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Presentación del libro 'La terra sigillata hispánica en los contextos cerámicos del Municipium Augusta Bílbilis'
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Uno de los momentos de la presentacio
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El 12 de diciembre de 2018 tuvo lugar la presentación del libro La terra sigillata en los contextos cerámicos del Municipium Augusta Bilbilis, de Carlos Sáenz Preciado, editado por el Centro de Estudios Bilbilitanos. El autor estuvo acompañado por José Ángel Urzay, presidente del CEB, que calificó este libro de riguroso y bien editado, y por Manuel Martín-Bueno, autor del prólogo.
El autor señaló que el libro que ahora ve la luz es una actualización de su tesis doctoral, resultado del estudio de la sigillata hispánica aparecida a lo largo de las excavaciones llevadas a cabo en Bilbilis entre 1971 y 1986. El autor ha estudiado cinco mil ochocientas piezas cerámicas aparecidas en Bilbilis, algunas de ellas recogidas ya por Vicente de la Fuente, el conde de Samitier y Narciso Sentenach, o existentes en los fondos de la Real Academia de la Historia y del Museo Arqueológico Nacional.
Siendo Bilbilis un importante cruce de caminos, no es extraño que en la ciudad se encuentren todas las cerámicas de la época, hasta las carísimas cerámicas vidriadas de Turquía. Todavía en el siglo I en Bilbilis se hablaba celtibérico, porque se escribía en las piezas cerámicas, pero ya en el siglo II nadie lo hablaba. Los celtiberos acabarán adoptando el idioma, la gastronomía y las vajillas romanas, que unifican las piezas hechas a molde, variando únicamente la decoración, que cambia de una región a otra.
La terra sigillata encontrada en Bilbilis procedía mayoritariamente de los alfares riojanos de Tritium, en el valle del Najerilla, donde trabajaban doscientos alfares. También se han encontrado de Villarroya, de Bronchales y de Tarazona. Algunos fragmentos recogen el nombre de los alfareros o de los propietarios de los alfares, con lo que puede estudiarse su evolución.
A partir del sigo II Bilbilis va desapareciendo como ciudad, pues ya no se encuentran restos cerámicos del siglo III. En el siglo V algunas personas con pocos recursos regresan a la ciudad romana, cuando la población se ha trasladado a la ciudad del valle, que el autor identificó como Platea, que era como el "polígono industrial" de Bilbilis.
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