En esta ocasión toca hablar de la conocida como Guerra de los dos Pedros, que se ubica entre 1356 y 1375, aproximadamente. En la época eran constantes las incursiones entre pueblos cercanos y los castillos y lugares se conquistaban y perdían con mucha facilidad. La historia dice que hacia 1356 Pedro I de Castilla manda a sus hombres desde Molina y entran en las comarcas de Daroca y Calatayud. Los hombres de Pedro IV de Aragón tratan de defenderse y se dice que en 1357 el Justicia de Calatayud, Pedro Jiménez de Samper, prepara los lugares de la zona con esmero, entre ellos se habla de los castillos de Abanto y de Pardos, que estaban "en mediana defensa".

Pedro I el Cruel

Entre tregua y disputa, muy común en la época, los enfrentamientos continuaron y en agosto de 1358 los castellanos tratan de conquistar Abanto, Cubel y Monterde, pero "la caballería aragonesa se juntó para defender aquella frontera". Con posterioridad llegarían la paz de Terrer o la tregua de Murviedro, pero los ataques no dejaron de sucederse por los dos bandos.

Pedro IV el Ceremonioso

Otra fecha a señalar es el año 1363. Los dos Pedros siguen con sus distintas alianzas y ante la ofensiva castellana el Maestre de Calatrava, enviado por el rey aragonés, "proveyó de gente y de todo lo necesario los castillos de Cubel, Abanto, Monterde, Pardos y Nuévalos". Así, el 20 de febrero de 1363 Pedro IV le pide al Maestre de Calatrava que tenga en las condiciones adecuadas los lugares citados y, si es preciso, los fortifique con gentes de Daroca. Sin embargo, los esfuerzos fueron inútiles y en el mes de marzo "cayeron Abanto, Monterde y Pardos", y "sólo quedaron sin conquistar en toda la comunidad los castillos de Nuévalos y acaso el de Cubel".

Estos lugares estuvieron en poder de los castellanos hasta la primavera de 1366.