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Faustino Sancho y Gil. Diputado a Cortes en 1893

A Belén Boloqui por su confianza

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | Ramón DE LACADENA, en su amena biografía incluida en Vidas aragonesas1, asegura que de la asistencia de SANCHO Y GIL al despacho de Estanislao Figueras, uno de los presidentes de la Primera República Española, como pasante, quizá nacieran en él las ideas republicanas, que ya nunca abandonaría. Faustino SANCHO Y GIL (Morés, 1850 - Épila, 1896) estudió Derecho y Filosofía y Letras en Madrid, entre 1865 y 1870. El 6 de marzo de 1873 es nombrado por el Ministerio de la Gobernación, secretario del Gobierno Civil de la provincia de Palencia, con un sueldo anual de 4.000 pesetas. Nombramiento que lleva la firma y rúbrica de PI Y MARGALL. En su libro Elogio de D. Manuel Bretón de los Herreros, SANCHO Y GIL recordaba que en vísperas de trasladarse a Madrid, había leído en Mataró, donde estudió en el Colegio de Valldemía de 1860 a 1865, algunos libros de BRETÓN DE LOS HERREROS. Y en él escribía: "el oír a Castelar y el asistir a la representación de una comedia bretoniana, convirtiéronse, en mis deseos más vehementes"2. Meses después, al escuchar desde el escaño estudiantil del aula número 8 de la Universidad Central, una lección sobre Pelayo "ví un artista, un poeta, un erudito, un historiador y un filósofo inmensos, en el catedrático que la pronunciaba; mago y magnetizador sublime que suspendió, maravillándolo, el ánimo de su auditorio y le obligó dulcemente, á pensar, á sentir, á desear, lo que él pensaba, sentía y deseaba". Aquel profesor era Emilio CASTELAR. Y añadía: "oh! Castelar! tu alma no ya es la elocuencia.... es la divinidad de la elocuencia..."3.

En el periódico El Eco Bilbilitano y en 1884, SANCHO Y GIL dio su opinión sobre algunos políticos del momento, pero sólo recibieron elogios los republicanos SALMERÓN, PÍ Y MARGALL, CASTELAR y RUIZ ZORRILLA, a cuyo Comité zorrillista de Zaragoza pertenecía y del que pidió la baja en carta pública, desde las páginas de La Derecha, el 21 de mayo de 1888, al ser criticado por haber presentado ante la reina a Concepción Ineva, una niña de Valpalmas que había perdido durante la epidemia de cólera de 1885 a parte de su familia. Pero en el mismo número del periódico se informaba que el día anterior, el Comité zorrillista de Zaragoza había acordado incitar a SANCHO Y GIL y a Foncillas para que no abandonaran el partido, aunque se había enviado copia de la sesión celebrada a Madrid, para que allí juzgaran la actuación de ESCOSURA, SANCHO Y GIL y Foncillas, el 15 de mayo, día de la visita de la reina a Zaragoza. El 20 de octubre de 1890 se publicaba una carta de SANCHO Y GIL en La Derecha, escrita en Zaragoza dos días antes, en la que se defendía de una nueva acusación. El Liberal había publicado una noticia que había recogido El Motín, que se preguntaba si este SANCHO Y GIL, que quizá se presentara a las próximas elecciones de diputados a Cortes, aunque la coalición republicana del distrito de Calatayud no había elegido aún candidato, era el mismo que había presentado a la reina a Concepción Ineva. El aludido respondía desde las páginas de La Derecha: "Soy en efecto aquel Sancho y Gil, que en el patio del Hospicio Provincial, no ocultó sus ideas políticas al pedir a la reina, que la protección que dispensa a la niña Ineva, la extendiese a los hermanos que salvó la heroína de Valpalmas en aciago día y que cuando yo pronuncié mi discursito vivían de la caridad. Sí; soy aquel Sancho y Gil; y me hallo tan arrepentido del acto censurado en El Motín, que tengo el propósito de ejecutar otro y mil parecidos, siempre que el bien ajeno los demande".

