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Algunos documentos inéditos sobre la familia de Baltasar Gracián en Saviñán

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | En el tomo décimo de la reciente Gran Enciclopedia Aragonesa 2000, aún persiste el error de hacer a Francisco Gracián Garcés, padre del jesuita y escritor Baltasar Gracián, natural de Sariñena, provincia de Huesca. Sin embargo Francisco Gracián Garcés nació en Saviñán (Zaragoza) en 1564, y era hijo de Antonio Gracián y de Isabel Garcés, ambos de linaje de infanzones. El error es relativamente moderno, pues en el Ensayo para la descripción geográfica, física y civil del Corregimiento de Calatayud, de 1788, debido a Miguel Monterde, prior del Santo Sepulcro de Calatayud, se dice que en Saviñán "está el solar de la familia Gracián que ilustró el autor del Criticón"2.

La profesora Belén Boloqui, que atribuye el error al padre Batllori, ya aireó estas y otras circunstancias en su estudio "Baltasar Gracián: datos familiares inéditos (1563-1667)", publicado en las actas del II Encuentro de Estudios Bilbilitanos, celebrado en 1986, que completó con "Niñez y adolescencia de Baltasar Gracián", Suplementos Anthropos, Barcelona, 1993. En ellos demostró la existencia de Lorenzo Gracián, hermano de Baltasar, nacido en Ateca en 1614.

En la casa solar de la familia Gracián de Saviñán se conservan varios documentos que relacionan a las familias Gracián, Garcés, Villalba, Larraga y Guillén, entre otras. Los Gracián, Garcés y Guillén eran infanzones. Con estos documentos y con las partidas de los libros parroquiales de San Pedro Apóstol y de San Miguel, vamos a conocer a los familiares de Baltasar Gracián de Saviñán. Desgraciadamente en las dos parroquias de Saviñán falta el tomo segundo, que corresponde a buena parte del siglo XVII, el siglo que vivió Baltasar Gracián. Estos dos libros tampoco se encuentran en el Archivo Diocesano de Tarazona. Su extravío hace todavía más valiosos, si cabe, los documentos que conserva la familia Gracián de Saviñán desde mediados del siglo XVI. La profesora Belén Boloqui, en su trabajo de 1986, reconocía que no había podido encontrar en el Ayuntamiento de Saviñán, ni en el Archivo de Protocolos de Calatayud, ni uno sólo de los protocolos que se citaban en las distintas partidas de los libros parroquiales, referidas a la familia Gracián.

En el fogaje de 1495 encontramos viviendo en Saviñán, entre otros, al vicario mosén Pedro Vélez, Alfonso Verón, Joan de Borja, Ximeno de Villalba, García Benedit, Vicent de Villalba, Francisco de Villalba, Joan de Heredia, Joan Fortunyo, Joan Guillén, Joan Munyoz y Pedro Gascón3. No aparece ningún Gracián ni Garcés. En el mismo fogaje encontramos en Borja a Antón Garcés, Miguel de Guisabel y Graciana, la beata4.

