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Los balnearios aragoneses, un baño terapéutico para la economía rural


El lago termal de Termas Pallarés, único en Europa cuyas aguas se mantienen a 28ºC de temperatura y se renuevan cada 32 horas

M. MILLÁN | Como un espejo. Así están las aguas termales de Aragón, sin que nadie rompa su reflejo al sumergirse en ellas. Los balnearios de la Comunidad cerraron las puertas cuando el Gobierno decretó el estado de alarma y ahora, dos meses y medio más tarde, preparan su reapertura. Desde los complejos termales aseguran que están ultimando los preparativos en base a un protocolo con "ilusión", aunque no esconden la "incertidumbre" ante el panorama que se dibuja. El de Benasque ya ha avisado de que está abocado al cierre por las nuevas medidas sanitarias.

"Somos conscientes de que este año será prácticamente imposible obtener beneficios. Pero también sabemos que el balneario está en un entorno rural en el que es un importantísimo tractor económico para el municipio y la comarca", reconoce Miguel Mirones, presidente de Balnearios Relais Termal al que pertenece el Balneario Termas Pallarés de Alhama de Aragón. La reactivación de la economía rural es una de las preocupaciones de los balnearios, empresas de las que dependen varias familias de la zona ahora en ERTE. Aseguran hacerlo por "compromiso moral". "Somos la locomotora de estas zonas", sentencia Pedro Villanueva, director gerente del Balneario de Ariño, donde trabajan 55 empleados y hay 52 habitaciones.

En el punto de mira de los empresarios consultados están los programas de termalismo del Imserso, de los que todavía no han recibido una respuesta. "Es vital que el Gobierno los mantenga para que la actividad de los balnearios pueda continuar, es lo que nos permite abrir más de cuatro meses", confiesa José María Franch, gerente del Balneario de Vilas del Turbón. En la actualidad este programa amplia la campaña termal a diez meses en la mayoría de los lugares.

En este balneario del Valle del Isábena, en plena comarca de la Ribagorza, ha continuado el mantenimiento, pero con limitaciones. "Las labores durante este tiempo han sido con los recursos disponibles, minimizando gastos y afrontando las pérdidas", sostiene Franch. "Será un 10% menos de la facturación mensual en total, es decir, más o menos como haber tirado medio año", calcula el gerente. "La apertura será a pérdidas, pero no abrir supondría mucho daño", coincide Villanueva. La mayoría de los balnearios no han podido contabilizar todavía las pérdidas exactas que les ha ocasionado esta situación. Muchos se atienen a la respuesta de los clientes, mientras que otros piensan en reinventarse, nuevas fórmulas si no hay Imserso. En otros casos la expectativa surge porque todavía no tienen una fecha concreta para iniciar la actividad, ya que la implantación de los nuevos protocolos no es inminente y es necesario formar a los empleados.

Esas pautas están recogidas en varios protocolos, como el elaborado por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE), encomendado por el Ministerio Turismo y validado por el de Sanidad. Se recomienda a los balnearios identificar qué técnicas de su catálogo van a aplicar en los distintos escenarios de evolución, por ejemplo, se deben evitar aquellos que emitan pequeñas gotas. "En el caso concreto de aplicación de barros o peloides, deben ser desechables, de aplicación única o, si se reutilizan para el mismo cliente, la organización debe identificar el peloide con su nombre", se puede leer en el documento del ICTE. En las zonas húmedas se aconseja intensificar la desinfección de los pasamanos y los servicios colectivos tenderán a individualizarse. Por ejemplo, se limitará el aforo de las piscinas, mientras que otras terapias, como las bañeras de hidromasaje, se mantendrán idénticas ya que eran de un solo uso.

"En nuestro balneario las toallas se introducirán en bolsas de plástico una vez usadas e inmediatamente se llevarán a la lavandería para someterlas a altas temperaturas, a 70ºC", explica Franch. Pensaron en otros sistemas como prendas de un solo uso, sin embargo, eso incrementaría los costes. "En el balneario Ariño estamos trabajando con un protocolo que nos permita vigilar la situación del cliente antes de llegar, durante alojamiento y semanas después de irse, para ofrecer una tranquilidad sanitaria", expone Pedro Villanueva.

