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| 'Cultura de valle', patrimonio mundial
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Torre de la Colegiata de Santa María de Calatayud
AURORA PINTO | "El mudéjar es cultura de valle", afirma Gonzalo Borrás, historiador y profesor emérito de la Universidad de Zaragoza. Por eso, la zona del Jalón y Calatayud alberga varios de los edificios declarados Patrimonio Mundial por la Unesco en el año 2001. Esta semana se celebra el XV aniversario con una exposición fotográfica en el Aula Cultural San Benito y una conferencia el día 14 de Javier Callizo Soneiro, consejero de Cultura del Gobierno de Aragón cuando se gestionó la declaración.
La iglesia de Santa María de Tobed es uno de ellos: "Es el monumento por antonomasia del mudéjar aragonés, tanto por sus características de iglesia-fortaleza, como por su decoración", afirma Borrás.
Las construcciones que se incluyeron en la declaración de la Unesco de 2001 emprendieron proyectos íntegros de restauración, pero no es el caso de otros edificios que "se van restaurando por fases, poco a poco", indican desde la comarca de Calatayud. Ese es el caso de Santa Tecla de Cervera de la Cañada, obrada y edificada en el siglo XV por Mahoma Rami, alarife o maestro de obras predilecto del Papa Benedicto XIII, conocido como Papa Luna. O la iglesia de San Félix de Torralba de Ribota que, aunque no se destacó en la declaración de la Unesco del 2001, es uno de los que más visitas recibe, según datos de la comarca y, aunque "está absolutamente visitable", todavía "falta limpiar, consolidar y terminar la decoración interior". Desde el servicio comarcal se coordinan las visitas, pues "son pueblos pequeños y las iglesias están cerradas". Así, el interesado, a través del programa Visitas mudéjar de Calatayud, puede llamar por teléfono indicando el día en que va a realizar la ruta turística, y se le facilita el acceso al interior de los monumentos. La iniciativa funciona desde hace diez años y ha supuesto casi 16.000 visitantes en algunos edificios, como el de Torralba de Ribota, Cervera de la Cañada o el Claustro de la Colegiata de Santa María de Calatayud. Esta, que ya había sido declarada Bien de Interés Cultural en el siglo XIX, tuvo varias intervenciones restauradoras ya en los años 60, aunque la última fue en el 2009. Pero hay más: Tarazona, Borja o Ambel lucen también torres representativas del arte mudéjar.
Ruta
Siguiendo el recorrido, a lo largo del valle del Ebro, encontramos en Tauste la iglesia de Santa María cuya torre campanario es un ejemplo de la herencia almohade en Aragón, restaurada en los años 80 por el Ministerio de Cultura. Alagón alberga también un edificio representativo del mudéjar aragonés: la iglesia de San Pedro, que fue restaurada junto con la torre en 1999. O la torre de Santa María de Utebo, que tiene una réplica en el Pueblo Español de Barcelona.
Y en la Ribera Baja del Ebro, la iglesia de San Miguel Arcángel de Alfajarín, restaurada entre los años 1990 y 1998, la iglesia de la Asunción en la Puebla de Alfindén y la iglesia de la Asunción de Quinto de Ebro.
En el bajo Gállego y los alrededores más próximos a la capital aragonesa, varias torres como la de la iglesia de Villamayor, la de Peñaflor, y la de San Mateo de Gállego completarían la ruta del patrimonio mudéjar por los valles de la provincia.
En la ciudad de Zaragoza se encuentran los edificios más conocidos: los tres destacados en la declaración de la Unesco del 2001 --la Seo de San Salvador, el palacio de la Aljafería y San Pablo-- y la Torre de la Magdalena, en restauración y cerrada al culto desde hace 14 años y con una apertura anunciada para septiembre del 2017, fecha prevista para la finalización de las obras.
También en Huesca hay muestras de arte mudéjar, como los alfarjes --techos de madera-- del salón Tanto Monta anexo a la catedral cuya restauración finalizó el pasado mes de noviembre. Aunque el elemento más representativo del arte mudéjar en la ciudad oscense, según afirma Gonzalo Borrás, es "el alfarje del Palacio de Villahermosa que cubre la caja de las escaleras", solamente superado en su iconografía por la techumbre de la catedral de Teruel.
El Periódico de Aragón (1-12-2016)
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