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José Gracián Gasca: un hombre tranquilo
en un tiempo de cambio

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | La vida de José Gracián Gasca fue sin duda una vida tranquila. Vivió acomodadamente y sin apuros en un tiempo de continuos cambios y de no menos sobresaltos.

José Gracián nació en Saviñán el 27 de noviembre de 1863, víspera de san Gregorio III Papa, recibiendo las aguas del bautismo al día siguiente, en brazos de su madrina Francisca Carrascón, su abuela de Aniñón. Mosén Vicente Bono le impuso el nombre de José-Gregorio. Sus padres fueron Pedro-Antonio Gracián Carrascón (1818-1887), que había sido diputado provincial, y Juana Gasca Melús (h.1836-1868). Sus abuelos paternos se llamaban Pedro Gracián García (1771-1840) y Francisca Carrascón Abad (h.1782-1864), que oyeron la misa nupcial en san Roque de Saviñán en 1813. Sus abuelos maternos fueron José Gasca, de Paracuellos de la Ribera, y Juana Melús, de Viver de la Sierra.

En el Diccionario de Madoz se apuntaba que a la entrada de Paracuellos había una presa sobre el río, construida en 1838 a expensas de José Gasca, que le proporcionaba suficiente caudal de agua para mover dos muelas ordinarias para moler la aceituna y otra para el repaso, disponiéndose entonces para establecerse una cuarta. "Este ingenioso artefacto, fruto del talento, constancia y aplicación del Sr. Gasca, han hecho honor a su autor, y proporciona notable beneficio al país (...)".

El matrimonio Gracián-Gasca tuvo al menos seis hijos: Pedro-José-Benito-Roque-Joaquín, 1856, que debió de morir enseguida, Juana-Francisca-Inocencia (1857-1862), Pedro-Pablo-Rosendo (1860-1924), Francisca-Josefa-Serapia, 1861, que casó en 1890 con Victoriano Ledesma Palacios, José-Gregorio (1863-1922), objeto de este trabajo, que casó con su prima Josefa Gasca Torrijo (h.1866-1937), y Juana-Luisa, 1866, que casó en 1893 con José-María Bascones Pérez.

En 1891 nacía en Saviñán José-María-Pedro-Luis de Gonzaga-Sixto Ledesma Gracián, hijo de Victoriano Ledesma, abogado, y de Francisca Gracián. Sus abuelos paternos fueron Francisco Ledesma, de Buberos, Soria, y Úrsula Palacios, de Ariza.

En 1862 casaban en Saviñán Cecilio Bascones Alcocer, de Velamazán, con María-Dolores Pérez Ibarra. Él era hijo de Bernardo Bascones, de Tajueco, y de Josefa Alcocer, de Santorcaz. Ella era hija de Sinforoso Pérez, de Calatayud, y de Ignacia Ibarra, de Saviñán. En 1868 moría en Saviñán una hija del matrimonio llamada María-Luisa Bascones Pérez, de dos años.

En 1897 nacía en Saviñán María del Carmen-Rita-Margarita Bascones Gracián, hija de José-María y de Juana, que casó en 1924 y en san Miguel de los Navarros de Zaragoza con su primo hermano Francisco de Asís Ledesma Gracián. La familia Ledesma-Bascones son los actuales propietarios de la casa solar de la familia Gracián de Saviñán, ya que José Gracián Gasca no tuvo hijos.

De los años 1874 y 1875 se conservan algunas facturas de gastos de José Gracián, que aparece con el número 111 del colegio zaragozano del Salvador, de los padres jesuitas. Entre los años 1877 y 1881 se conservan algunas papeletas de notas, correspondientes a distintas asignaturas, de las que se examinó José Gracián en el Instituto de Zaragoza. En los ejercicios para lograr el grado de bachiller, celebrados el 24 y el 25 de junio de 1881, José Gracián obtuvo la calificación de sobresaliente. El correspondiente título le fue expedido en 1883.

