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El cava aragonés se afianza esta Navidad
en España y mira al exterior


Maquinaria de embotellado de cava Reyes de Aragón, de
Bodegas Langa (D. O Calatayud)

RUBÉN LÓPEZ | El cava aragonés sigue creciendo como la espuma. A pesar de la desaceleración económica, las bodegas de la comunidad prevén otra buena campaña de Navidad en cuanto a ventas, gracias sobre todo a su fuerte implantación en las grandes cadenas de distribución. Hace años que los espumosos de las cuatro empresas productoras conquistaron a los consumidores aragoneses, como demuestra el hecho de que algunas marcas se vendan más en los supermercados de la comunidad que firmas tan conocidas como Freixenet. Sin embargo, el sector no se conforma con el mercado local y se ha lanzado a la conquista del resto del país sin dejar de lado las exportaciones. Para ello, varias bodegas han acometido importantes proyectos de inversión con el objetivo de ampliar su producción.

Este año, las firmas aragonesas elaborarán en torno a un millón de botellas, una cifra similar a la del 2018 pero que en la campaña del 2020 podría crecer de forma exponencial. La automatización de los procesos y la firme apuesta por la calidad seguirán siendo los motores de este auge, que también se ha visto favorecido por la tensión política de los últimos años y el recelo de una parte de los consumidores hacia los espumosos catalanes por la deriva independentista.

El cava aragonés comenzó a despuntar hace algo más de una década y desde entonces no ha parado de crecer. En este tiempo, la producción se ha multiplicado por cinco y seguirá creciendo en los próximos años.

"Lo que está claro es que el cava aragonés ha venido para quedarse", subraya César Langa, director técnico de Bodegas Langa (DO Calatayud), el principal productor de Aragón y uno de los cuatro de la comunidad, junto a San Valero, Monasterio de Veruela y Bordejé, que forman parte de la Denominación de Origen del Cava. Como en los últimos años, la firma bilbilitana volverá a vender toda su producción, que se aproxima a las 500.000 botellas. Su éxito comercial, bajo la marca Reyes de Aragón, le ha llevado a ampliar sus instalaciones y a instalar una nueva línea de envasado.

Nuestra capacidad va a pasar de las 900 a las 2.500 botellas a la hora, lo que nos permitirá responder a pedidos grandes en poco tiempo y, por tanto, poder llegar a nuevos clientes", explica Langa, que apunta que los frutos de esta inversión llegarán a partir de la próxima temporada.

Alemania y Estados Unidos

La bodega exporta casi el 60% de su producción a cerca de 30 países, entre los que destacan China, Estados Unidos, Brasil, Japón y, sobre todo, Alemania. El mercado nacional ha sido otra de las grandes apuestas con su implantación en grandes cadenas como, por ejemplo, El Corte Inglés. "En Aragón ya somos una marca totalmente reconocida y líderes de ventas en muchos supermercados de Alcampo, Carrefour o Eroski, incluso por delante de Freixenet", destaca Langa. La firma, que emplea a siete personas y que también elabora vino (los espumosos suponen la mitad de su facturación), lanzará en el 2020 un cava ecológico.

El otro gran operador aragonés es Bodegas San Valero (BSV), de la DO Cariñena, que es el principal elaborador de la comunidad de vino base para el cava, con unos 4 millones de litros (el 80% de todo Aragón), y el segundo en número de botellas. La firma también acaba de invertir en una nueva línea de envasado con la que espera alcanzar el medio millón de botellas en el 2020. El proyecto se ha desarrollado en Tierra de Cubas, la bodega de Cariñena que adquirió en el 2016.

Este año nuestra producción ha bajado un 20% y nos hemos quedado en las 200.000 botellas, ya que hemos apostado por incrementar la calidad y el precio en torno a un 30%", explica el responsable de marketing, Javier Domeque.

En Ainzón

La principal marca de cava de San Valero es Gran Ducay, un brut nature muy implantado en el país gracias a los supermercados de Mercadona y que el año pasado llegó a ser patrocinador de la Vuelta Ciclista a España. Con todo, y como el resto de las bodegas aragonesas, también comercializa grandes reservas.

La que también está impulsando su división de cava es Monasterio de Veruela, de la DO Campo de Borja. Esta línea de negocio representa el 30% de su facturación (sobre todo elabora vino) y el 95% de sus ventas de espumosos se cierra en Aragón. "Este año también vamos a llegar a Madrid y Asturias y en el exterior, donde vemos margen de crecimiento, a Alemania y Dinamarca", indica la enóloga Susana Ruberte. La bodega, ubicada en Ainzón y que antes se denominaba Caytusa, fue adquirida hace tres años por el Grupo Ruberte.

La primera bodega aragonesa que lanzó un espumoso fue Bordejé. Lo hizo en 1962 y atesora un gran prestigio en el mercado nacional, al que destina toda su producción. "Vendemos algo en grandes superficies pero poco porque nos centramos en el cliente final", indica José Ignacio Bordejé. La bodega se nutre exclusivamente de las 39 hectáreas que tiene en Ainzón y su producción crecerá en los próximos años al calor de los nuevos viñedos plantados hace tres años.

El Periódico de Aragón (9-12-2019)

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