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| La iglesia de Purroy
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FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El hermano mayor del cardenal Pedro de Luna, con el tiempo Benedicto XIII, Juan Martínez de Luna III, casó en primeras nupcias con Teresa de Urrea, siendo padres de Juan Martínez de Luna y Ximén de Luna, y en segundas con Teresa de Albornoz. Fue señor de Illueca, Gotor, Morata, Villanueva y Purujosa. Juan Martínez de Luna IV casó con Aldonza Cabeza de Vaca, siendo padres de Jaime y de Juan Martínez de Luna V, que murió sin descendencia de su mujer Brianda de Maza. En 1416 Fernando I dona a Juan de Luna el derecho perteneciente al rey en el lugar de Purroy, confiscado a Antón de Luna, valedor de Jaime de Urgel, y por tanto contrario a los intereses de Fernando I, elegido en el Compromiso de Caspe. En 1420 la aljama de Purroy reconoce a las puertas del castillo el señorío de Jaime de Luna, que lo había adquirido por compra a su hermano Juan de Luna, en cumplimiento de obligaciones testamentarias de su padre Juan Martínez de Luna IV. Jaime casó en tres ocasiones: con Beatriz de Pertinaz, Elfa de Alagón y Sancha de Guzmán, de la que tuvo a Jaime y a Juan, el primogénito, que casó con Catalina de Urrea, hija del conde de Aranda. Juan murió en la guerra de Granada y su viuda, Catalina de Urrea, casó en 1509 con su cuñado Jaime, siendo padres de Pedro de Luna, primer conde de Morata y virrey de Aragón, y de Juan, del cual se desgajó la rama de los señores de Purroy.
Antón López, cristiano nuevo y fustero, fue vecino de Calatayud entre 1543 y 1580, aunque residió en Morés entre 1557 y 1560. Y es el 28 de enero de 1560 cuando firma una capitulación con el Concejo de Purroy, ante el notario Fortuñio Terrer, de Morés, para levantar una iglesia en Purroy. El 8 de julio del mismo año, Juan de Luna, menor de días, hijo de Juan de Luna, conde de Morata y señor de Purroy, pactaba una concordia con Juan Mecod, Alexandre Hadari, Herrando Hadari, vecinos de Purroy, y con los fusteros Carlos Villanueva, vecino de Arándiga, y Gabriel Momi, vecino de Morés, por la que todos se comprometían a que el fustero Antón López haría la tapiería de la iglesia y echaría aguas fuera, hasta el día de San Andrés de ese año, o de lo contrario deberían indemnizar a Juan de Luna con los 100 ducados de oro que les entregaba entonces. El fustero Antón López estaba casado con Ana Laroxa, ya fallecida en 1569, fecha en que, estando enfermo, redactaba su testamento, donde apuntaba que quería ser enterrado en el monasterio de Ntra. Sra. del Carmen de Calatayud.
El 12 de abril de 1603 se enterró en el cementerio parroquial de San Pedro de Saviñán a un ama que había sido del vicario de Purroy. Nadie sabía su nombre ni su patria y ella tampoco acertó a decirlo. Pudo confesar y recibir la extremaunción, aunque no pudo comulgar. Murió en el hospital de Saviñán a los 70 años, sin hacer testamento. El justicia de Purroy envió 15 reales que se gastaron en el entierro y en las misas que dijo el Capítulo de San Pedro. El clérigo que la confortó anota que sólo entendió de la moribunda que era cristiana vieja.
El 28 de enero de 1602 murió degollada el ama del vicario de San Pedro de Saviñán, mosén Antón Villalba, llamada Isabel de Vera, de 69 años. Tenía un hijo de nombre Matías Álvarez. Igual suerte corrió el vicario, de 90 años de edad, muriendo degollado en la cama. Al otro día se depositó el cuerpo de mosén Antón en su capilla y carnerario, que debía hacerse en la parroquia con los bienes del vicario. Dejó fundadas dos capellanías y por su alma dejó 200 misas en capillas privilegiadas y 3 misas cantadas con diácono y subdiácono.
En la visita pastoral del obispo Pedro Cerbuna en 1588, mandaba a los que tenían a su cargo el hospital del pueblo, que no recogieran a los pobres y a otras personas de mala vida. También anotaba que no estuvieran juntos los hombres y las mujeres que no fueran casados, y añadía que los pobres que murieran en él, se enterrarían gratis. El arcediano Miguel de Ortí, en 1599, daba de plazo cuatro meses a los jurados y al Concejo de Saviñán, para que proveyeran al hospital cuatro camas de ropa para los pobres. José Gracián Gasca apunta que a principios del siglo XVII y en la calleja de la Anselma había una casa dedicada a hospital, con cuatro camas, una de ellas destinada a "los heridos". Más tarde el Concejo tomaría otra casa para hospital en la calleja de la calle del Centro. De allí tomaría el nombre de "calleja del Hospital".
En 1679 nació en el hospital de Saviñán, María Rosa Antonia Martínez, hija de Antonio José Martínez de Daroca y de Antonia Ibáñez de Calcena, aunque criada en Borja. Al parecer, eran pobres. El 31 de marzo de 1680 fue dejado a la puerta de la iglesia un niño que se bautizó con el nombre de Pedro Domingo de Buena Ventura, y el 26 de mayo de 1682 fue abandonada en la puerta, entre las tres y las cuatro de la mañana, Felipa de Buena Ventura. Fue madrina de todos ellos la doncella Isabel Vitrian, quizá emparentada con el vicario Joaquín Vitrián y García.
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