En el curso 1874-75 se incorporaron al Instituto de Segunda enseñanza los colegios del Salvador, san Miguel, Colegio Universal de santo Tomás, Politécnico de Nuestra Señora del Pilar y Colegio de la Concepción. Todos ellos eran a la vez de primera enseñanza. Otros colegios religiosos tenían una larga tradición en Zaragoza, como el de los PP. Escolapios, instalados en 1733, la Compañía de María en 1744 y santa Rosa en 1760. Ya en el siglo XIX se instalaron las religiosas Mercedarias, 1870, las Hijas de la Caridad, 1870, las Hermanas de santa Ana, que en 1872 se hacían cargo de la escuela de niñas del Hospicio, y las religiosas de Altabás, que dirigían la única escuela de niñas en el Arrabal. El Colegio del Sagrado Corazón apareció en 1875.

Los jesuitas habían fundado su primera escuela en el Real Seminario de san Carlos de Zaragoza, que llevó el nombre de Colegio de la Purísima Concepción, donde estudiaron José y Ramón Pignatelli, Baltasar Gracián y Vicente de Paúl. Carlos III expulsó a los jesuitas de España en 1767, pero fue el conde de Aranda quien cargó con la leyenda que lo presentaba como enemigo de los jesuitas y responsable más directo de su expulsión, pero su papel se limitó, en calidad de Supremo Magistrado del Reino y comandante general del Ejército y Policía, a poner en práctica una resolución que se estaba preparando en Madrid antes de que él fuera llamado a la Corte. Así ha llegado hasta nosotros la imagen decimonónica de un Aranda "enciclopedista, volteriano, impío, masón y revolucionario". El Papa Clemente XIV se vio forzado a suprimir la Compañía de Jesús, por el breve Dominus ac Redemptor, de 21 de julio de 1773, ante la presión de los reyes de Francia, España, Portugal y Nápoles.

Los jesuitas abandonaron a la fuerza Zaragoza hasta 1814, año en que la Compañía fue restaurada por el Papa Pío VII. En agosto de 1871 los padres y cincuenta alumnos se instalaron en la antigua plaza del Pueblo, hoy plaza del Carmen. El nuevo colegio, llamado del Salvador, tuvo que trasladarse en 1879 a un nuevo edificio, por el creciente número de alumnos, instalándose en el paseo Sagasta nº 1. Actualmente este solar lo ocupa la sede de Ibercaja.

Al cumplirse el veinticinco aniversario de la fundación del colegio en 1904, tuvo lugar una fiesta solemne el 23 de noviembre, festividad dedicada a san Clemente, día que se celebraba el natalicio de Clemente Bofill, fundador del colegio. A esta fiesta acudieron los antiguos alumnos del colegio, que compartieron con los nuevos alumnos las celebraciones religiosas, la comida, la sesión literaria del día 23 y la misa de difuntos, por los profesores y alumnos fallecidos, celebrada el día 24. La Junta organizadora de aquel encuentro acordó entregar doscientas cincuenta pesetas a la "Caridad", institución benéfica de Zaragoza, otras doscientas cincuenta pesetas a las Conferencias de caballeros de san Vicente de Paúl y una casulla a la capilla del colegio. A este encuentro no faltó José Gracián. La invitación de la Junta, con fecha de 1 de julio, fue contestada afirmativamente por José Gracián el 27 de julio, según él mismo apuntaba en el reverso de la invitación. En el mismo colegio estudiaron también su primo Juan-Ignacio Gracián Campos y los hermanos José-María y Luis Bascones Pérez. Este último casó con Dolores Gasca Torrijo, hermana de Josefa, casada a su vez con José Gracián Gasca. Dolores Gasca Torrijo murió en Saviñán en 1936.

Al acabar sus estudios en Zaragoza, José Gracián marchó a Madrid, donde estudió en la Universidad Central Derecho y Filosofía y Letras, ésta última con Jacinto Benavente, premio Nobel de Literatura en 1922, que aparece en la orla de la promoción.