Por la Real Provisión Ejecutoria de Infanzonía, concedida por Carlos III a los Gracián de Saviñán en 17775, que ratificaba otra de 1645, sabemos que este linaje se remontaba hasta Miguel Gracián de Borja, que había casado con Leonor de Isabel, de la que tuvo a Miguel Gracián, que casó con María Matute. En Santa María de Borja se encuentra la partida de defunción de un Miguel Gracián, mayor, en 1548. Del matrimonio Gracián-Matute nacieron al menos tres hijos: Antonio Gracián, que casó hacia 1555 con Isabel Garcés, abuelos de Baltasar Gracián, Juan Gracián, que casó en Santa María de Borja en 1554 con María Villalba, en cuya partida se dice que era hijo de Juan, y no de Miguel, y de María Matute, y Miguel Gracián que casó en 1566 y en Borja con Juana de Omiste. En el archivo parroquial de San Pedro de Saviñán aparece otro Juan Gracián, muerto en 1589, casado con Juana Palacio, de la que tuvo en 1560 a Ana Gracián Palacio, que casó en 1580 con Juan Bernat, y a Francisco Gracián Palacio, nacido en 1562. En 1552 Antonio Gracián e Isabel Garcés son padrinos en el bautizo de Hernando de Oña, que será sastre, hijo de Gonzalo e Isabel Fortuño. En 1563 nace Francisco Gracián Garcés, hijo de Antonio e Isabel, que morirá al poco tiempo. Fueron sus compadres Juan Garcés y Agustín de Villalba, hijo de Pedro Villalba, y comadres Margarita Gerger y Apolonia Villalba. En 1564 se bautiza a otro Francisco Gracián Garcés, que será padre de Baltasar Gracián. Sus padrinos fueron Agustín de Villalba, menor, y Leonor Garcés. Su madre Isabel Garcés morirá en Saviñán en 1580 y su padre Antonio Gracián en 1594. Hacia mitad del siglo XVI encontramos viviendo en Saviñán a varios matrimonios con el apellido Garcés, compuestos por Pedro Garcés y Bárbara de Heredia, Francisco Garcés e Isabel Palacio, Sancho Garcés, menor, y Susana Verón, Gonzalo Garcés y María Morago, Pedro Garcés e Isabel de Bobadilla, Juan Villalba y María Garcés, e Isabel Garcés, casada con Antonio Gracián. Por estas fechas también viven Francisca, Leonor, Sancho, Pedro, Francisco, Juan, Susana y Adana Garcés. En un protocolo de 1545 Pedro Garcés e Isabel de Bobadilla, cónyuges de Saviñán, cambiaban una viña en el Frasno con Sancho Garcés, menor, y Susana Verón. Susana Verón, estando enferma dictaba testamento en 1547 con el notario de Saviñán Pedro Gascón. En este protocolo notarial se dice que quería ser enterrada en la iglesia de San Pedro y dejaba algún dinero para misas, misas de cabo de año, novena y ocho cirios de cera. Nombraba tutores de sus hijos a su marido Sancho Garcés y a Jerónimo Villalba. Para sus hijos Sancho, Pedro, Francisco, Juan, Isabel, Leonor, Susana y Adana Garcés dejaba 10 sueldos para cada uno. A su hijo Gonzalo dejaba un majuelo en El Frasno y a Isabel 200 sueldos. Es posible que esta Isabel Garcés Verón sea la que casa con Antonio Gracián Matute hacia 1555, abuelos de Baltasar Gracián.

En un protocolo de 1584 se cita una era en San Roque de Gonzalo Garcés, casas y corral en las eras de Juan Gracián, albar de Marco Garcés, zumaquera de Diego Palacio y olivar de Jerónimo de Villalba.

En un protocolo notarial de Antonio Ordóñez de 1585, se recoge el testamento de Antón de la Raga y de Gracia Gracián, actuando de testigo Marco Garcés, infanzón. Como ejecutores se nombran a Antón de la Raga, menor, mosén Magallón y Domingo Roy, de Paracuellos. Antón de la Raga murió aquel mismo año de 1585 y Gracia Gracián lo hizo en 1588. En su testamento de 1585 dejaban por sus almas 300 sueldos, de los bienes sitios dejaban 500 sueldos al Capítulo de Saviñán y otros 200 sueldos a Miguel de Heredia y los censos de ellos. También dejaban a sus hijos Antón, Pedro, Juan y María, casas, huertos, fincas y varios censales. Entre numerosos bienes, Antón heredó una viña en los Hoyos de Embid, que confrontaba con Antón Gracián y yermo de los herederos de Isabel Pujadas. Pedro, un olivar en Trasmón, confrontante con otro de Tristán Muñoz de Pamplona, unas casas que confrontaban con casas de Juan Osen y Juan Villalba, y un huerto en la calle nueva que confrontaba con unas casas de Diego de Luna, camino y olivar de las monjas de Santa Clara. Un Juan de la Raga aparece como testigo en 1592, en la boda de Francisco Gracián con su primera esposa Mariana de Andua, celebrada en la misma casa de la novia, en Calatayud. El matrimonio pasará a vivir a Saviñán donde nacen: Magdalena, en 1593, que morirá pronto, y Teresa, en 1595, a consecuencia de la cual muere la madre de posparto el 25 de abril de 1595. Teresa Gracián Andua casará en Ateca y en 1616 con Miguel de Vera y Álvarez, de Calatayud. Antón de la Raga Gracián, nacido en 1547, casará en 1576 con Susana Garcés, creemos hija de Gonzalo y María Morago, nacida en 1560, que morirá en 1581. A la boda asisten Antonio y Juan Gracián. En 1582 Antón de la Raga vuelve a casarse con Catalina Abas, de la que nacerá Catalina la Raga o Larraga en 1587, que casará en 1616 con Francisco Gracián Villalba, nacido en 1585, hijo de Juan y María Villalba. La hermana de Antón, María de la Raga, casará con Juan de Sediles en 1574. Como comadre de su hijo Pedro, nacido en 1578, aparece María Gracián. Quizá sea ésta la doncella que muere en 1579, en cuyo testamento con Antonio Cimal nombraba ejecutores a Juan y a Antonio Gracián.