En este mismo número se publicaba un coloquio de CASTELAR con el redactor y propietario de El Imparcial, Rafael GASSET, que había tenido lugar en San Juan de Luz, a comienzos de otoño. En él, CASTELAR afirmaba: "Hoy todos los deseos míos están reducidos a que vuelva nuevamente la política liberal". Y añadía: "El gobierno de los pueblos por sí mismos exige una especie de colectivo espíritu, difícil de hallar en Estados tan divididos como el nuestro. Donde cada cabeza concibe su ideal individualismo; y las ideas, cuando no los intereses individuales, quieren sobreponerse a la generalidad, tras esa grande anarquía en los ánimos viene la horrible anarquía en los hechos; tras la horrible anarquía en los hechos, la consiguiente dictadura". CASTELAR creía que se debía de educar al pueblo para el sufragio. Y consideraba: "Hay que buscar la sanción de nuestra política en el sufragio universal". Por ello finalizaba con un buen deseo: "Propongámonos unánimes cuidar la fuente milagrosa de todos estos bienes, el sufragio universal. No lo violentemos, y sobre todo, no lo corrompamos".

Y es que en junio de 1890, el gobierno de Sagasta había aprobado la ley del sufragio universal. Sagasta, que se opuso personalmente al sufragio, lo incluyó más tarde en su programa, ya que era una de las condiciones impuestas por CASTELAR para que los republicanos posibilistas apoyaran al Partido liberal. Ya en 1837 se había impuesto el voto censitorio, otorgando la condición de electores a quienes pagasen un mínimo de contribución de 200 reales o tuviesen una riqueza equivalente. La Ley electoral de 1846, patrocinada por Narváez, elevó el censo a 400 reales de contribución, aunque sólo se exigía la mitad a los doctores, licenciados, magistrados y otras "capacidades". Tras la Gloriosa, se proclamó el sufragio universal en noviembre de 1868, pero la Restauración volvió a adoptar un criterio censitario. CÁNOVAS aceptó la celebración de las primeras elecciones en 1876, con arreglo a la Constitución de 1869, en un intento de legalizar un régimen que debía el poder al pronunciamiento en 1874 del general Martínez Campos. Entonces para votar era indispensable pagar 25 pesetas de contribución territorial o 50 pesetas de subsidio industrial. En las elecciones de 1891 podrían votar todos los varones españoles mayores de 25 años, en plena posesión de sus derechos civiles. Pero la vuelta al sufragio universal no cambiaría nada. De hecho ningún gobierno de la Restauración perdería ninguna elección que convocara. Incluso Silvela declaró en público la farsa de las elecciones. Unos días antes se reunían los ministros y procedían al reparto de los distritos disponibles, asignándose la mayoría. Al juego parlamentario no faltaban como comparsas la minoría del partido turnante y otra representativa de los pequeños partidos. A esta operación se la llamaba "hacer el encasillado".

El 12 de enero de 1891 se publicaba en La Derecha que, a las 8 de la noche del día anterior, el Centro Republicano de Tarazona había celebrado Junta general, estando representados la mayoría de los pueblos del distrito. En ella se había acordado ir a la lucha electoral bajo la candidatura, aprobada por unanimidad, de Faustino SANCHO Y GIL. Varias veces amigos personales y políticos le habían ofrecido presentar su candidatura por Tarazona y otras tantas había renunciado por razones particulares. Pero esta vez aceptó. El telegrama enviado y publicado en La Derecha decía: "Al distrito no puedo negar lo que por motivos personales negué a mis amigos. Acepto agradecidísimo tan inmerecida y alta honra y a todos saluda Sancho y Gil". En este mismo número del periódico se informaba que el director general de la Deuda Pública y candidato conservador por el distrito de Tarazona, marqués de Goicoerrotea, se encontraba hospedado en el Hotel de Europa de Zaragoza, donde le traían asuntos electorales. Los redactores del periódico consignaban que el restablecimiento del sufragio universal daba a las elecciones una desusada animación, aunque el Gobierno empleaba su fuerza en falsificar el sufragio, realizando coacciones. "Las candidaturas ministeriales son hoy el emblema de la falsificación del sufragio; las de oposición representan el espíritu de independencia y el restablecimiento de la moralidad electoral, base necesaria de la que debe imperar en las regiones del Gobierno. Al cuerpo electoral toca elegir".

El 14 de enero de 1891, SANCHO Y GIL dirigía una carta a los electores del distrito de Tarazona desde las páginas de La Derecha. "España es el país de Europa que más paga por contribución territorial; y el de industria más necesitada de salud. Su impuesto de consumos hállase establecido con injusticia; sus transportes son tan caros como pésimos; y los gravámenes que por transmisión de dominio y otros conceptos existen en ella, tienen anémica la agricultura, ya sumida en una palidez precursora de la muerte. Urge remediar tan triste situación, y se remediará, sin duda, si no sacrificamos a las miras políticas los intereses agrarios.

