La Comarca de Calatayud
Archivo Bibliográfico - Enciclopedia - Directorio de Empresas - Páginas de Calatayud - Noticias - Tienda - Foro - Tablón de Anuncios

Inicio/ Noticias de Calatayud

Páginas de Calatayud
GEOGRAFÍA E HISTORIA
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MONUMENTAL
LITERATURA
FERIAS, FIESTAS, TRADICIONES
ARTE Y ARTISTAS
BIOGRAFÍAS
TURISMO
HOTELES Y RESTAURANTES
VIAJES
ECONOMÍA
DATOS ESTADÍSTICOS
INDUSTRIA Y COMERCIO
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
SALUD
DEPORTE
TRABAJO
ENSEÑANZA
INFORMÁTICA
ASOCIACIONES Y COLECTIVOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
VARIOS

Búsqueda de información
Google
PUBLICIDAD

Sara Comín: ‘Siempre he querido
cantar y contar, y he tenido suerte’


La periodista y cantante Sara Comín

PICOS LAGUNA | Cuando apenas levantaba un palmo del suelo, Sara Comín (Calatayud, 1973) sentaba a su familia, se ponía un mantón de su tatarabuela y les cantaba canciones de Rocío Jurado o Nino Bravo que se aprendía con su abuela viendo la Carta de Ajuste. Todo un síntoma del destino que ha marcado la vida de esta mujer tremendamente vital, que habla con sus ojos, con sus manos, con todo su cuerpo, y que ha sabido encontrar el camino hacia ella misma, hacia aquello por lo que luchar y vivir.

Lleva 20 años en el mundo del periodismo que arrancó en Calatayud, y es parte de los pioneros de la televisión autonómica; pero lleva muchos más poniendo alma a la música, sintiéndola, regalándola. Porque ha logrado ese imposible, ese privilegio de poder vivir sueños y anhelos. De cantar y contar. Y cuenta cómo de niña cantaba a sus vecinas en la calle y luego pasaba la bandeja para comprarse helados; cómo jugaba –y cantaba jotas– con su buen amigo Nacho del Río (“un genio, un cantador único”). Cómo con 17 años logró una beca para el Conservatorio Superior de Música y cómo Pedro Lavirgen, en el tribunal que le examinó, calificó su actuación de “apabullante. Fui con mi hermana de guitarrista en un viaje que parecía una película de ‘Paco Martínez Soria’. Canté ‘La bruja’ de Chapí, después de ver a otros aspirantes cantar óperas...”. En primavera volverá a la Aljafería en el ciclo ‘Música y poesía’ y ya piensa en el disco que quiere hacer. Mientras la seguimos viendo con su eterna sonrisa en los informativos de Aragón Televisión, habla con pasión de su pequeña Ana y de cómo la vida después de mil vueltas le llevó hasta su marido, David Marqueta, otra eterna sonrisa que llena de sensibilidad la radio.

¿Cuánto estuvo en Madrid?
Tres años, y uno más en el que iba y venía a Calatayud, porque estudiaba en la UNED Sociología y trabajaba en una fábrica de discos, para lo que había que tener ganas porque los horarios eran matadores, eran ocho horas haciendo lo mismo. Fue una época dura porque quería estudiar y cantar pero se acabaron las becas que eran de la Diputación Provincial de Zaragoza, y aunque mis padres hicieron el esfuerzo había que trabajar y me reenganché a estudiar. Empecé en la Cope en Calatayud. Así, sin más, sin buscarlo, porque fueron ellos los que quisieron hacerme una prueba para la tele porque decían que tenía aptitudes. Creo que fue el destino.

El destino que todo lo marca.
Siempre he querido cantar, y contar y he tenido suerte en la vida. Contar cosas es algo vocacional, aunque a veces no lo puedo hacer como me gustaría porque tienes que ser correcta y medir mucho tus palabras. Yo peleo y sufro, y cuando veo una noticia la peleo siempre. Empecé en la Cope, que tenía radio, televisión y periódico, e hice de todo; a diario eran la radio, el periódico y hasta el informativo, porque cogía las noticias y las locutaba en directo, por supuesto sin teleprónter, todo de memoria. La vida me cambió porque José Luis Lajara, director técnico de Antena de Aragón, me vio y habló de mi a José Luis Campos y Félix Zapatero que buscaban una presentadora. Otra vez el destino. Me hicieron una prueba y me ficharon para los informativos y para hacer calle. Aprendí muchísimo. Después me quedé cuando arrancó la autonómica.

