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La D. O. Calatayud cierra la
vendimia con un 'inesperado'
incremento de producción del 27%
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Vendimia de uva blanca en la DO Calatayud (Foto: D. O. Calatayud)
CH. G. | El balance oficial del cierre de vendimia 2022 de la Denominación de Origen Calatayud poco tiene que ver con aquellas primeras previsiones que manejaba su consejo regulador cuando comenzó la cosecha, la más temprana de su historia, a comienzos de septiembre del pasado año.
Entonces se estimaba una producción de apenas 9 millones de kilos, que suponía un descenso del 10% respecto a la campaña anterior. Sin embargo, "contra todo pronóstico", explican desde el consejo regulador que preside Miguel Arenas, los viñedos han arrojado una producción de 12,6 millones de kilos, lo que supone un "inesperado y sorprendente incremento" del 27% respecto a los 9,88 millones de kilos cosechado en 2021.
La sorpresa, detallan desde la denominación de origen, la propiciaron las lluvias que el cultivo recibió unas semanas antes de que comenzara la vendimia. Una cosecha que esta denominación, la última que comienza la recolección en Aragón y una de las más tardanas de España, tuvo que comenzar el 9 de septiembre, 20 días antes de lo habitual, porque el caluroso verano, con una ola de calor extremo tras otra, hacía suponer una menor producción por el estrés hídrico de la uva. Pero, las precipitaciones que no habían aparecido en todo el periodo estival llegaron a finales de agosto y, esta vez para bien, dieron al traste con todas las previsiones. "Las lluvias provocaron una recuperación inesperada de la uva, cuyos racimos volvieron a ganar peso y presencia", añade el consejo regulador. Y así, aquel descenso de producción previsto y fijado en una caída del 10% se ha convertido, en el balance final de campaña, en un incremento de la cosecha del 27%.
La D. O. zaragozana insiste también en otro matiz que explica el buen comportamiento de los viñedos. Recuerda que la garnacha, la principal variedad principal de la denominación de origen que supone el 74,70% de la producción total, es una uva que resiste y se adapta muy bien el rigor climatológico, al tiempo que recupera rápidamente cuando las condiciones son favorables.
De los 12,6 millones de kilos de uvas vendimiadas, la inmensa mayoría son tintas, es decir, 11.858.907 kilos, de los cuales 8.858.640 kilos son de garnacha tinta, 1.714.194 kilos de tempranillo, 860.204 kilos de syrah, 128.047 kilos de cabernet sauvignon, 106.880 kilos de merlot, 7.180 de monastrel, 31.091 de bobal, 20.660 kilos de mazuela y 132.011 de otras variedades tintas menos significativas.
Los 807.119 kilos restantes cosechados corresponden a las variedades blancas, de las que la variedad principal en la denominación es la macabeo, con 678.091 kilos, seguida de la garnacha blanca, 70.469 kilos, chardonnay, 43.200 kilos, malvasía, 10.020 kilos y un total de 5.340 de otras blancas.
La D. O. Calatayud, como el resto del sector vitivinícola, mira ahora hacia el mercado, que con tanta incertidumbre se ha comportado durante el pasado año en el que esta denominación de origen estimaba cerrar el año en cifras de ventas similares al ejercicio anterior.
La preocupación no se ha marchado con el comienzo de 2023 en el que, como reconocía el presidente del consejo regulador a finales de año, el temor a que la situación empeore ya estaba repercutiendo en un estrechamiento de márgenes en las empresas.
Heraldo de Aragón (1-2-2023)
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