Si nuestra querida patria ha de salvarse, es preciso que sus representantes en Cortes dediquen igual afán a fomentar todas las fuentes de la riqueza pública; y que sin dejar relegada la política, dado que no son incompatibles el culto de los ideales y el legítimo anhelo del bienestar material, se sacrifiquen por la ventura del país y destruyan el personalismo egoísta y menguado de los que cambian de parecer al centelleo del oro de una casaca de ministro". Y añadía: "amo la libertad por la libertad misma, reverencio el derecho; inspíranme las tiranías odio y devoción la causa de los oprimidos; y creo que nada más en la virtud hay santidad y en La Justicia soberanía política". Para concluir: "Réstame sólo manifestarle, que toga de juez y no túnica de servidor he de vestir si logro merecer la representación que han de dar las urnas; y que no podrán esperar de mí actos de complacencia los gobiernos en sus errores, estando decidido a no tener que agradecerles beneficios personales, ni beneficios para mis amigos o mis deudos, que, cual yo, aspiran nada más a comer pan amasado con el sudor propio o con el de sus virtuosos padres, vertido en faenas humildes aunque honrosísimas".

El corresponsal de La Derecha en Tarazona, en carta fechada el 13 de enero, afirmaba que la candidatura de SANCHO Y GIL se había recibido con entusiasmo y que no gustaba a los fusionistas, porque faltándoles el apoyo republicano, creían segura su derrota, ni a los conservadores, porque el candidato republicano tenía magníficas dotes personales, una elocuente palabra y conocía los intereses del distrito. Por eso, a falta de otras razones, sus enemigos políticos esgrimían que las ideas políticas de SANCHO Y GIL eran incompatibles con el sentimiento religioso. Y es que unos días antes el obispo de Tarazona había publicado una circular sobre elecciones, recordando a los sacerdotes que prestaran su influencia y su voto al candidato más católico que se presentara, no señalando preferencia política. Esto había sido utilizado contra los intereses de los republicanos. Según el corresponsal, los conservadores pensaban que los republicanos iban a hacer el juego a los fusionistas, retirando a última hora la candidatura, sumando las fuerzas republicanas a las de Emilio Navarro Ochoteco. El corresponsal aseguraba que no se prestarían a tal maniobra, pues SANCHO Y GIL era un hombre respetado y de reconocida seriedad, de los que adquirían con el cargo el sagrado deber de defender los intereses de los pueblos que representaba. "Los republicanos vamos solos a la lucha, sin alianzas ni confabulaciones, y las fuerzas pocas o muchas con que contamos están sólo al servicio de la idea representada en esta ocasión por nuestro candidato, y no a merced de los caprichos de nadie".

SANCHO Y GIL buscó el apoyo del abogado Manuel Ostariz y Gil, que tenía despacho en Calatayud, aunque descendía de Mesones. En carta fechada el 13 de enero de 1891, Ostariz informaba a SANCHO Y GIL que, como afiliado al Partido liberal, estaba obligado a apoyar en el distrito de Tarazona al candidato Emilio Navarro Ochoteco. Y añadía: "si éste retira su candidatura por cualquier causa, en ese caso estaría de su lado y tendría mucho gusto en ayudarle en su elección".

En julio de 1890, CÁNOVAS DEL CASTILLO formó ministerio conservador, disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 1 de febrero de 1891, con sufragio universal. Entonces los conservadores consiguieron 253 actas y 130 la oposición, de las cuales 31 eran republicanas. Por el distrito de Tarazona ganó el candidato conservador, R. Goicoerrotea y Montoro, marqués de Goicoerrotea, que obtuvo 3.772 votos. La candidatura de SANCHO Y GIL logró 3.304 votos. Pero próximas las elecciones a diputados provinciales, La Justicia, periódico republicano bilbilitano, se hizó eco de unos comentarios aparecidos en el católico y muy conservador Diario de Calatayud, fundado por el sacerdote Vicente MARTÍNEZ en 1877, referidos a SANCHO Y GIL, que sabedor de la noticia envió una carta que se publicó en La Derecha el 9 de septiembre de 1892, aclarando el tema. El Diario de Calatayud recogía que hacía dos años SANCHO Y GIL e Ignacio Garchitorena, que se presentaba en 1892 a las elecciones provinciales por el distrito de Calatayud-Ateca, habían ido "en amigable consorcio, compungidos y devotos, ante el obispo Sr. Soldevilla, a pedir el beneplácito y la aprobación de él para luchar por el distrito de Tarazona". SANCHO Y GIL confesaba que en un viaje a Tarazona, en vísperas ya de las elecciones de 1891, sus correligionarios, sabedores que contra su candidatura, la oposición esgrimía su republicanismo y su falta de fe religiosa, y que por ello muchos curas de los pueblos del distrito combatían su candidatura, tildándola de herética, se discutió el caso. Entonces el malogrado correligionario Fermín Lizarbe pensó que se debería deshacer aquella intriga y se acordó que SANCHO Y GIL visitara al obispo y a las demás autoridades, como un acto de cortesía, obligado por la calidad de diputado provincial. SANCHO Y GIL aceptó la proposición y después de visitar al alcalde, hizo lo propio con el obispo, acompañado por Garchitorena. Ante él presentaron sus respetos como diputados provinciales y SANCHO Y GIL le informó que había sido nombrado candidato republicano por aquel distrito para las elecciones de diputados a Cortes de 1891. Contra sus legítimas "aspiraciones se disparaba, entre otros proyectiles vedados, el dictado de enemigo de la Iglesia; y que a nombre de mis creencias católicas, protestaba ante su excelencia contra los epítetos calumniosos, lanzados sobre mí en lugar sagrado". El obispo Soldevilla agradeció la visita y acogió con bondad las palabras de SANCHO Y GIL. Aquella noche, en el mitin que se celebró en el teatro de Tarazona, SANCHO Y GIL repitió la protesta que había hecho ante el obispo. Ante sus correligionarios confesó que era republicano y católico.

