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Soldados de la guerra de Cuba

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El 24 de febrero de 1895 comenzó la definitiva guerra de la independencia de Cuba. A este conflicto el gobierno español mandó a miles de reclutas inexpertos, mal equipados, desmoralizados y mal dirigidos. Entre 1895 y 1898 se calcula que 220.285 soldados fueron trasladados a Cuba, además de las tropas movilizadas en la isla. Desde el 4 de mayo de 1895 hasta el 30 de junio de 1898, España se gastó casi dos millones de pesetas en esta guerra, cumpliéndose la promesa hecha por Cánovas, de permanecer en Cuba "hasta el último hombre y la última peseta". Los anarquistas decían: "Hasta el último hombre que no tenga los 300 duros para redimirse". Ya en 1889 se anunciaba en La Derecha la Agencia de Quintas Juan Lagunas, sucesor de Vancells, situada en la calle Azoque de Zaragoza. En 1898 se anunciaba la Agencia de Eduardo Izquierdo, situada en la plaza de San Pedro Nolasco. También en la calle de Cinco de Marzo se cedían o facilitaban sustitutos para el ejército de Ultramar.

En 1898 toda la prensa abogaba por la abolición de la redención del servicio militar, pero en sus páginas se seguían anunciando estas agencias. El 74,6% de las sustituciones y el 47,3% de las redenciones correspondían a labradores y artesanos. En estas páginas también se reseñaba la solidaridad civil con los soldados movilizados. El Café París de Zaragoza, obsequió en agosto de 1895, con café, cigarros y licores a los jefes, oficiales y soldados del escuadrón de Lanceros, cosa que hacía habitualmente. Los soldados, que se alojaron en la Aljafería, saldrían en tren hasta Barcelona. También fueron obsequiados por el Gambrinus y por el señor Orús. Antes de partir, los soldados oían misa en el Pilar y se proveían de escapularios y medallas. El ayuntamiento también daba donativos en metálico para clases y soldados expedicionarios, y tabaco para los capitanes y subalternos.

En 1898, año del desastre, los zaragozanos no faltaban a los carnavales, a los toros, teatros y cinematógrafo, y festejaban el Cinco de Marzo y el Pilar. Tras la derrota siguieron las largas listas de muertos y repatriados, a los que ayudaba una Comisión municipal presidida por Juan Antonio Iranzo. El café La Iberia cedía a los repatriados el gasto de 2 reales, o lo que es lo mismo, un chocolate, un vaso de leche y un bollo. La Sociedad "El Ruido" y la Cruz Roja también ayudaban a los soldados. "El Ruido" era una comparsa que se había formado en los carnavales de 1896, dedicada a captar donativos para ayudar a los soldados aragoneses que regresaban heridos o enfermos de la guerra de Cuba. Con todos los donativos, "El Ruido" montó una tómbola en el paseo Independencia, recaudando en las fiestas del Pilar de 1896 más de 7.000 pesetas, que repartiría entre los soldados a razón de 50 o 75 pesetas. En el último trimestre de 1897, "El Ruido" había socorrido a 130 soldados por valor de 2.820 pesetas. En 1898 socorría a los repatriados con 10 pesetas. Ya en 1896 Heraldo de Aragón recogía donativos para los heridos zaragozanos. Muchas de las veladas de los teatros eran a beneficio de los soldados aragoneses heridos en Cuba. "La Justicia" de Calatayud abrió también una suscripción que destinó a partes iguales a la Cruz Roja y a "El Ruido".

A finales de 1896, el soldado de Cariñena Gregorio Gimeno Rubio, procedente del Hospital Alfonso XII de La Habana, recibió dos calzoncillos de cotón, faja, chaleco de Bayona, un par de calcetines, camisa de franela, camiseta, un par de calzoncillos de punto, americana, chaleco, pantalón y gorra. En La Derecha, el 22 de agosto de 1898, se informaba que en Saviñán se había detenido al soldado José García Pascual, natural de Gotor, repatriado de Cuba por inútil, acusado de hurto y deserción. El 20 de octubre se reseñaba el regreso de Mariano Asensio Asensio, de Saviñán, repatriado de Cuba, con licencia, aunque debía incorporarse después al ejército de la península. En igual situación se encontraba el soldado de Saviñán Guillermo Palacín Joven. Cada uno de ellos recibió 10 pesetas de "El Ruido". Mi buen amigo e incansable investigador Mariano Amada, ha encontrado en "La Derecha" a otros tres soldados de Saviñán: Benito Garza Moreno, Anacleto Calvo Villalba y Aniceto Aznar Val, que regresaron de Cuba en el verano de 1899, recibiendo 10 pesetas de "El Ruido". En un artículo publicado en Trébede en marzo de 1998, segundo de dos trabajos dedicados a los aragoneses en la guerra de Cuba, mi buen amigo, escritor y fotógrafo Luis Serrano Pardo, recoge una noticia aparecida en la prensa, que informaba de la muerte en Saviñán del soldado Pedro Andrés Rabadán, víctima de una disentería crónica. El ayuntamiento de Saviñán corrió con los gastos de los funerales, a los que asistió todo el vecindario. Con este joven, habían fallecido en la guerra de Cuba ocho soldados de Saviñán, siete fuera de su patria. En su partida de defunción, que se halla en el Tomo XI, se dice que murió el 17 de enero de 1898. Tenía 18 años y era hijo de José y de Nazaria. Según me comentaron, los soldados veteranos de la guerra de Cuba no pagaban entrada en el cine de Saviñán.

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