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| La Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud aspira a convertirse en basílica
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Este domingo se celebró la 'dedicación de la Iglesia' el acto previo a
la solicitud para convertirse en basílica
La Colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud ha vivido este fin de semana dos acontecimientos de especial importancia. El sábado tomó posesión como canónigo y nuevo prior el párroco Javier Sanz.
El pasado fin de semana, la Real Colegiata del Santo sepulcro de Calatayud vivió dos acontecimientos relevantes. El primero de ellos se celebró el sábado, a las 6:30 de la tarde, y consistió en la toma de posesión como canónigo y nuevo prior del párroco Javier Sanz.
En una celebración sencilla se le impuso la cruz pectoral y fue llevado hasta el coro de la colegiata donde tomo posesión de su sitial. Ahí recibió de manos del anterior prior el báculo pastoral, un privilegio que tiene esta Colegiata desde el siglo XIV. A continuación el nuevo prior presidió el rezo de vísperas y la posterior eucaristía en la misma colegiata.
Esta celebración asegura la continuidad de la Orden del Santo Sepulcro en Calatayud, donde se encuentra de forma ininterrumpida desde el siglo XII. Además de las autoridades Civiles y militares, también asistió una representación de la Lugartenencia de España Oriental de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro.
Por otro lado, ayer domingo se celebró la 'dedicación de la Iglesia', un rito litúrgico que solo se celebra una vez en la vida en cada iglesia. El Obispo de Tarazona presidió esta singular celebración, acompañado por el prior y el resto de miembros del cabildo de la Colegiata, el vicario de la diócesis, los demás párrocos de la ciudad y varios sacerdotes que quisieron unirse a esta celebración.
De nuevo asistieron autoridades civiles y militares, una representación de la Orden del Santo Sepulcro y una gran cantidad de fieles que abarrotaron la colegiata.
Monseñor Eusebio Hernández, Obispo de Tarazona, explicó que este rito es uno de los requisitos que se piden para lograr el título de basílica menor para esta iglesia. La celebración, lleno de solemnidad, tuvo su momento álgido cuando se dedicó el altar y se encendieron las lámparas que se han instalado en toda la iglesia como recuerdo de este día.
Cabe destacar que el actual edificio es una obra que se ejecutó entre los años 1605 y 1613. Previamente hubo dos construcciones en el mismo solar: la primera de ellas fue solemnemente dedicada el 11 de noviembre de 1156 por el arzobispo de Tarragona.
De la segunda iglesia, construida en el siglo XIV, no se conserva documentación que atestigüe que fuese dedicada. Y la actual, fue bendecida por el prior Palafox el 9 de noviembre de 1614, pero nunca se llegó a dedicar. De esta manera, podemos afirmar que, ciertamente, es un acontecimiento histórico el que se vivió el pasado domingo 23, ya que desde el siglo XII no se había realizado un acto similar en este lugar.
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