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Fundación del Rosario de la Aurora
en Saviñán
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Calle de San Ramon o del Charco de Saviñan
FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El médico Juan José Pérez otorgó un primer testamento ante el notario de Saviñán, José Carnicer y Pérez, el 20 de febrero de 1769. En él señalaba su voluntad de ser enterrado en la capilla de San Francisco, de la parroquial de San Pedro, para lo que dejaba 30 pesos duros, dejando heredera de sus bienes a su mujer, Manuela Cercos. Juan José Pérez era hijo de Juan Pérez Cerellón y de María Ana Joven.
María Ana Joven falleció en 1758, siendo la primera persona que se enterró en la capilla de la Virgen del Carmen, de la parroquia de San Miguel de la Señoría, entrando a la derecha, según apuntaba su vicario, mosén Bernardo Gasca. Era ya viuda de Juan Pérez Cerellón. Había testado muchos años antes con el notario José Carnicer y Pérez. Dejó por su alma 25 libras jaquesas. Donó todos sus bienes a su hijo Juan José Pérez, médico de Saviñán, que estaba casado con Manuela Cercos. En caso de fallecer su hijo, los bienes pasarían a su viuda. Y en caso de fallecer Manuela Cercos o de contraer nuevo matrimonio, los bienes de la testadora se debían dividir en dos partes. Una parte se destinaría a misas rezadas por el alma de la otorgante, de sus padres, de su hijo y de su esposo fallecido, y la otra se repartirían los parientes más cercanos de Isabel Joven, su hermana ya fallecida, que había casado en El Frasno. Como ejecutores de sus últimas voluntades nombraba a los vicarios de San Pedro y de San Miguel.
El 9 de octubre de 1790 y ante el notario Juan Santos Carnicer, Juan José Pérez otorgó un primer codicilo, en el que se reiteraba en su primera voluntad de ser enterrado en la capilla parroquial de San Francisco, dejando esta vez 20 libras para gastos. En el segundo codicilo, otorgado ante el mismo notario el 13 de enero de 1791, Juan José Pérez fundaba perpetuamente el rosario de la aurora en la iglesia parroquial de San Pedro, en memoria de Nuestra Señora del Rosario. Para congrua de esta fundación dejaba media casa y la mitad de unos amplios, con la mitad de un censo, a favor de la Comunidad de Calatayud, de 7 sueldos y 8 dineros. Esta casa con sus amplios confrontaba con la otra mitad de la casa, calle real y la Macabre. En esta casa vivía Juan José Pérez desde el año 1812, año de su nacimiento.
También asignaba para su congrua un olivar situado en Trebago, de dos hanegadas, que era treudero al monasterio de Santa Clara de Calatayud, en 2 arrobas de aceite, y una zumaquera en Valdemoro de una yugada, con la condición que su mujer no podía vender estos bienes.
Juan José Pérez dispuso que el rosario de la aurora comenzara a rezarse por las calles del lugar de Saviñán, todos los días por la mañana, desde el primer domingo de octubre, hasta el tercero de Pascua, incluido el domingo de Resurrección, además de los días festivos de Nuestra Señora.
El encargado de rezar el rosario por las calles las fechas asignadas, tenía también obligación, por sí o por otra persona, de rezar el rosario todas las noches en el barrio de su casa, en el llamado portal de San Ramón, a la hora que mejor le conviniera, excepto los días que tuviera obligación de salir a rezarlo por las mañanas.
Para rezar este rosario de la aurora, el fundador nombraba a José Andrés, mayor, durante su vida y, una vez fallecido, los encargados serían sus hijos y descendientes varones, el mejor que cumpliera este encargo, a elección del cura o presidente de la parroquia de San Pedro. En el caso que no hubiera descendientes de José Andrés, el cura o regente podría disponer de los bienes citados en quien mejor pareciera, velando por el cumplimiento de esta obligación de rezar el rosario.
Juan José Pérez, médico de Saviñán, falleció el 10 de abril de 1791, a los setenta y nueve años de edad. No comulgó por tener vómitos, siendo enterrado en la iglesia de San Pedro, dejando 25 libras para gastos. En su partida de defunción se anotaba que el notario Juan Santos Carnicer había recibido una escritura suya. En ella se apuntaba que, para culto del rosario, dejaba a José Andrés, labrador, y a sus hijos varones, vecinos de Saviñán, la mitad de una casa, que confrontaba con la otra mitad, perteneciente a sus herederos, y con la calle de la Macabre, con una carga de 7 sueldos y 8 dineros a la Comunidad de Calatayud. Además, dejaba un olivar de dos hanegadas en el paraje de Trebago, que confrontaba con la cuadrilla de la iglesia y con los herederos de Miguel García, siendo treudero en dos arrobas de aceite al monasterio de Santa Clara de Calatayud. Y una zumaquera en Valdemoro de una yugada, que confrontaba con una zumaquera de Muñoz, que pertenecía a Hernández, de Embid, y con otra de Vicente Carnicer, con 3 sueldos treuderos a la Comunidad de Calatayud. El testador disponía que si no se cumplía con la fundación, el regente podía elegir al que mejor le pareciera. El fundador hizo constar que esta cesión de bienes y fundación no tendría efecto hasta el fallecimiento de su mujer, Manuela Cercos, que acaeció el 31 de enero de 1799. La fallecida contaba con setenta y seis años. Se enterró en la iglesia y como poseía pocos bienes, que no llegaban para pagar su entierro, lo hicieron sus parientes.
El 29 de mayo de 1793 había fallecido mosén Juan Pérez, beneficiado y presidente de la parroquia de San Pedro. Contaba con ochenta y tres años, siendo enterrado en la cisterna de la capilla de Nuestra Señora del Pilar, propia de los beneficiados. Había testado con el notario Juan Santos Carnicer, dejando 16 escudos para gastos.
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