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Manuel López Moreno 'El Morrete'


'Morrete' posa junto a algunos de los agraciados

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En 1929 el Gordo de la Lotería de Navidad, el número 53.453, cayó en Saviñán y en otros pueblos de la ribera del Jalón, gracias a las participaciones que había vendido el recadero Manuel López "el Morrete". Este año el sorteo tuvo lugar el día 21 de diciembre, pues el 22 cayó en domingo.

En el número del 24 de diciembre de El Imparcial de Madrid, se decía que el ex concejal republicano y Presidente de los Coros Clavé, señor Capdevila, se había presentado hacía unos dos meses aproximadamente en una administración de la Rambla de las Flores, pidiendo el número 53.453 para comprarlo entero. La administración no lo tenía y Capdevila lo pidió a Madrid. Allí le dijeron que este número estaba en Zaragoza y aquí le notificaron que ya estaba repartido. Al conocer la noticia del número premiado con el Gordo de Navidad, Capdevila se lamentó, pues entonces sería poseedor de quince millones de pesetas. Mejor suerte corrió el párroco de Morata, que repartió un vigésimo entre el coadjutor de la parroquia y los párrocos de Purroy y de Villanueva.

Heraldo de Aragón informaba que la noticia del Gordo de Navidad había llegado a Zaragoza poco antes de las doce y media de la mañana. "El Morrete", con trece bultos, una cesta al brazo y unos capones, llegó a Zaragoza en el mixto, que tenía su llegada en la estación del Sepulcro a las seis y minutos de la tarde, pero aquel día llevaba mucho retraso. Allí lo esperaban periodistas, fotógrafos y curiosos para felicitarle, abrazarle y preguntarle por el premio, que estaba muy repartido entre los pueblos de la ribera del Jalón, desde Ariza hasta Zaragoza. "El Morrete" se enteró que había repartido el Gordo antes de llegar a Ricla, de labios de "Caramelitis", el vendedor de caramelos. El buen hombre no se lo creía del todo, porque dos años antes le habían gastado la misma broma, pero en la estación de Épila se lo confirmó el jefe de estación, que también había sido agraciado con el premio. Manuel López "el Morrete" sólo jugaba diez pesetas, aunque su hijo recién casado no jugaba nada, debido a los compromisos de última hora. Aún con todo le tocaron setenta y cinco mil pesetas. "El Morrete" señaló a los periodistas que el que más jugaba era Antonio Sarto, que había invertido cincuenta pesetas, aunque también repartió algunas participaciones.

El 22 de diciembre La Vanguardia informaba que Manuel López Moreno, "el Morrete", había adquirido diez vigésimos del Gordo. A las seis de la tarde había llegado aquel mismo día del sorteo a Zaragoza, siendo recibido en volandas por sus amigos y agraciados con el Gordo. Según las estadísticas, el Gordo de Navidad no había tocado en Zaragoza desde 1893, en el número 31.892, estando esta vez muy repartido.

La Crónica de Madrid dedicó una página al Gordo de Navidad en su número del 29 de diciembre. El número agraciado con el Premio Gordo se había vendido en la Administración nº 2, situada en el nº 20 de la calle Alfonso I de Zaragoza, que regentaba Elena Osete Fraile. El redactor Manuel Casanova contaba que la dueña apenas llevaba tres años regentando la administración de loterías y ya había repartido dos premios gordos, un segundo, un tercero y un cuarto. Elena Osete confesaba que en su Administración no quería abonados a números fijos, porque le obligaban a llevar otra contabilidad añadida. En este pasado sorteo había vendido ochenta y ocho billetes, por un valor de ciento setenta y seis mil pesetas, de las que recibía el uno por ciento de la venta, que unido al dos y medio por ciento de los sorteos ordinarios, componían una ganancia anual de trece mil pesetas.

Elena Osete era riojana, de Torrecilla de Cameros, pero había vivido y se había educado en Aragón. Su padre había ejercido la Medicina en Monreal de Ariza y en Ariza, donde había conocido a "el Morrete", el único abonado que mantenía. Manuel López era recadero de la línea Ariza-Zaragoza. La dueña de la Administración nº 2 de Zaragoza relataba que nadie le había pedido el número 53.453, agraciado con el Gordo. Fue ella la que había colocado todos los vigésimos, estando muy repartido.

El redactor de la Crónica estuvo también en Saviñán, en busca de Manuel López, "el Morrete", que es el apodo con el que aún se conoce a sus descendientes, pero no lo encontró en casa. El redactor habló con su mujer Tomasa Berdejo, que confesó que no la dejaban en paz desde el mismo día del sorteo. A su casa acudieron también algunas vecinas. Alguna de ellas se quejaba con razón porque no llevaba participaciones del número premiado, sino de otro número de los dos que había vendido "el Morrete".

