|
|
 |
|
| Demoliendo al maño
|
|
JUAN BOLEA | En la mejor tradición del surrealismo aragonés, y después de aquel desopilante Estatuto B, acaba de aparecer en el mercado el segundo fruto de la fértil colaboración entre Roberto Miranda y Joaquín Carbonell, con lujosa encuadernación e ilustraciones de Alberto Calvo: la Gran Enciclopedia (o encicopledia) de Aragón Preta.
Que es, en efecto, dicha encicopledia, un compendio esencial de nuestras señas de identidad aliñadas por un humor agudo y corrosivo, participante a partes iguales del ingenio y de una despiadada autocrítica hacia el sentido común, o el talento natural, de esos saberes pardos que a la postre no son sino meros lastres de una rústica educación. Una demolición del maño, vamos.
Carbonell & Miranda (Carbonell & Coipesol) en la firma oficial, han acuñado las definiciones de hasta 701 palabras y nombres propios en relación con la cultura, el habla y el ser aragonés.
Es una guía, como sus propios autores recomiendan, para moverse con soltura por la Expo, pero, sobre todo, para soltar el trapo, la carcajada, y eliminar de lo aragonés cualquier resto de trascendencia.
Fieles a su estirpe gracianesca, al axioma de que lo bueno, si breve, dos veces preto, el prólogo de tan magna obra es breve, preto, y reza así: ¡Bienes u qué!: exigencia para que Cataluña nos devuelva los Bienes de la Franja.
La réplica a esta tesis filosófica sería su antítesis erótica, que encontramos en el siguiente y preto renglón de la encicopledia: ¡Vienes u qué!: grito del macho desde la cama.
Retruécanos, figuras, hipérboles. El guiñote, por ejemplo, será el ajedrez aragonés. Teruel se definirá con dos páginas en blanco. Una andorrana es una hemorroide jotera. Un Jaimito, alguien que se plega a la mujer. Un calentón, el estado natural del obrero del metal.
¿Buscamos un ejemplo de cutre?: un puticlú sin agua corriente. ¿Y la famosa malagana? Un bajón de tensión.
Al mejillón cebra se le concede un rango superior al del mero invasor, y pasa a ser un boquerón de río. La morterada está canónicamente descrita: comisión ilegal. ¿Y el calendario?: pornografía colgada en el taller. Nace el constructol: antiguo albañil con Mercedes. Un botijo sería una cantimplora caliente. Un mostrenco, un cacicón de secano. El jarsé, la prenda que va de silla en silla. La yenka, una jota pop; el twist, un vaivén catalán. Conjuntao: hombre vestido por la mujer. El Licor 43, la botella que se saca para invitar al viajante. Comistrajos: menús a tres euros en la facultad.
Un sarrio sería un bambi de Aragón. La mula, el pondere con moscas. Torrelapaja, un pueblo de solteros. Un conferenciante, un extranjero con diapositivas sobre el Paraná...
En la solapilla de la encicopledia leemos que Miranda &Carbonell dilapidaron su escaso patrimonio intelectual el día en que se aventuraron a pergeñar una obra tan absurda como el Estatuto Plan B. Con ella obtuvieron cierto reconocimiento popular, pero abandonaron cualquier opción de traspasar el elegante ambigú de la literatura decorativa. Ahora reinciden, tercos, con esta obra menor, con intención de sembrar de humor el árido desierto de las letras aragonesas...
¿Y saben qué es lo peor de todo? Que a lo mejor lo intentan de nuevo.
El Periódico de Aragón (19-4-2008)
|
|