La familia Villalba de Saviñán también debía ser de posibles, pues en 1574 Ana Villalba casa con Juan Garcés, infanzón, estando presentes mosén Antonio Gracián y José Villalba, y en 1581 su hermana María Villalba lo hace con Juan Gracián Villalba, infanzón, primo de Francisco Gracián Garcés, padre de Baltasar Gracián, estando presentes mosén Martín Benedid, mosén Francisco Cuenca y mosén Pedro Garcés. Ana, nacida en 1553, y María, nacida en 1560, eran hijas de Francisco Villalba y de María Villalba, que casaron antes de 1547, año en que nace su hijo Antón, del que es compadre mosén Antón Villalba. Este hijo debió morir a corta edad porque en 1550 se bautiza a otro niño y se le pone el mismo nombre de Antón, que casará con Gracia Andrés. En un protocolo de 1554 se cita un olivar en las Abadías, que confrontaba con un huerto de Francisco y María Villalba, cónyuges, y un olivar en la Parada que confrontaba con otro olivar de los herederos de Sancho Garcés. En otro protocolo de 1573 debido a Francisco Gascón, se cita un olivar en Trasmon de Francisco Villalba, mayor de días, labrador y vecino de Saviñán. Y en otro de 1575 se cita una era de Francisco Villalba y una estacada de los herederos de Gonzalo de Funes.

Mosén Antón Villalba entrará de vicario en la parroquial de San Pedro de Saviñán el 22 de noviembre de 1576, por fallecimiento de mosén Cebrián Serrano. Mosén Antón Villalba morirá la noche del 28 de enero de 1602. Miguel Monterde apunta en su Ensayo que en 1602 mosén Antón había dotado un Montepío para casar huérfanas6. Según se lee en su partida de defunción, murió degollado mientras dormía a la edad de 90 años. También corrió la misma suerte su ama Isabel de Vera, de 69 años. Al día siguiente el cadáver del vicario fue depositado, con licencia del doctor Juan Aznar Izquierdo, vicario general de Calatayud, en su capilla y carnerario que debía de hacerse en la parroquial de San Pedro con los bienes del vicario. Mosén Antón Villalba había hecho testamento con el notario Pedro Gascón, nombrando ejecutores al vicario y al beneficiado más antiguo. En él se mandaba decir por su alma y por mosén Antón Serrano 200 misas en capillas privilegiadas y tres misas cantadas con diácono y subdiácono. En esta capilla de San Antonio Abad dejó fundadas dos capellanías, dejando por patronos a los jurados del pueblo, que debían otorgar los nombramientos en los descendientes de Francisco Villalba y Florencia Villalba, sus hermanos. Sabemos que mosén Antón prestó al Concejo 22.000 sueldos, entre 1591 y 1600, quizá para levantar la nueva fábrica de la iglesia. El censo de estos préstamos se destinaría a las capellanías por él fundadas. El carnerario de mosén Antón sirvió después para los capellanes de la capilla de San Antonio Abad. Al parecer, Francisco Villalba, padre de Ana y María, era hijo de Agustín y Polonia Serrano. Por tanto mosén Antón Villalba podía ser familia de los Serrano y de mosén Antón Serrano, por cuya alma manda decir unas misas en su testamento.