En este mismo número de La Derecha del 9 de septiembre, se publicaba una carta desde Ateca que afirmaba que SANCHO Y GIL había probado con cartas y citando nombres de testigos, que en las pasadas elecciones de 1891, Ostariz había hecho lo contrario que tenía ofrecido. En 1892 Ostariz se presentaba a las elecciones, pero su candidatura, según el firmante, "ha nacido de un apetito individual y de una cábala burda (...)". Y por ello le auguraba una desastrosa carrera política.

El gabinete de CÁNOVAS entró en crisis en diciembre de 1892, al obtener 121 votos favorables a su política municipal. El gobierno liberal de Sagasta disolvió las Cortes y convocó elecciones para el 5 de marzo de 1893. En esta ocasión los liberales obtuvieron 281 actas, los conservadores de CÁNOVAS lograron sólo 44, la Unión Republicana, que consiguió aglutinar a centralistas, progresistas y federales, aumentó sus actas a 33, los posibilistas de CASTELAR obtuvieron 14 actas, los silvelistas 17 y los carlistas 7. Faustino SANCHO Y GIL, que repitió candidatura por Tarazona, salió entonces triunfante. En aquellas elecciones, para el distrito de Tarazona se habían presentado seis candidaturas. Además de SANCHO Y GIL, iban a luchar Juan Gualberto Ballesteros, Marceliano ISÁBAL, Mariano Arredondo, Antonio García Gil y Emilio Navarro. El distrito contaba con 8.980 electores, de los que votaron 6.963. SANCHO Y GIL obtuvo 3.897 votos, el barón de la Torre 3.063 votos, José Zueco Porta 1 voto y 2 papeletas en blanco.



El 10 de abril de 1893, la Comisión de actas publicaba en el Diario de las Sesiones de Cortes las que había examinado hasta entonces, entre ellas la 267, que correspondía a SANCHO Y GIL, para que el Congreso las aprobara y admitiera como diputados a los políticos ganadores, salvo casos de incompatibilidad establecidos por la ley. El 11 de abril se publicaba un dictamen de la Comisión de incompatibilidades, que había examinado las listas de funcionarios públicos y no había encontrado en ellas a varios diputados electos, entre ellos aparece SANCHO Y GIL4. El 8 de mayo tendría lugar la ceremonia de juramento y la toma de asiento de los diputados. A SANCHO Y GIL le correspondió el 2285.

El 18 de mayo de 1893 se publicaba que Joaquín GIL BERGES y Faustino SANCHO Y GIL suscribían una proposición de ley para que el Estado construyera una carretera de tercer orden, que partiendo de Ainzón, en la carretera de Borja a Rueda de Jalón, cruzara por Tabuenca, Tierga, la mojonera de Mesones e Illueca, para enlazar con la que ponía en comunicación con el ferrocarril de Madrid a Zaragoza6. En la Memoria presentada a la Diputación de Zaragoza por la Comisión Provincial, en el 2º semestre del año económico 1883-1884, se decía que habían quedado terminadas las obras de la sección 4ª, trozo 2º, excepto el puente sobre el río Aranda, de la carretera de Morés a Aranda. La Derecha publicó el 21 de agosto de 1895, que el ingeniero jefe Vicente Gasca Melús había salido a visitar las nuevas obras de la carretera de Morés a Mainar y a tomar datos del proyecto de la de Morata de Jalón a Santa Cruz de Tobed. El 10 de diciembre de 1898, La Derecha publicaba que el municipio de Encinacorba había acordado dar el nombre de Faustino SANCHO Y GIL a la principal de sus calles, celebrando así la terminación de la carretera que unía dicho pueblo con Ainzón, por la que había trabajado SANCHO Y GIL.