Así, en el curso de 1882-83 José Gracián comenzaba a la vez las carreras de Derecho y Filosofía y Letras. En su expediente sólo figura que se matriculó en la Facultad de Filosofía y Letras los cursos 1882-83 y 1883-84. Sí acabó la carrera de Derecho en el curso 1886-1887 con buenas notas, obteniendo el título de Licenciado el 11 de mayo de 1888.

En 1882 José Gracián vivía en Madrid en la Travesía de Trujillos, cerca de Sol. Ya en 1883 vivía en la plaza del Cordón, nº 3, 4º derecha. Se sitúa cerca de la plaza de la Villa. En unas casas desaparecidas llamadas las casas del Cordón vivió desde 1575 Antonio Pérez, donde estuvo cautivo hasta su huida en 1585.

José Gracián ingresó en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación el 12 de noviembre de 1885, con el número 544. El 13 de diciembre de 1887 fue declarado correspondiente con residencia en Saviñán, en donde se hará cargo de una más que considerable hacienda familiar, debido a la muerte de su padre en agosto de 1887.

Su hermano Pedro no estuvo nunca capacitado para ello. En los padrones parroquiales de vecindario, que se confeccionaban por el cumplimiento de Pascua, aparecían todos los vecinos del pueblo, calle por calle, los que confesaban y comulgaban, los párvulos, los que no cumplían, a pesar de los avisos del párroco, y los discapacitados. En el padrón de 1885 mosén Juan-Antonio Bravo apuntaba que en el pueblo había dos "idiotas", don Pedro Gracián Gasca y Antón Benedí Serrano.

Se conserva un recibo de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, por el que José Gracián había satisfecho nueve pesetas por la cuota correspondiente al cuarto trimestre de 1887. Y otro de la Revista General de Legislación y Jurisprudencia por todo el año de 1890, por el que pagaba cuarenta pesetas.

Por estas fechas José Gracián se interesaba por las novedades en agricultura. Entre febrero y julio de 1891 y entre noviembre de 1891 a abril de 1892, estaba suscrito a la Crónica de Vinos y Cereales, con una cuota semestral de seis pesetas. Entre agosto de 1897 y julio de 1898 se suscribía a La Producción Agrícola y Pecuaria, pagando doce pesetas, y en 1903 estaba suscrito al Resumen de Agricultura, por diez pesetas al año.

Se conserva un recibo de la Cofradía de San Roque de Saviñán de 1891, por el que José Gracián, alcalde, pagaba de cuota seis pesetas. Está firmado por el prior Francisco Gil de la Corona, que regaló aquel mismo año el san Roque de plata. En 1894 José Gracián fue prior de la Cofradía de San Roque. En 1907 José Gracián era concejal del Ayuntamiento de Saviñán, aunque dimitió a causa de un litigio con el Ayuntamiento, por la plantación de unas acacias cerca de su huerto de la Señoría, aunque según escribe en una carta, sin romper las buenas relaciones con la Corporación, compartiendo, si las hubiere, cualquier responsabilidad pecuniaria.

En el Boletín Eclesiástico, con fecha del 15 de febrero de 1907, se informaba que la Junta de Acción Católica de Saviñán estaba compuesta por el alcalde Juan-Ignacio Gracián, que hacía de presidente. Como vocales se citaban a Isidoro Nalda, José Gracián, abogado, Francisco Pina, comerciante y propietario, y Diego Gracián, propietario. De secretario actuaba Miguel Lafuente. En el nº del 28 de febrero de 1907 del Boletín Eclesiástico se apuntaba la composición de la Junta de Acción Católica de Morés. Como presidente aparece Roque Gasca.

José Gracián estaba suscrito en 1903 al Diario de Avisos de Zaragoza, por dieciséis pesetas de cuota anual, y a El Noticiero, con una cuota de doce pesetas. En las elecciones de 1903 el Diario de Avisos fue el único medio que defendió decididamente a Costa. El 27 de abril el periódico atribuyó a Costa un carácter mesiánico y esperaba que "el León de Graus sea un Cavour, un Bismark, un Gladstone, un Lincoln o un Porfirio Díaz". Costa es "el hombre nuevo que necesita España".