¿Cuánto tiempo lleva haciendo ahora información parlamentaria?
Cuatro años; antes estuve en ‘Por la mañana’ otros cuatro años, y los seis anteriores hice política municipal. En la autonómica estoy desde que se abrió hace trece años. Llevo 20 años en esta profesión.

Y más en la música.
Toda la vida. Ahora canto mucho con José Luis Arrazola, un guitarrista maravilloso, tanto como humilde; para mi, el mejor que hay en este país, que ha ido en giras con Serrat, con Manuel Carrasco. Trabaja en una tienda de instrumentos musicales y a mi me duele, porque es un músico de verdad. En la presentación del último libro de Antón Castro canté con él el bolero ‘Alma mía’, una maravilla que escribió María Grever en los años 20, una mujer que rompió esquemas. A mí me gusta mucho recuperar esas figuras y quiero hacer un documental sobre el silencio que han vivido nuestras abuelas, bisabuelas. Yo veía a la mía, tan inteligente y tan silenciada que me duele. No le enseñaron a escribir y aprendió ella, no le enseñaron cuentas y las hacía mejor que yo. Mire, cuando cambiaba tanto el tiempo y decían en el pueblo “esto es lo que Dios manda”, ella decía que no, que algo estaba pasando en la atmósfera. Que alguien a quien no le han dado una educación sea capaz de ir más allá…

Pone una gran pasión en la música
Nunca he podido cantar una canción que no diga algo. Cuando Jesús Gracia, que me daba clase de jota con Nacho del Río, me daba una, yo le decía que con una letra que no fuera absurda, y era una niña. Porque ¿cómo me voy a emocionar?, ¿cómo voy a sentir si la letra no tiene sentido? Cuando canto miro a un punto fijo o cierro los ojos porque siento cada palabra. Me emociono, pero no me puedo dejar llevar porque entonces no puedo seguir. Me gusta mucho Serrat, y Sabina, Aute, Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Jorge Drexler, El Kanka. He tenido la suerte de que los escuchábamos mucho porque una de mis hermanas siempre ha tenido un punto poético y me abrió mucho a la literatura. He tenido mucha suerte con la gente que me he encontrado en la vida.

¿Le hubiera gustado dedicarse solo a la música?
Puede, pero la vida me ha ido llevando. La gente se quema cuando son músicos potentes, yo hubiera empezado muy joven y quizá me hubieran manejado, como veo que lo hacen. Porque es raro encontrarte a una Rosalía o Amaia que saben qué quieren, creo que porque han tenido una educación estupenda, y que parte de casa. Estuve a punto de quedarme en la Compañía Lírica, pero me dije que no estaba preparada para irme de gira, y tampoco musicalmente porque tenía mucho que aprender. No sé, no sé si hubiera sido tan feliz. Yo solo quiero cantar y no necesito nada, solo sentir, trasmitir y lo hago cantando ante 2, 20 o 100 personas. En Turquía me pasó algo precioso, fui allí a cantar jotas con unos 13 años (volví con 16) con el grupo de Virgen de La Peña de Calatayud. Canté ‘Las plantas se reverdecen’ como si me fuera la vida en ella, porque me lo pidió el corazón, y dos señoras lloraron sin saber siquiera qué decía.

Cantar, siempre.
Sí, porque nunca he dejado de hacer conciertos, ni de cantar. Voy a grabar un disco y me gustaría que tuviera soul, jazz. La gente cree que aún canto jotas y las dejé a los 17, porque cuando empecé a hacer lírica me dijeron que me olvidara de ellas.

Heraldo de Aragón (1-3-2019)

Altas/Modificaciones - Contacto - Información
© Calatayud.org 1999-2019