Vista aérea del Balneario de Ariño, en Teruel. Balneario de Ariño Las actividades complementarias que ofrecen los complejos termales, como el gimnasio, se intentarán ejecutar en el exterior, aprovechando los jardines o las terrazas que brindan los parajes en los que se localizan. Una oferta que amplían con la posibilidad de hacer excursiones guiadas, senderismo o rutas culturales por la zona. Los empresarios apelan a las amplias instalaciones de las que disponen, donde es posible cumplir el distanciamiento físico, y también las altas temperaturas a las que emanan las aguas, medio en el que se ha verificado que el contagio es inviable.

"Aunque el 'covid free' no existe, tenemos que ser un destino seguro", señalan. Por esta razón los balnearios se proyectan para conseguir el sello de garantía 'Safe Tourism Certified'. Para conseguirlo tienen que afrontar gastos de inversión y corrientes, para epis, guantes o mascarillas. Esto ha llevado a que los balnearios reclamen ayudas públicas para hacer frente. "Hace falta la colaboración del resto de empresas y administraciones públicas. Por supuesto, también de los clientes que, desde su responsabilidad personal, deben ayudarnos a cumplir las normas para cuidar de todos. Estamos dispuestos a realizar la inversión necesaria y asumir nuestra parte con responsabilidad, pero no podemos hacerlo solos", resalta Mirones.

La irrupción del coronavirus en los balnearios ha empañado de alguna forma los planes de futuro de algunos de los complejos. "Esta crisis sanitaria nos ha sorprendido cuando teníamos prevista una reforma para los meses de noviembre o diciembre, ahora nos surgen las dudas", apuntan desde el de Vilas del Turbón que comenzó la temporada el 26 de febrero y el viernes previo al inicio del confinamiento derivaron a los clientes a sus hogares en taxi.

La vuelta de los balnearios será paulatina y en función de la evolución de la pandemia, según informado a sus clientes a través de las redes sociales. Al parecer, el balneario de La Virgen de Jaraba será el primero que retome el servicio en Aragón, el 26 de junio. El resto esperarán al mes de julio. El de Paracuellos de Jiloca será el 1 de julio, el 2 en el de Manzanera y el día 3 volverá la actividad al Hotel Balneario de Alhama de Aragón, que celebra su décimo aniversario. A mediados de julio también está previsto que abra de nuevo el de Vilas del Turbón, el de Ariño y el 17 el balneario de Panticosa, que ya se anunció que coincidirá con el inicio del VIII Festival Internacional de Panticosa Tocando el Cielo. Otros todavía no han marcado un día en el calendario. "Queremos ser un destino seguro y no tenemos aún una fecha concreta, pero la anunciaremos tan pronto como sea posible", defiende Mirones en relación a Termas Pallarés.

Una oportunidad

Los balnearios juegan con un as: las propiedades curativas de las aguas mineromedicinales. "Somos centros sanitarios además de turísticos, contamos con equipos médicos, profesionales acostumbrados a trabajar con personas de diferentes edades", destacan desde Termas Pallarés. "Estamos elaborando un protocolo de actuación para el control médico de todos los clientes a su llegada al balneario. Hasta ahora este control servía para orientar el tratamiento termal, a partir de ahora también servirá para anticiparnos si alguien presentara algún síntoma de covid-19", publicó el Hotel Balneario Paracuellos de Jiloca en sus redes sociales.

Durante estos meses los balnearios aragoneses han ofrecido sus instalaciones termales para alojar sanitarios, como el de Ariño o Termas Pallarés. También han llevado a cabo una campaña de acompañamiento telefónico: 'Que nadie esté solo'. "Esta acción nos ha permitido contactar con miles de clientes de Termas Pallarés para saber cómo estaban", recuerdan. Ahora los teléfonos de los balnearios vuelven a sonar, en esta ocasión para responder dudas y apuntar las primeras reservas.

Heraldo de Aragón (2-6-2020)

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