La Comarca de Calatayud
Archivo Bibliográfico - Enciclopedia - Directorio de Empresas - Páginas de Calatayud - Noticias - Tienda - Foro - Tablón de Anuncios

Inicio/ Noticias de Calatayud

Páginas de Calatayud
GEOGRAFÍA E HISTORIA
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MONUMENTAL
LITERATURA
FERIAS, FIESTAS, TRADICIONES
ARTE Y ARTISTAS
BIOGRAFÍAS
TURISMO
HOTELES Y RESTAURANTES
VIAJES
ECONOMÍA
DATOS ESTADÍSTICOS
INDUSTRIA Y COMERCIO
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
SALUD
DEPORTE
TRABAJO
ENSEÑANZA
INFORMÁTICA
ASOCIACIONES Y COLECTIVOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
VARIOS

Búsqueda de información
Google
PUBLICIDAD

Las olivas negrales de Saviñán

FRANCISCO TOBAJAS GALLLEGO | En varios documentos de la Colección diplomática de Santa María la Mayor de Calatayud, exhumados por Herminio Lafoz, aparecen citados los olivos de Trasmont, que da las mejores olivas negrales del término de Saviñán. Y es en diciembre de 1302 cuando el Capítulo de Santa María la Mayor arrienda las viñas y la dehesa de Trasmont por cuatro años a varios vecinos de Saviñán. Los olivos se debían limpiar y estercolar. En 1321 se citan de nuevo cuando el Capítulo de Santa María concedía en alcabala por 25 años a Fernando Sánchez Zarco, diácono y socio de la iglesia de San Martín de Calatayud, la heredad de Trasmont por 140 sueldos jaqueses.

En un Memorial firmado por el licenciado Miguel Gascón, vicario, y el jurado Jerónimo Vacarizo, dicen que el año de 1659 los hielos habían quemado la mayor parte de los olivos de Saviñán y de las 20.000 arrobas de aceite que se cogían al año, la cosecha se redujo hasta 5.000 arrobas. La cosecha de aceite era la principal, por ser de poca importancia en Saviñán las de cereal y vino. En 1660, las grandes avenidas del río Jalón rompieron los azudes y arrasamientos de las acequias. Su arreglo costó a los vecinos más de 15.000 escudos y la pérdida de las cosechas por dos años seguidos. Las mismas riadas se llevaron por delante los molinos harineros de Juan Heredia y Rueda, que parecían ser obra de los romanos. Y para que los vecinos no tuvieran que salir a moler fuera, el Concejo resolvió levantar un molino que costó 1.500 escudos que se tomaron al 9%, obligándose los doce componentes del Concejo.

Miguel Monterde (1730-1791), prior del Santo Sepulcro de Calatayud, apunta en su Ensayo de 1788: "De inmemorial hay olivos y al presente con mayor o menor utilidad de cosechas se hallan arraigados en valles y en montes de muchos pueblos, que distinguen las variedades de este árbol con los nombres de acebuche, negral, royal, manzanilla y racimillo. Se tienen por más delicados para las mesas los de Sediles y Santa Cruz. El negral da las olivas dulces que se maduran como pasas, estimadas de muchos para comerlas secas, cuya especie de olivos era rara en España en tiempo de Plinio". Mosén Vicente Martínez Guillén (1741-1805), cura párroco de Inogés y luego canónigo de Santa María de Calatayud, consideraba en su Carta Instructiva sobre el cultivo de los olivos, publicada por la Real Sociedad Económica Aragonesa en 1785, que la mejor manera de coger las olivas era con escalera y a mano, nunca a palos como acostumbraban a hacerlo en la ribera de Saviñán y en El Frasno, pues de esta manera se tiraban muchos ramos tiernos, produciendo con ello abundantes heridas en las que se abrigaba el gusano. Para evitar todos estos daños, mosén Vicente creía que no había otra solución que podar los olivos, dejándolos a una altura proporcionada.

Diego de Torres, en su carta publicada como apéndice de la de mosén Vicente, afirmaba que a mediados del siglo XVIII, el olivo era escaso en Zaragoza, pero desde hacía 25 años se habían plantado 100.000 olivos empeltres. Juan Martín de Goicoechea plantó entonces en tierras de Las Fuentes de Zaragoza 13.000 empeltres. Ignacio de Asso decía en 1798 que el aceite se usaba entonces como único condimento en las comidas, siendo el gasto medio por individuo y año de dos arrobas, que se utilizaban en la comida y en el escaso alumbrado de las casas. Los niños venían a consumir media arroba por año, pues se les alimentaba dos o tres veces al día con sopas. Las lámparas de las iglesias gastaban cuatro arrobas anuales por lámpara que ardiese día y noche.

Asso y Monterde convenían en la opinión de que el aceite más suave era el de las olivas royales, que abundaban en Sediles. Monterde aseguraba que en Santa Cruz de Grío se cultivaba el racimillo, que no se veía en otro sitio de Aragón, que daba el fruto en panojas como el serbal. En Sestrica se cultivaba el empeltre, que daba buen aceite, y en Saviñán el negral.

Por entonces, Juan Antonio Hernández y Pérez de Larrea (1730-1803) había propuesto al Cabildo de Calatorao que facilitase a los vecinos 8.000 olivos empeltres para plantarlos en el término de la Granja, pero su propuesta no fue secundada, a pesar del corto gasto que iban a producir las plantas, estimado en 25.000 reales.

Monterde en 1788 aseguraba que funcionaban molinos de aceite en Monterde, Santa Cruz, Embid y Sestrica. En El Frasno y en Paracuellos de la Ribera había dos en cada lugar y siete en Saviñán. Madoz en su Diccionario (1845-1850) decía que funcionaban entonces varios molinos de aceite en Saviñán. En el Anuario Nacional de 1931 aparecen citados en Saviñán seis molinos a nombre de María Bordíu, Manuel Cabeza, Iñigo Gracián, viuda de José Gracián, Félix Lafuente y viuda de Juan Lafuente.

Altas/Modificaciones - Contacto - Información
© Calatayud.org 1999-2013