabel Pujadas, más de setenta mil sueldos, todas las heredades en Terrer y una huerta cerrada y arboleada, con viña y monte contiguos, de cuatro hanegadas, en Anchada. La familia Pujadas tenía su propio carnero y capilla en el convento del Carmen Calzado. El parentesco Pujadas-Zapata consiguió que miembros de ambas familias tuvieran cargos importantes en la colegiata del Sepulcro. Rodrigo Pujadas Luzán dejó en su testamento cuatro mil cuatrocientos sueldos al Sepulcro, por dos misas semanales por su alma y por las de sus familiares Antonio y Rodrigo Pujadas, comendadores de Tobed y Codos.

Los Funes eran vecinos de la familia Gracián. Según José Gracián Gasca, los Funes vivían en la casa de la actual calle de san Miguel nº 19, antes calle de san Roque nº 7. En esta casa nacería el cartujo y poeta Diego de Funes y Muñoz de Pamplona. Contigua a la casa de los Funes se encontraba el huerto del ciprés, de su propiedad, que pasaría luego a propiedad de los Muñoz de Pamplona. Este huerto se urbanizó a principios del siglo XX, abriéndose en él la calle Nueva, hoy calle del conde de Argillo. También pertenecía a los Funes un huerto situado frente a su casa, que hoy son dependencias de los descendientes de la familia Gracián, los hermanos Ledesma-Bascones y Gracián.

Ni la familia Burgos ni la familia Campos figuran como vecinos de la Señoría en una lista que aparece en el Libro primero (1578-1618) de san Miguel, que lleva fecha de 1607.

Tanto Juan como su posible hijo Jerónimo, pintores los dos, quizá fueran descendientes del pintor Juan de Burgos, vecino de Calatayud, que aparece en 1480, cuando nombra procurador para recibir su privilegio de hidalguía. En el fogaje de 1495 encontramos como vecinos de Calatayud al maestre Jaime Arnaldín, a Bartolomé Verdeseca, a Juan de Sayas, a dos Pedro de Burgos y a Ximeno de Sayas. Todos se corresponden con nombres de pintores.

Estos pintores bilbilitanos (Aranda, Ram, Arnaldín, Verdeseca...), junto a los darocenses Juan y Jaime Cardiel, y a Juan Rodríguez, oriundo de Jérez de la frontera, contribuyeron a que el estilo gótico perdurase a comienzos del siglo XVI.

En el fogaje de 1495 encontramos el apellido Burgos radicado en Cetina, Alhama, Bubierca, Ateca y Villarroya, entre otros lugares. No aparece ningún Burgos en "Savinyan" en 1495. En un documento de 1461 se citaba a Martín de Burgos como corredor del Concejo de "Savinyan", que había dado un pregón en relación a una concordia sobre la venta durante diez años de los zumaques que se cogieran en los términos de Sestrica, Saviñán y Paracuellos de la Ribera. Esta concordia tenía lugar entre los concejos y morerías de los lugares citados y la compañía de mercaderes compuesta por Venito el Luengo, Alffonso Munyoz, escudero, Pedro Torrella, habitantes en la ciudad de Calatayud, y Domingo Villalba, menor de días, vecino de Paracuellos de la Ribera.

Otros artesanos de Saviñán aparecen en el siglo XVI. Se trata de los hermanos Arnau Dosens y Miguel Dosens, fusteros, que el 8 de septiembre de 1529 eran testigos de las Ordinaciones de la Cofradía de san Gil de Huérmeda. Posteriormente este apellido aparece escrito como Ossen y Osén.

Fabián Mañas defiende la existencia de una escuela de pintura gótica de Calatayud, a la que pertenecerían los Arnaldín, Burgos, Cardiel, Ram, Santorquat y Verdeseca, entre otros. En 1488 Jaime Arnaldín I trabajaba en la parroquial de Saviñán, aunque se desconoce el retablo. Su padre fue el pintor Benito Arnaldín (h.1380-1456), que tuvo tres hijos pintores: Juan, Jaime y Benito. Jaime Arnaldín I (h.1420-1495) fue aprendiz en el taller de Pascual Ortaneda en 1433. Pintó retablos para Calatayud, Belmonte y Saviñán. Pero nada se conserva de esta época en la parroquial de Saviñán, pues la iglesia se rehizo en el siglo XVII.