Rodrigo de Zapata y Palafox, nacido en 1543 y muerto en 1591, se ordenó sacerdote en 1579, a título de la Dignidad de Limosnero de La Seo, y a partir de 1580 se dedica a reunir rentas para destinarlas a la fundación de un Colegio de la Compañía de Jesús en su ciudad de Calatayud, que tendrá lugar el 29 de octubre de 1584, consiguiendo la dotación de 12.000 libras en censales muy seguros. El P. General Mercurian, importunado reiteradamente por Rodrigo Zapata, escribió con fecha 14 de enero de 1580 al Provincial de Aragón, P. Pedro Villalba, mandándole que examinase el negocio y dándole facultad para admitir el colegio si lo ofrecía en condiciones razonables. El prior Monterde, en su Ensayo, dice que el P. Pedro Villalba, jesuita Provincial de Aragón, era natural de Saviñán, y por tanto podía ser familia de mosén Antón Villalba y de Francisco Villalba7. En 1584, año de la inauguración del colegio, el P. Gerónimo Roca era Provincial de los jesuitas. Podemos pensar que la figura del P. Pedro Villalba, que han pasado por alto todos los gracianistas, relacionada con la fundación del Colegio jesuita de Calatayud, podría haber influido en la preferencia de Baltasar Gracián por la Compañía de Jesús.

En 1581 mosén Pedro Garcés está presente en la boda de Juan Gracián Villalba (1556-1620) y María Villalba. De este matrimonio nacerá en 1585 Francisco Gracián Villalba, primo de Baltasar Gracián. El 6 de noviembre de 1548 se bautiza un Juan Garcés, hijo de Sancho Garcés, y posible nieto de Sancho Garcés, menor, y Susana Verón. Fueron sus padrinos Jerónimo Habas, Gil Benedit, estudiante, Juana de Yepes y Catalina de Fuertes. Desconocemos el nombre de la madre, que no se cita en la partida de bautismo, aunque bien podría pertenecer a una de las cuatro familias que están representadas en el bautizo de su hijo Juan. Tampoco podemos consultar la partida de matrimonio de Sancho Garcés, padre de Juan, pues no se recogen en el libro parroquial antes de 1566. Las partidas de defunciones arrancan también en 1566. De Juan Garcés (1548-1596) y Ana Villalba, que casaron en 1574, nacerá Francisco en 1581, que será presbítero, y Antonio en 1585, primos de los Gracián. Francisco Gracián Villalba (1585-1654) casará en 1616 y en San Miguel de la Señoría con Catalina Larraga, hija de Antón de la Raga Gracián y Catalina Abas, su segunda mujer. En 1618 se bautiza en San Miguel a Juan Francisco Gracián y Larraga, que llegará a ser vicario de esta parroquia. El primer libro de San Miguel llega hasta 1618, pero por las partidas de defunción, que señalan la edad de la muerte, podemos deducir que Antonio Gracián Larraga nació hacia 1619 y su hermano José hacia 1626. Antonio Garcés Villalba (1585-1636) casará en 1615 con María Sierra, de Torralba de Ribota.

En un protocolo de 1602, María Villalba, viuda de Francisco Villalba, y su hija Ana Villalba, viuda de Juan Garcés, dejaban a Francisco Garcés Villalba, que quería ser ordenado sacerdote, unas casas y corral, con censo a pagar a Tristán Muñoz de Pamplona, dos olivares, uno de ellos con un censo a pagar a la Cofradía Mayor, y una pieza y olmeda de ocho hanegadas, que confrontaba con pieza de la Religión de San Juan y pieza de la Cofradía Mayor, con un censo a pagar al Santo Sepulcro cada 15 de agosto. En 1615, en las capitulaciones matrimoniales entre Antonio Garcés y María Sierra, mosén Francisco Garcés y su madre Ana Villalba ofrecían dos viviendas en Saviñán, dos piezas de tierra, dos albares, cuatro viñas, cuatro olivares, uno de ellos confrontaba con otro de Juan Gracián, tres zumaqueras, la mitad de una era con cuarto entero y un corral en las eras. Juan Sierra y María Benedid, de Torralba, se obligaban a aportar 2.000 sueldos después de las capitulaciones, 2.000 más para la Virgen de Agosto de 1616 y otros 2.000 más para la misma fecha de 1617, ofreciendo además cuatro majuelos en Torralba, dos huertos, un olivar, un cerrado, una pieza y otra pieza en la vega de Cervera, término de Torralba.