El Noticiero publicó su primer número el 1 de junio de 1901, siendo el órgano de las ideas católico-sociales zaragozanas. En él se reflejaban casi a diario la actividad de la iglesia, la publicación de las encíclicas de Pío X, las opiniones del arzobispo y las distintas manifestaciones religiosas. A este periódico no le gustaban las alusiones anticlericales de los mítines republicanos.

En las elecciones de 1910 se presentó como candidato católico independiente por los distritos de Daroca y de Calatayud-Ateca, José María Bascones, cuñado de José Gracián, saliendo derrotado. El Gobierno de Canalejas había subido al poder en febrero de 1910, pero no firmará el decreto de disolución de las Cortes hasta el 14 de abril, teniendo lugar las elecciones el 8 de mayo para diputados y el 22 para senadores. En las elecciones de 1910 aparecerá configurado un verdadero partido católico, que llevará a cabo una importante y entusiasta propaganda para vencer su tradicional abstencionismo. Sus proclamas decían: "¡Arriba católicos, sacudid la pereza y votar a los que anteponen la religión a la política!".

Bascones publicó un folleto que firmó en Zaragoza en diciembre de 1910 titulado: Indicaciones sobre mi pasada campaña electoral, que dirigió solamente a unas cuantas personas, que el autor consideraba que debían conocer lo ocurrido en la pasada campaña electoral. En ella Bascones no esperaba el apoyo de los conservadores, que no habían presentado candidato por Daroca, pero menos aún su frontal y encarnizada oposición, sin la cual hubiera tenido segura su elección. Pero a pesar de ser combatido por todos los partidos, Bascones no retiró su candidatura. Escribía: "Llevo veinte años en la política activa, he luchado con entusiasmo como el que más; yo reto a todo el mundo para que manifieste qué beneficio, qué medro personal, por pequeño, por insignificante que sea, he obtenido de la política". Bascones se sentía orgulloso de haber pedido y obtenido favores para los demás, aunque nunca para sí mismo. Bascones decía en su manifiesto estar entonces absoluta y totalmente alejado de toda actividad política, aunque sus ideas seguían siendo las mismas, condensadas en tres principios, la Religión, el Orden y la Patria, aunque decía también no guardar de nadie "ni odio, ni molestia, ni afecto". Respetaba a sus contendientes que se habían movido por ideales políticos, aunque compadecía a los que lo habían hecho por pequeñas miserias, agradeciendo asimismo la confianza puesta en él durante veinte años de lucha política. "Mis amigos saben que he sido pródigo repartiendo en su favor y no en provecho propio ni influencia personal; mi conducta pasada para con ellos abona mi conducta futura; para lo que a mí se refiere alejado de toda lucha, para lo que a ellos interesa, más decidido y batallador que nunca".

En abril de 1910 José-María Bascones participaba en un mitin celebrado en la plaza de toros de Calatayud, contra la reapertura de las escuelas laicas, decretada por el Gobierno, que habían sido cerradas con motivo de los sucesos de la Semana Trágica. El resumen del discurso de Juan Blas y Ubide, publicado en El Regional, resumía el sentir de todos los oradores. "Las bengalas siniestras de la semana trágica han iluminado el fondo de los abismos tenebrosos donde se fraguan los atentados de la revolución. En estos abismos surgió la idea satánica de corromper a la niñez, creando la escuela laica".

José-María Bascones fue un hombre preocupado de la educación de los más pequeños, pues lo encontramos formando parte de la Junta Local de Escuelas de Calatayud en 1908, 1909 y 1911, junto a Cipriano Aguilar, Juan Blas, Juan de la Fuente, Manuel Lozano, Vicente Mochales y Antonio Lorente, entre otros.

José Gracián Gasca fue un hombre ordenado, dejando constancia escrita de los pedidos, de los pagos y de la misma contabilidad diaria de su hacienda. Participó en la vida pública local y se interesó por la política nacional e internacional, pues recibía varios periódicos provinciales y nacionales. Fue el principal responsable de la llegada de la luz eléctrica a Saviñán. Se preocupó de la replantación con vides americanas de los viejos viñedos que había destruido la filoxera a principios de siglo, y del cultivo de la remolacha, que tuvo una enorme importancia tras la pérdida de las colonias en 1898.