SANCHO Y GIL defendió este proyecto en el Congreso "porque responde a una necesidad imperiosa sentida en una comarca de la provincia de Zaragoza, cuyos pueblos, al encontrarse incomunicados, a pesar de su producción abundante, se hallan sumidos en la miseria"7. El 10 de junio se publicaba el nombre de los diputados que formarían parte de la Comisión que iba a preparar la proposición de ley para incluir en el plan general de carreteras, la de Ainzón a IIlueca. La Comisión la formaban Lorenzo Álvarez Capra, diputado por Barbastro, Joaquín GIL BERGES, por Zaragoza, Faustino SANCHO Y GIL, por Tarazona, Juan Alvarado, por Sariñena, Tomás Castellano Villarroya, por Zaragoza, Rafael Monares Insa, por La Almunia, y Aznar, que no aparece entre la nómina de diputados aragoneses. GIL BERGES fue nombrado presidente de la Comisión y SANCHO Y GIL secretario8. El 18 de julio se sancionaba la ley por la que la carretera de Ainzón a Illueca quedaba incluida en el plan de carreteras del Estado9.

La Alcaldía de Tabuenca envió una carta a SANCHO Y GIL a Zaragoza, fechada el 13 de agosto de 1893, en estos términos: "con extraordinaria satisfacción han llegado a nuestra noticia los trabajos por V. practicados en nuestro favor para conseguirnos un trozo de carretera siquiera hasta hoy no sea más que la aprobación en ambas Cámaras del proyecto y la Sanción del mismo por la Corona. Es indecible el entusiasmo que reina a pesar de sufrir tanto desengaño por una obra que ha sido el sueño de estos vecinos, por eso al transmitírselo a V. con la misma alegría, le damos las gracias en nombre de todo el pueblo y opinamos que de seguir por el camino emprendido le llamaremos a V. hijo del pueblo y no habrá un vecino que deje de interesarse por V.

Sólo de V. espera este vecindario su bienestar por haberse convencido de que los títulos de actividad, imparcialidad y celo emitidos en alguna ocasión han resultado verdaderos, así pues de concluir la obra, le quedaremos tan reconocidos que su nombre habrá de ser grabado hasta en los corazones de sus más enemigos si los tuviere". Abajo firmaban alrededor de 56 personas y otras más que no sabían firmar, por las que lo hacía José Aznar.

El 29 de mayo, el diputado posibilista Almagro había dicho en las Cortes: "Nosotros apoyamos al Gobierno que preside el Sr. Sagasta; nosotros formamos parte integrante de esa mayoría; nosotros somos fervientes ministeriales de ese Gobierno, desinteresadamente, sin querer nada, sin pedir nada; antes bien, entendiendo que esta política nuestra es tanto más eficaz cuanto es más desinteresada.