El 13 de junio de 1626 se contrataban las obras de la parroquial de San Pedro de Saviñán en 440 escudos, entre los obreros de villa Francisco de Aguirre, Miguel de Gromendadi y Juan Segura, vecinos de Calatayud, por un lado, y por el otro mosén Pedro Garcés, vicario, mosén Francisco García, mosén Pedro Magallón, mosén Francisco Larraga, Basilio García, Juan Bacarizo de María de Villalba (casaron en 1600), Francisco Pamplona, mayor, Antonio Garcés, Juan González, Jerónimo Morés, Pedro Terrer, Miguel López y Agustín Benedí, vecinos de Saviñán. En el mismo documento, Francisco de Aguirre y Miguel de Gromendadi cedieron las obras a Juan Segura, para que las llevase a término. Estos 440 escudos debían pagarse una vez finalizado el pago de 1.750 escudos, cantidad en que se había contratado la primera obra8.

En un protocolo de 1626, el procurador del caballero Juan Díaz de Contamina y Gotor, vecino de Tudela, vendía a Antonio Garcés, infanzón, un censal sobre un albar en las eras, que confrontaba con otro albar del mismo Antonio Garcés.

En un protocolo del escribano Amador de Garay de 13 de junio de 1629, Francisco Treviño, infanzón y ciudadano de Zaragoza, estando en Saviñán como procurador de Juan Muñoz de Pamplona, caballero domiciliado en Zaragoza, vendía a Francisco Gracián una pieza en Jumanda de cuatro hanegadas, que confrontaba con pieza de Diego Muñoz de Pamplona, presa del comprador, camino y río Jalón, por 6.000 sueldos jaqueses, con carta de gracia para que Juan y Diego Muñoz de Pamplona, si querían, pudieran comprarla a partir de mediados de octubre. Como testigos actuaron Gonzalo de Funes, caballero, y José Vila, infanzón, domiciliados en Saviñán. Diego y Juan Muñoz de Pamplona eran hijos de Tristán Muñoz de Pamplona, diputado del Reino en 1575 y 1588. Concurrió a las Cortes de Tarazona de 1592 y en esta ciudad casó con Bernardina de Gante y Carnicer, hija de los señores de Fontellas. Tristán Muñoz era hijo de Diego Muñoz de Pamplona, que asistió a las Cortes de Monzón de 1528, y de Catalina de Noailles, señora del castillo de Abós, en Bearne, que murió en Saviñán en 1586. A partir de este Diego Muñoz aparecen afincados en Saviñán y es aquí donde nacen los hijos del matrimonio Muñoz de Pamplona y Gante y Carnicer a partir de 1579. Tristán Muñoz morirá en Saviñán en 1604, a los 55 años de edad, dejando muchos legados píos en Tarazona.

Por un protocolo de 1636, debido al escribano Miguel García de Saviñán, sabemos que mosén Francisco Garcés, infanzón, y María Sierra, viuda, eran los herederos universales de los bienes de Antonio Garcés, infanzón, por último testamento dado en Saviñán el 21 de octubre de 1636. En 1637, mosén Francisco Garcés, beneficiado perpetuo de la parroquial de San Pedro de Saviñán, otorgaba su último testamento, estando bueno de persona, con buen seso y memoria firme, para evitar cualquier pleito entre sus sobrinas. Decía que deseaba ser enterrado en la parroquial de San Pedro, en el lugar donde mejor pareciera a sus ejecutores. De su hacienda debían tomar 700 sueldos jaqueses para pagar su entierro. A la Cofradía de los clérigos de los seis lugares se entregarían 12 sueldos y el resto se emplearía en misas rezadas por su alma. Al obispo de Tarazona y su Arcedianado, y a los canónigos de la catedral de Tarazona dejaba su bonete y su breviario. Nombraba heredera de sus bienes a María Sierra, viuda de Antonio Garcés, su hermano, para que los repartiera entre sus hijas Ana Susana, María, Francisca e Isabel. Como ejecutores elegía a mosén Antonio Gracián, mosén Juan Ruiz y María Sierra.