Gustó de la tertulia, donde lo recordaba Carlos Gasca Ibarra hacia los años veinte, con Javier Bordíu y Prat, el secretario del Ayuntamiento Miguel Lafuente Soriano e Iñigo Gracián Marco, discutiendo la forma Sabiñán o Saviñán. Javier Bordíu defendía la forma Saviñán. Javier Bordíu era ingeniero jefe de las brigadas del Instituto Geográfico que sobre 1918 llevaron a cabo el levantamiento de esta zona, imponiendo a los topógrafos la forma Saviñán. José Gracián no se decidía por ninguna de las dos formas. Carlos Gasca lo recordaba en estas tertulias hablando con lentitud y mucha prudencia, a causa de su sordera.

También gustó José Gracián de la lectura y se interesó por los viejos documentos de su familia. Investigó en el Archivo Parroquial y en el Archivo de los condes de Argillo. Con todo este material redactó unas Notas para la historia de Saviñán, que llevan fecha de 1919, única tentativa hasta ahora para dotar a Saviñán de una historia de primera mano, relacionada siempre con Calatayud y su Comunidad. Estas Notas se publicaron en el desaparecido periódico local Cauce y Caudal (1974-1978), aunque también en el programa de san Roque de 1951 se publicó la "Historia de las ermitas de Saviñán".

José Gracián Gasca desconocía su parentesco familiar con el escritor y jesuita Baltasar Gracián Morales, hijo del médico Francisco Gracián Garcés (1564-1620), nacido en Saviñán, pues esta relación se perdió con el paso de varias generaciones de los Gracián de Saviñán. José Gracián aún pudo ojear los dos libros que faltan actualmente en el Archivo Parroquial. Se trata del Libro Segundo (1605-1675) de la parroquia de san Pedro Apóstol y del Libro Segundo (1618-1708) de la parroquia de san Miguel de la Señoría. Estos libros no se conservan en el Archivo Diocesano y se dan por perdidos.

José Gracián murió en Sabiñán el 23 de abril de 1922, a causa de una nefritis crónica, enterrándose en el cementerio de Paracuellos de la Ribera. Sabemos que en 1898 había tomado las aguas en el balneario de Ramón Guajardo de Alhama de Aragón, quizá por tener ya algún problema de riñón. Su viuda, Josefa Gasca Torrijo, murió en Saviñán en 1937, a los setenta y un años.

BIBLIOGRAFÍA

David ALVARO BENEDÍ: "Las elecciones legislativas de 1910 en Zaragoza y Calatayud", III Encuentro de Estudios Bilbilitanos, Actas II, Centro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 1992.
Archivo Parroquial de Saviñán.
Archivo de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, Madrid.
Rafael BARDAJÍ PÉREZ: Costa y la prensa. Una turbulenta y apasionada relación, Ibercaja, Zaragoza, 1996.
José-María BASCONES PÉREZ: Indicaciones sobre mi pasada campaña electoral, Tip. de Pascual Pérez, Zaragoza, 1910.
María-Rosa DOMÍNGUEZ CABREJAS: Sociedad y educación en Zaragoza durante la Restauración (1874-1902), I y II, Ayuntamiento de Zaragoza, 1989.
El Colegio del Salvador en el Vigésimoquinto Aniversario de su fundación, Mariano Escar, Zaragoza, 1905
Expediente Académico de José Gracián Gasca, T.N.I. 00111507, Universidades, L. 4207, Exp. 1, Archivo Histórico Nacional, Madrid.
Pascual MADOZ: Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España, Zaragoza, 1845-1850, edición facsímil D.G.A, 1985. José-Ángel URZAY BARRIOS: Educación, cultura y sociedad en Calatayud durante el primer tercio del siglo XX, Institución Fernando el Católico, Zaragoza, 1994.

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