Y aunque el Gobierno dijese que no admitía este apoyo, aunque el Gobierno manifestara que rechazaba nuestra cooperación, nuestro concurso y nuestro voto, nosotros se los seguiríamos prestando; que no lo hacemos por el Gobierno, ni por el partido liberal, ni siquiera por nosotros mismos, sino por algo que está por encima de todo esto: por el amor a la Patria"10. El mismo CASTELAR, tan contrapuesto en ideas al resto de los caudillos republicanos, había dicho a un periodista conservador: "Por la Patria, aconsejo a mis amigos que se conformen con las instituciones vigentes y que ingresen en el partido liberal, y por la Patria lo han hecho ya algunos, y por la Patria lo harán los demás"11. No todos los posibilistas se mostraron de acuerdo con las tesis de Almagro. Tres hubo disconformes, GIL BERGES, SANCHO Y GIL y Anglada. GIL BERGES dijo: "Conservo el culto en mi fuero interno a los históricos ideales que han informado toda mi vida pública. (...). Yo, como mi jefe, he vivido y quiero vivir y morir rindiendo el tributo de la consecuencia al ideal republicano"12. SANCHO Y GIL tomó la palabra para afirmar que vivía dentro de la legalidad, como su respetable jefe provincial GIL BERGES. Y añadió: "acato los fueros del Parlamento y las prerrogativas de la Corona; soy republicano y condeno la revolución armada". Tras afirmar que entre su actitud y la del diputado por Granada, Almagro, existía una tenue diferencia, presentó las necesidades del país, a las que habría de atender el gobierno. Afirmó que no toda riqueza tributaba, que los labradores de secano no tenían semillas para sembrar, en cambio los de regadío no podían pagar la contribución, criticando el atraso del país: "más de uno de nuestros ríos podría hacer algo más que el nacer en una montaña para reflejar en su marcha el azul celeste e ir a morir en una playa; abundan en la Península los sitios a los cuales sólo las águilas llegan con facilidad; y aquí se siente la necesidad del Banco que ha de matar la usura, que arruina al pobre y envilece al rico; allí la del canal, la del pantano, la del ferrocarril económico o la de la Escuela de Artes y Oficios y la de la Escuela y la granja agrícolas, que nos enseñen que nuestra agricultura no produce porque es rutinaria, y que el hombre debe rectificar la naturaleza sin destruirla, y que nos enseñen también a cortar la piedra, a fabricar el tornillo y a hacer mil cosas que porque las ignoramos es el nivel patrio el de los tiempos de la noria morisca y del telégrafo de señales". SANCHO Y GIL expresó que era "un Diputado que será siempre muy amigo del Gobierno, si siempre el Gobierno vela por los intereses de la democracia y por la prosperidad de la Hacienda nacional". Y concluyó: "Pertenezco a un partido que no debe morir, pues la evolución por él defendida no pueden darla por terminada los que defienden la esencialidad de las formas de gobierno. Estoy decidido a ir adonde me lleve la ola de la evolución, a sacrificar a la Patria los egoísmos de partido, a no arrancar la cimera a mis ideas y a no teñirla de color que la confunda con la que ondeaba no ha mucho en vecinos bancos. Apoyo al Gobierno, de acuerdo con lo que ha dicho el Sr. Almagro en su inimitable discurso, porque es de justicia el apoyarlo. De acuerdo con el noble señor Almagro, lo apoyo con desinterés, sin pacto previo, quiéralo él o no lo quiera; mas no soy ministerial, si bien me hallo al lado de los ministeriales.

Los mandatos de mi conciencia y la índole de los poderes que recibí en la falda del Moncayo no me permiten llegar hasta más adelante en la vía de las concesiones. El amor a mi ideal querido no está extinguido en mí. No quiero cambiar la imagen del altar a donde está aquél elevado.

No molesto más la atención de la Cámara. Resumiendo: existo dentro de la legalidad, formo al lado de los ministeriales, estoy dispuesto a prestar al partido liberal el franco y condicional apoyo que he tenido la honra de prometerle, y no he dejado de ser lo que era cuando luché en las últimas elecciones"13.

El 3 de abril de 1895 SANCHO Y GIL pidió la palabra para hacer llegar al Gobierno otro grave problema. "En el distrito que tengo la honra de representar en Cortes, es la vid la fuente principal de riqueza, y el cultivo de tan hermosa planta es en él ruinoso, entre varias causas, por la depreciación del vino y por los caprichos de las codiciosas tarifas de ferrocarriles. Ante tan grave mal, mis representantes han acordado imponer indefinida tregua a sus luchas políticas y consagrar las bien templadas energías que les caracterizan a combatirlo.

A este fin, el día 24 de Febrero último, reuniéronse en Tarazona Comisiones de todos los Ayuntamientos de la comarca, y allí acordaron el constituir una Junta de defensa de los intereses agrícolas del distrito, y que el Diputado a Cortes de él pidiese al Gobierno de S.M.: primero, la supresión del impuesto de consumos sobre el vino; segundo, la prohibición absoluta de la fabricación de vinos artificiales; tercero, el fomento de las destilerías de alcohol de vino; y cuarto, la rebaja y unificación de las tarifas de ferrocarriles para el transporte de vinos. Ruego al Gobierno, aquí dignamente representado por mi particular y querido amigo el Sr. Ministro de Ultramar, que escuche la voz angustiada de una comarca que sucumbe, porque si no lo hace, en un día de próximo amanecer, los propietarios que a los dos lados del Moncayo viven, para pagar sus tributos tendrán que vender las yuntas y los aperos de la labranza que hoy les sirven para las labores agrícolas, que a costa de mucho sudor y de ningún beneficio ejecutan". Tomás Castellano, ministro de Ultramar, quedó en ser intérprete de lo expresado ante los ministros de Hacienda y Fomento14.