En la visita pastoral del canónigo de la catedral de Tarazona, Carlos Muñoz Serrano, que había tenido lugar en 1579, se decía que los parroquianos de san Pedro de Saviñán habían aumentado mucho, con lo que la iglesia se había quedado pequeña. Por eso pedía a los jurados, Concejo y universidad del lugar que dentro de tres años en adelante "hayan de tener engrandecida de la parte del altar mayor arriba la dcha. yglesia todo aquello que necessario sera por manera que con lo que augmentara puede haber y haya competente yglesia para los parroquianos della y esta dcha. obra la hayan de concertar y concierten con los maestros que le hubieren hacer dentro del año después que el presente intimandoles sera so pena de cincuenta ducados".

En esta visita de 1579 se decía que en la capilla del Crucifijo había algunas reliquias. Pedía que se sacaran actas y testimonios de las reliquias para que, una vez vistas, se decretara su autenticidad. En caso contrario, debían sacarse de la capilla.

Por estas fechas la Señoría tenía recién acabada su iglesia dedicada a san Miguel, que había sido levantada a partir de una comanda de treinta mil sueldos, del 14 de abril de 1577, entre Juan Martínez de Salamanca, que haría el retablo, y Juan de Campos, obrero de villa, responsable de la obra, los dos vecinos de Calatayud, con el procurador general de la Comunidad de Calatayud. La obra debía terminarse antes de finales de agosto de 1577. El Libro primero de san Miguel arranca en 1578.

Pero en 1582 se suspendió el dictamen de agrandar la iglesia de san Pedro, que había mandado el obispo Juan de Redín, porque "es de su poca posibilidad por testigos fidedignos". Consultados el procurador del Concejo por licencia de García de Sesé, oficial y vicario general, se les dio de tiempo todo el mes de abril de 1582, aunque luego se aplazó hasta el quince de mayo, suspendiéndose el mandato de su visita.

El obispo Cerbuna en 1588 decía que "la dicha yglesia parroquial es pequeña y desacomodada para poder caber todos los parroquianos en ella y para oir los divinos oficios". Por eso pedía a los Jurados y al Concejo de Saviñán "crecer y ensanchar, o hazer de nuebo dicha yglesia, de manera que sea capaz y bastante segura la poblacion del lugar dentro de dos años y si fuere menester alargaremos el tiempo para acabarse y comiencen la dicha obra dentro ocho meses so pena de Dozientos ducados". Pero la obra se fue dilatando hasta 1625, fecha de su contratación.

El obispo Diego de Yepes pedía en su visita de 1601 que dentro de dos meses proveyeran una cubierta de cuero para el ara del altar del santo Crucifijo, un velo para el altar de Nuestra Señora y un vidrio o encerado para la ventana de la parte de la epístola de la capilla mayor, so pena de cinco ducados. Y que dentro de cuatro meses reparasen los dedos de la mano y la cabeza de la imagen de San Lorenzo con sus parrillas, que reparasen y se cerrara el órgano, para que no sufriera daño alguno, y que se remediase la humedad que pasaba del cementerio a la capilla del santo Crucifijo, bajo una pena de cinco ducados para cada uno de los mandatos. Según José Gracián Gasca, el cementerio de san Pedro se localizaba en el solar que ocuparon las antiguas escuelas, luego local de la Hermandad y hoy casas particulares, por lo que la capilla del santo Crucifijo debía situarse en la parte izquierda de la iglesia, que hoy ocupan las capillas de san Antón, fundación de mosén Antón Villalba, de la Virgen del Rosario, fundación de la familia Martínez, y de santa Ana, fundación de la familia Muñoz de Pamplona-Funes.

En la partida de defunción de Ana Pérez, casada con el licenciado Domingo Casaonda, que data del 6 de febrero de 1603, se decía que había dejado mil escudos para los gastos de su entierro y para misas a celebrar en las capillas de la Soledad, de san Francisco y en otras capillas privilegiadas. El nombre de estas capillas perdurará tras la remodelación del siglo XVII. No así la del santo Crucifijo.

Bibliografía

Archivo Parroquial de Saviñán.
Miguel ACERETE TEJERO: Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud en el siglo XVI, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 2001.
Arturo ANSÓN NAVARRO: El entorno del Convento del Carmen de Zaragoza, Elazar Ediciones, Zaragoza, 2007.
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De Cosas de mi pueblo, 2007

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