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El primer paso de la ignorancia
es presumir de saber

El autor de la frase es el mismo que dijo: "lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aún lo malo, si poco, no tan malo", frase que resulta compleja de interpretar porque a todos nos parece que, de lo bueno, mejor doble que mitad; y de lo malo, mejor nada que poco.

Pero la frase que da título al post es, seguramente, la que mejor resume el alcance de la obra y el pensamiento de Baltasar Gracián.

La obra de Baltasar Gracián es brillante y profunda. Pertenece al Siglo de Oro y su figura ha quedado, seguramente, eclipsada por la enorme sombra que proyectan otros conspicuos representantes de la época. Pero no por ello su legado es menos importante.

Dice Santos Alonso, en la "Introducción" a su edición de El Criticón, Madrid, Cátedra, 1980 (1984, 2ª ed.), pág. 25:

"Concepto y forma atrevida unidos hacen de El Criticón, junto con el Quijote, la mejor novela española de todos los tiempos."

Leemos en la presentación del portal que tiene dedicado la Biblioteca Virtual Cervantes a Baltasar Gracián:

"Su obra literaria ofrece un ejemplo de coherencia temática difícilmente igualable en la literatura de su tiempo. A ello contribuye no solo el corto número de sus obras, sino sobre todo la unidad de propósito, consistente en la elaboración de un modelo de comportamiento en sociedad.

Este modelo, caracterizado a grandes rasgos por la discreción y la agudeza, pero lleno de facetas, toma en las páginas de Gracián distintas formas, como la de un héroe, la de un político, la de un poeta o la de un peregrino de la vida que ha de enfrentarse a todos los peligros que la sociedad contemporánea presenta en El Criticón, obra culminante de la narrativa barroca europea"
.

Y finaliza:

"Pocos términos definen mejor la labor creadora de Gracián que la exigencia. Es exigente su empeño en hacer una literatura de altos vuelos intelectuales, sin concesiones al público de limitada erudición. Exigente es su voluntad de convertir su peculiar estilo en la marca distintiva de su producción.

Exigente es también el plan de formación moral del hombre contemporáneo que despliega en el conjunto de sus obras.

Con todo, la obra de Baltasar Gracián es un estímulo a la inteligencia y el buen gusto que ha vencido las fronteras físicas y temporales, y sus páginas encierran innumerables joyas de la lengua literaria en español"
.

Su forma de afrontar sus obras, siempre abordando la Filosofía moral, pero desde un punto de vista profano, le granjeó no pocas enemistades dentro de la Compañía de Jesús, orden a la que pertenecía. La acusación, el escaso contenido doctrinal de sus obras. Pese a no haber publicado sus obras con su verdadero nombre, si bien lo fueron sin la preceptiva autorización de la Compañía.

Fue recriminado en público por el provincial de la orden en Aragón y apartado de todas sus responsabilidades dentro de la orden, condenado a ayuno y privado incluso de disponer de tinta, pluma y papel.

Hasta tal punto llegó su desilusión que escribió al general de la Compañía para le permitiera ingresar en otra orden religiosa. Petición que no fue atendida aunque, al menos, consiguió que le fueran encomendados algunos cargos menores en el Colegio de Tarazona, donde murió poco después.

La Compañía de Jesús, tan progresista y avanzada en otros tiempos y situaciones, penalizó a Gracián por ser un hombre a la altura de su tiempo y que representa "la cumbre ética y estética del hombre moderno".

Su obra mantiene una clara relación con su biografía: "Desde el juvenil entusiasmo por el triunfo y la gloria del hombre ejemplar, configurado en El Héroe, se llegará al desengaño de la vejez y la muerte en los últimos capítulos de El Criticón".

Él mismo lo resume perfectamente en la tercera parte de El Criticón:

"Varias y grandes son las monstruosidades que se van descubriendo de nuevo cada día en la arriesgada peregrinación de la vida humana. Entre todas, la más portentosa es el estar el Engaño en la entrada del mundo y el Desengaño a la salida, inconveniente tan perjudicial que basta a echar a perder todo el vivir".

Una de sus obras más conocidas es, sin duda, el Oráculo manual y arte de prudencia. Dice Wikipedia:

"No sólo ha interesado a aficionados a la literatura. A la obra se han acercado desde su publicación hasta la actualidad pensadores y filósofos. La admiración que por ella mostró Arthur Schopenhauer le llevó a traducirla al alemán y su versión fue la más difundida del Oráculo en esta lengua.

Este "arte de prudencia" escrito por Gracián ha tenido vigencia incluso en la actualidad, como demuestra el hecho de que una versión al inglés, titulada The art of worldly wisdom: a pocket Oracle llegó a vender más de ciento cincuenta mil ejemplares en el ámbito anglosajón, al ser presentado como un manual de autoayuda para ejecutivos. En 1992, permaneció dieciocho semanas (dos en primera posición) en la lista de los más vendidos del Washington Post en el apartado Nonfiction/General."


Les invito a leer, siquiera brevemente, la obra de Gracián, por la agudeza de su profundidad intelectual y por la vigencia de sus juicios. Pero les advierto:

"…es exigente la lectura de sus textos para los lectores de nuestros días, que han de enfrentarse en ellos a densos problemas morales y a una lengua tan alejada de nuestros patrones estéticos."

No obstante, un clásico que no debe pasar desapercibido.

DesEquiLibros (7-2-2011)

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