La Junta de los Intereses Vitícolas de Tarazona envió una carta a SANCHO Y GIL, fechada el 9 de abril de 1895 y firmada por Pedro Sagasta, que decía: "en nombre de esta Junta que presido, y particularmente en el mío, trasmito con suma complacencia expresivo testimonio de agradecimiento a V. por venir cumpliendo tan a satisfacción nuestra el ruego que le fue hecho por estos viticultores reunidos en esta ciudad el día 24 de Febrero último.

Sírvase, pues, aceptar y recibir tan sencillo como sincero homenaje, considerándolo emanado de gente agradecida y por V. bien merecido, a la vez que también nuestra entusiasta felicitación, por su patriótica y elocuente defensa de nuestros propósitos en el Congreso de los Diputados".

Y es que incidían muy negativamente en el sector vinícola las elevadas tarifas de consumos y la competencia de los vinos de Argelia, Italia, Portugal y Grecia. El conde de Retamoso, diputado por Tarancón (Cuenca), intervino en la legislatura de 1894-1895 para defender la rebaja de los impuestos del vino, la protección a la industria vinícola y la exportación de vinos a Estados Unidos. Leovigildo Fernández de Velasco, diputado por Valladolid, intervino en la misma legislatura para defender la supresión del impuesto de consumos sobre vinos, la persecución y castigo de los delitos de adulteración y falsificación de vinos y la protección a la agricultura. En el Somontano de Tarazona aumentaron considerablemente las superficies plantadas con viñedo, a consecuencia del ataque de la filoxera a los viñedos franceses, entre 1870 y 1874. En Aragón y en 1898 se obtuvo el 10 % de la producción nacional. La filoxera llegó a Aragón a finales de siglo. En la provincia de Zaragoza se tocó fondo en 1909, con una producción de mosto de 129.331 Hl., cuando en 1900 se habían obtenido 1,35 millones de Hl.

En 1894 se rompió la Unión Republicana y a finales de año el gabinete liberal entró en crisis, como consecuencia de las dificultades surgidas en Marruecos y territorios de ultramar. CÁNOVAS DEL CASTILLO formó gobierno en marzo de 1895, pero las siguientes elecciones tendrían lugar el 12 de abril de 1896.

El abogado José DE CARVAJAL, entonces diputado, envió a SANCHO Y GIL una carta fechada el 1 de febrero de 1894. José DE CARVAJAL era autor de un Discurso sobre el Posibilismo, que había pronunciado en Granada el 27 de abril de 1879. Allí se refería ya a la desunión de los republicanos. "Hace ya mucho tiempo que entre las diferentes fracciones del partido democrático, y sobre todo entre la nuestra y su antinómica, entre el posibilismo y los diversos matices del federalismo, no se cruzan sino ademanes de odio y gritos de combate"15. La carta decía así: "Mi estimado correligionario: Mis trabajos políticos se dirigen, como es notorio, a determinar una legalidad común que sirva de base al desarrollo de los partidos gubernamentales dentro de la forma republicana, como medio el más seguro de que el país apoye sin recelo nuestra causa y se adhiera a su tiempo. Este pensamiento requiere el lastre conservador; mas por desventura, los numerosos elementos con que cuenta la doctrina republicana conservadora, se hallan en la incertidumbre de conducta propia de un partido que acaba de sufrir una crisis dolorosa. Para determinar clara y resueltamente esta conducta, está suficientemente justificada la iniciativa individual; pero además, multitud de amigos que he conservado siempre, me han inclinado a que provoque una reunión que se verificará el día 8 del corriente mes de Febrero a las 9 de la noche en el Centro de Unión Constitucional republicana, calle del Arenal nº 1.

Suplico a V. se sirva asistir y si no le fuere posible, tenga V. la bondad de confiar su representación a la persona que le parezca conveniente, comunicándomelo a esta su casa, Calle de Hernán Cortés nº 11". En el semanario turiasonense La Unión (1891-1923), del 15 de marzo de 1896, se publicó un manifiesto del Partido Republicano de Tarazona, firmado dos días antes. En él se informaba que en la asamblea del Partido se había acordado por unanimidad el retraimiento ante las próximas elecciones, aunque el acuerdo les causaba infinita amargura "porque nos priva de una representación tan dignísima como tuvimos hasta hace poco en el que fue nuestro diputado Sr. Sancho y Gil por el que todos sentimos afecto personal íntimo y sincero separado de las distancias que la política en que hoy milita le ponen de nosotros". Confesaban que se les quería llevar hacia los posibilistas, grupo al que nunca habían pertenecido ni querían pertenecer. En este número apareció también una reseña de la asamblea republicana celebrada el día 11 en los salones del Centro republicano, por citación del presidente Cándido Lamana. Tras la discusión llegaron los acuerdos:

