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Gracián y Schopenhauer

JUAN BOLEA | En un reciente encuentro con las Comunidades Aragonesas del Exterior, compuestas por miles de paisanos nuestros allende los mares o repartidos por Europa, tuve el placer de hablarles de Baltasar Gracián. El genio nacido en pleno de Siglo de Oro en Belmonte (muy cerquita de Calatayud) sigue siendo nuestro filósofo más universal. Muy conocido y más reconocido aún porque la posteridad lo ha tratado con generosidad, conservando vigente su magna obra.

Gracián sigue asaltando con frecuencia la lista de los libros más vendidos porque sus manuales y opúsculos filosóficos contienen recetas morales y enseñanzas de gran valor para el hombre actual.

No solo los lectores habituales de ese género llamado autoayuda, también los más diversos coachs o expertos motivacionales descubren en sus páginas, en El criticón o en El arte de la prudencia máximas de gran interés y enjundia, así como de amplia aplicación a colectivos, empresas, alumnos o clientes necesitados de pertrecharse con nuevas ideas.

El legado de Baltasar Gracián no habría ganado tantos apoyos o adeptos ni nos habría llegado en las mismas condiciones de no ser por Arthur Schopenhauer.

El gran filósofo alemán, hoy un tanto de capa caída por sus burdos comentarios sobre las mujeres (en vida fue un feroz misántropo), pero, al mismo tiempo, una cabeza genial capaz de poner en pie un sistema filosófico, se manifestó como un entregado admirador de Baltasar Gracián.

Por él, para poder leerlo en su idioma original y apreciar todos los matices de su prosa, Schopenhauer se empeñó en aprender castellano. "Desde 1825 -escribía en una de sus cartas- me he dedicado al estudio del español y ya leo sin problemas a autores como Calderón o Gracián. Mi escritor predilecto es este último. He leído todas sus obras. Su Criticón me parece uno de los libros más maravillosos del mundo. Me encantaría traducirlo si encontrara editor. En cuanto al Oráculo>, he enviado al editor Brockhaus unos fragmentos traducidos, por si tiene interés en publicar el título, tal como le he encarecido".

De Gracián, Schopenhauer destacó el conceptualismo, "su esencial concisión, y que la mayor parte de las veces deje al lector la reflexión sobre la transición de un pensamiento a otro". Podemos estar muy orgullosos de nuestro gran pensador.

El Periódico de Aragón (18-10-2022)


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