Romería de San Pascual, en una festividad que finaliza con el traslado de la imagen a la ermita (Foto: Axel Álvarez)
PÉREZ GIL | La festividad de San Pascual Baylón se celebra en la pedanía monfortina de Orito desde el 17 de mayo de 1637. Han pasado 381 años y la cueva donde el santo rezaba en el cerro de las Águilas sigue atrayendo a miles de personas cuando despunta el mes de mayo.
Las previsiones que manejan las concejalías de Fiestas y Seguridad Ciudadana es que la romería superará este año las 250.000 visitas, y su momento álgido se va a registrar precisamente este fin de semana. El motivo responde a que en esta ocasión San Pascual tiene una doble cita al coincidir su celebración -fue el pasado jueves- con un día situado en medio de la semana. Por eso los vecinos de Monforte y los visitantes de otros municipios, comarcas, provincias y Comunidades han podido disfrutar de la feria dos fines de semana.
Cabe recordar que son unas fiestas de interés turístico y se han convertido en una de las peregrinaciones más importantes de la Comunidad Valenciana. Pero su dimensión religiosa y popular se complementa con la lúdica y comercial, que tiene en los puestos de la feria de Orito su máximo exponente. Y un año más los productos más demandados vuelven a ser los recuerdos y garrotes de madera del santo, el menaje de cocina, los artículos de alimentación y los artesanales cestos de mimbre. Precisamente este año se ha producido un incremento en el número de feriantes y comerciantes que se instalan en el espacio habilitada para tal fin, lo que ha obligado al Ayuntamiento a tener que ampliar la zona. Otras novedades son el recinto de acampada al pie de la cueva, el dispositivo especial de tráfico y las nuevas vías de evacuación.
San Pascual nació en la población zaragozana de Torrehermosa en 1540 y su venerada imagen goza desde el siglo XVII de una gran devoción en la provincia. De hecho es la segunda romería más importante después de la Santa Faz de Alicante y cuenta con dos curiosas tradiciones. Los romeros depositan en la cueva sus exvotos por las gracias recibidas y deben tocar el cordón del hábito de la talla del santo para conseguir sus favores.
