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PLÁCIDO DÍEZ | De crío, de vez en cuando mi madre me decía eres un zauril. Una expresión que sonaba bien, que daba pie a la imaginación y que, pese a no entenderla del todo, se quedó grabada en mi memoria, como la de tienes el baile de San Vito o llevas los pelos de cohete o eres un Adán.
Por azar, la rescaté en Ateca el pasado jueves en una jornada de puertas abiertas del instituto de enseñanza secundaria 'Zaurín'. Una bella palabra, "persona que no puede estar quieta o que en la cama da más vueltas que un zauril, que no para", que me conectó emocionalmente con mi madre y que define el empuje de tantas y tantas personas, muchas de ellas mujeres, en las comunidades rurales como es el caso del equipo de profesores de ese centro en una de las comarcas fronterizas más despobladas y envejecidas de España al frente del cual está María Blasco, una apasionada de la enseñanza y de la Comunidad de Calatayud.
La jornada de puertas abiertas tenía como objetivo presentar los ciclos de grado medio de Formación Profesional de cocina y gastronomía, que ya ha cumplido dos décadas, y uno más reciente y con un único precedente en España, el de seguridad (emergencias) y medioambiente.
Sentados en los pupitres de un aula, escuchamos las explicaciones de los responsables de los grados y de la directora, María Blasco, que los vinculó al compromiso, al talento, con la finalidad de hacer atractiva la zona para los jóvenes para frenar la despoblación.
Entre los asistentes, había empresarios de una comarca que cuenta con el Monasterio de Piedra, con balnearios, con un extraordinario patrimonio histórico y artístico, con mención especial para el mudéjar y el Goya religioso, con valles desconocidos como los de los ríos Manubles, Piedra y Grío, con senderos y rutas en bicicleta, con una amplia oferta de restaurantes y hoteles. Una comarca que tiene que marcarse como objetivo la excelencia en la oferta gastronómica y en el servicio a los clientes.
En el patio de recreo había profesionales y autobombas de los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza, del departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, comedores de campaña de la Academia militar logística de Calatayud, ambulancias medicalizadas del 061, equipos completos de campaña de Protección Civil y de Cruz Roja.
Un despliegue de recursos para la atención de los 67 municipios y los 2.500 kilómetros cuadrados de la comarca que demuestra el esfuerzo que están haciendo las administraciones públicas, las más cercanas y también las más lejanas, por atender a las comunidades rurales. Para hacernos una idea, el coste de la autobomba de los forestales para trabajar en el monte se acerca a los 200.000 euros.
El segundo ciclo de grado medio de FP, el de Seguridad y Medio Ambiente, tiene como finalidad formar personal para atender emergencias desde incendios, accidentes de tráfico, catástrofes naturales o situaciones personales de soledad y de enfermedades incluidas las de la pérdida de la memoria en unos municipios con un elevado índice de sobreenvejecimiento, de vecinos que están por encima de los 85 años. Los empleos relacionados con la protección del medioambiente y los cuidados a personas mayores tienen un gran futuro en las comunidades rurales y también en las urbanas.
María Blasco me confirmó por qué lo eligieron y cuál es el significado del término aragonés zaurín. Un lema y un compromiso en una palabra, la de no resignarse, la de no parar para mantener vivos el territorio y la calidad de vida y la autoestima de los que han elegido quedarse en las comunidades rurales.
Cuantos más zaurines, mejor: agentes de empleo y desarrollo local, técnicos de los Grupos de Acción Local, concejales, alcaldes, consejeros comarcales, forestales, pequeños y medianos empresarios, periodistas y estudiosos locales, población vinculada arraigada, y empleados públicos con mención especial para los maestros de infantil y primaria y los profesores de los centros de secundaria.
El Periódico de Aragón (12-4-2019)
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