- Retraerse en las próximas elecciones, pero interviniendo todas las mesas para vigilar la elección y prevenir asechanzas.
- Adherirse al Partido Republicano Nacional, comunicándole este acuerdo.
- Significar públicamente que ni ahora ni nunca habían formado en el grupo posibilista.
- Considerar las simpatías personales que al distrito inspiraba SANCHO Y GIL y hacer votos por el completo restablecimiento de la enfermedad que le aquejaba.
- Proclamar candidato para futuras elecciones de diputados a Cortes, en que luche el Partido Republicano, a Cándido Lamana.
- Comunicar estos acuerdos mediante un manifiesto.

En Heraldo de Aragón, el día 15 de marzo de 1896, se pulsó la opinión de SANCHO Y GIL, tras la celebración de la asamblea en Tarazona. "Fui vencido con gloria en mi primera campaña, rápida y atrevida por demás, y en la segunda obtuve el honor más alto que he alcanzado nunca en mi modestísima vida pública". Pensaba que su investidura había sido posible por el brío de los electores y "por la actividad y la popularidad de mi querido amigo D. Cándido Lamana, de cuya voluntad dependía ayer, como ha dependido hoy, la suerte de ese distrito". Y confesaba: "El aconsejar el retraimiento no estaba en mi convicción, el aconsejar la lucha pudiera haber parecido palabra inspirada por el egoísmo personal, y el aconsejar mi candidatura vulgar inmodestia que la habría dado el matiz de intrusa desde el instante en que no hubiese sido fruto de la voluntad colectiva de mis antiguos electores de Tarazona". Los republicanos de Tarazona habían acordado el retraimiento, adhiriéndose al Partido Republicano Nacional, lamentando que SANCHO Y GIL continuara en el mismo lugar. "A mi vez lamento yo la peregrinación peligrosa emprendida por amigos particulares que me son queridos. Se hacen acusaciones que quiero creer son injustas y que ojalá pronto lo parezcan, a la vez que lo sean, a todo el mundo. Ni una palabra más acerca de este asunto".

En el semanario La Unión del 29 de marzo, apareció una lista con suscripciones para el auxilio de las familias de los que habían muerto en Los Fayos, a causa de unos desprendimientos de tierras. SANCHO Y GIL donó 25 pesetas. La rondalla que dirigía Faustino Molinero consiguió recaudar 265 pesetas y 41 céntimos y la Sociedad Electra-Turiaso, recientemente constituida, acordó ayudar a las viudas de los fallecidos en el accidente de las obras, con 1.500 pesetas, distribuidas a partes iguales.

NOTAS

1. Ramón DE LACADENA: Vidas aragonesas, I.F.C., Zaragoza, 1972, pp. 597-617.
2. Faustino SANCHO Y GIL: Elogio de D. Manuel Bretón de los Herreros, Tip. La Derecha, Zaragoza, 1886, p. 81.
3 Ibídem, pp. 81-83.
4. Diario de las Sesiones de Cortes, 1893, tomo 1, nº 6, apéndices 3 y 5.
5. Ibídem, 1893, tomo 1, nº 28, p. 629.
6. Ibídem, 1893, tomo 3, nº 43, apéndice 5.
7. Ibídem, 1893, tomo 3, nº 47, p. 1339.
8. Ibídem, 1893, tomo 4, nº 52, pp. 1487 y 1490.
9. Ibídem, 1893, tomo 7, nº 90, apéndice 7.
10. Augusto VIVERO: Antología de las Cortes de 1891 a 1895, Tip. de Prudencio P. de Velasco, Madrid, 1913, p. 413.
11. Ibídem, p. 411.
12. Ibídem, pp. 427-428.
13. Diario de las Sesiones de Cortes, 1893, tomo 3, nº 43, pp. 1238-1239.
14. Ibídem, 1894-1895, tomo 7, nº 94, pp. 2551-2552.
15. José DE CARVAJAL: Discurso sobre el Posibilismo pronunciado en Granada el 27 de Abril de 1879, Imp. de la Revista de Legislación, Madrid, 1879, p. 64.

En VI Encuentro de Estudios Bilbilitanos, Calatayud, 2005

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