Pero por fin acudió Manuel López a casa y el fotógrafo captó la escena. Y allí está "el Morrete", alto, grande, con su gorra galoneada. Vestía el buen hombre traje con chaleco y pañuelo largo al cuello. A su lado posaba su mujer, menuda, vestida de negro, con un pañuelo del mismo color a la cabeza y un ejemplar de la Crónica en las manos. A su lado el redactor, con abrigo y cara sonriente, contemplando la escena. Y detrás posaban tres vecinas muy elegantes, medio asustadas y sonrientes. El pie de foto señalaba que el recadero de Saviñán había repartido entre los pueblos de la ribera del Jalón, nada más y nada menos que siete millones y medio de pesetas.

En otra de las fotografías aparecía Elena Osete, la administradora de loterías de la calle Alfonso, con el redactor Casanova. También posó para la ocasión una modesta familia de Épila agraciada con el Gordo y "el Morrete" de nuevo, depositando en el Banco de Aragón de Zaragoza las vigésimas premiadas con el Gordo.

El redactor del periódico escribía: "El Morretes es un hombre cachazudo y sentencioso. Cuando le dieron la noticia, no le concedió cabal importancia. ¡Le preocupaba tanto el extravío de un bulto de los diez que traía desde Ariza a Zaragoza! Llega de la calle en volandas. Le han aclamado, le han obsequiado, quieren todos atraérselo, como amuleto infalible…

Está contento, contento -contentico-. Ha distribuido la riqueza por más de diez pueblos de la ribera del Jalón, y le llegan felicitaciones. Y desconfianzas. ¡Si habrá expendido más participaciones de las debidas!...
-¡Cómo -nos dice-, si yo soy un hombre honrado! Yo iba adquiriendo los vigésimos, que me reservaba doña Elena, cuando realizaba las participaciones. ¡Las justas, señor, las justas!
A mí -razona- debería darme un premio el Gobierno, aunque yo no estoy autorizado para revender. Pero yo reparto la Lotería entre los pobres, en participaciones de a duro, a diez reales, a dos pesetas, a peseta, a dos reales… Así no habría nunca comunismo. Llega a todos el dinero.
El Morretes también cede fácilmente -sin brusquedad ni presunción- al halago de la popularidad.
-¡Hala!, maña -le dice a la Tomasa, su mujer-, ponte maja, que nos van a retratar para el papel.
La explosión del magnesio les ha hecho cerrar los ojos y retroceder asustadísimos.
-¡Chica, chica! -le dice sonriente, cuando logra reponerse, a su mujer-. ¡Mia que tú y yo!
Y sacude, con su brazo, el brazo de la Tomasa, viejecita, arrugadita como una pasa; pero con una viva lumbre en los ojos, pequeños y negrísimos".

Heraldo de Aragón publicaba el 29 de diciembre un aviso, para que los poseedores de las participaciones premiadas con el Gordo las presentaran en el Banco de Aragón de Zaragoza a partir del día 2 de enero, recibiendo nuevos resguardos. El pago se realizaría una vez que Hacienda hiciera efectivo el premio. El mismo periódico publicaba el día 2 de enero las fotografías de Tomás Asensio, Pedro Hernández, Jesús Uriol, Narciso Hernández, Victorio Gracia y Jesús Olvés, que habían sido agraciados con el premio Gordo de Navidad. En el número del 14 de enero aparecía una foto de "el Morrete", debida a Marín Chivite, quien presenciaba en el Banco de Aragón el canje de participaciones.

La familia López, asentada en Saviñán, descendía de Maluenda. En 1784 José López Ballano, hijo de Pascual y de Manuela, de la parroquia de Santa Justa y Rufina de Maluenda, casó en Saviñán con Rita Gran Delgado. En 1787 nació su hijo Manuel que casó en 1806 con Manuela Olmedo Pinilla. Su hijo José López Olmedo casó con María Moreno García, de la parroquia de Santa Justa y Rufina de Maluenda. Su hijo Manuel Benito López Moreno fue bautizado en Saviñán el 3 de abril de 1878. Casó en 1902 con Tomasa Berdejo Hernando. Tomasa murió en 1937 y Manuel López "el Morrete" murió en Morés el 27 de febrero de 1948, siendo enterrado en Saviñán al día siguiente. Su hijo José López Berdejo, nacido en 1903, casó en 1929 en la parroquia de San Pablo de Zaragoza con Isabel Sánchez.

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