Antonio Garcés y María Sierra tuvieron cuatro hijas, María casó con Gonzalo Garcés, posible nieto de Gonzalo y María Gascón, Antonio Gracián casó en segundas nupcias con Isabel Garcés, José Gracián casó en primeras nupcias con Francisca Garcés y Ana Garcés casó con Juan Serrano, de Mara. Antonio Gracián y José Gracián eran hijos de Francisco Gracián y Catalina Larraga, y hermanos de mosén Juan Francisco Gracián, vicario de San Miguel. Antonio Gracián había casado en primeras nupcias con María Guillén, hija de Juan Guillén, infanzón, y de María Sediles. Su hermano José Gracián casó en segundas nupcias con María Villalba, que falleció en 1680.

Los Sediles emparentaron con los Bacarizo, a los que se debe el retablo de San Francisco de la parroquial de San Pedro, y con los García, a los que se debe el altar de la Soledad. En un protocolo de 1575 se citan a los matrimonios formados por Miguel García y Margarita Yepes, Catalina García y Jaime de Burgales y Francisco García y Catalina Sediles. Son estos últimos los que venden en 1584 un censal de 300 sueldos por 6.000 sueldos de propiedad a Pedro Espinosa de Calatayud, obligando unas casas que confrontaban con casas de Juan Gracián. En este protocolo se menciona un corral en las eras de Juan Gracián, un albar de Marco Garcés y un olivar en los Planos de Jerónimo Villalba. En 1615 Jerónimo Bacarizo prestó al Concejo 10.000 sueldos. Al morir en este año deja 200 sueldos para ayudar a dorar el retablo de San Francisco. En 1616 muere su viuda Magdalena Sediles, dejando la misma cantidad para el retablo, como también lo hace Juan Bacarizo al morir en 1627. Jerónimo Bacarizo deja en su testamento 400 misas, 100 misas por sus padres, 1.000 sueldos para los pobres, 60 sueldos para cada una de las cofradías del pueblo, es decir: Cofradías del Santísimo, del Rosario, del Nombre de Jesús, de la Vera Cruz, de San Blas y de San Roque, 60 sueldos para la ermita de San Blas y lo referido para el retablo de San Francisco. En 1589 Jerónimo Bacarizo era jurado y juez ordinario de Saviñán. En 1564 Antonio Gracián era padrino de Pedro Bacarizo, hijo de Jerónimo y Magdalena Sediles.

En 1644 María Garcés, mujer de Gonzalo Garcés, infanzón, estando enferma dictaba su último testamento ante el escribano José Villalba. Para gastos de funeral y misas rezadas dejaba 500 sueldos. A su marido le dejaba los vestidos que por su cuenta le había hecho para las capitulaciones matrimoniales, con la condición que pagara 300 sueldos. A su madre María Sierra le nombraba heredera universal, con la obligación de pagar 200 sueldos y de esta manera se lograrían reunir los 500 sueldos que dejaba para su entierro. Como ejecutores nombraba a su marido Gonzalo Garcés, a su madre, a mosén Miguel Gascón y a mosén Juan Gracián, beneficiados perpetuos de la parroquial de Saviñán, y a Jacinto Garcés, nacido en 1595 y domiciliado en Morés, hijo de Gonzalo (1558-1596) y María Gascón, que casaron en 1589. En un protocolo de 1654 se cita a Jacinto Garcés, infanzón, mayor en días y vecino de Morés, a Gonzalo Garcés, mayor, infanzón, y a Gonzalo Garcés, menor, de Saviñán.

En un protocolo de 1654, debido al escribano de la Señoría Martín de Garay, Basilio Gascón, familiar del Santo Oficio de Saviñán, vendía una comanda de 3.000 sueldos a Antonio Gracián, ante el testigo Gonzalo Garcés, infanzón. Este mismo año Antonio Gracián compraba un olivar en las Espartinas, que confrontaba con olivar de Basilio Gascón, herederos de Juan Asensio, Pedro Ibáñez, molinero, montes blancos y camino real. Este olivar pagaba un treudo a los patronos de las capellanías fundadas por mosén Antón Villalba en la parroquial de San Pedro, de 133 sueldos, a pagar cada 25 de diciembre. Basilio Gascón, familiar del Santo Oficio, y su hermano mosén Miguel Gascón, vicario de San Pedro y comisario del Santo Oficio en 1661, eran hijos de Pedro y Jerónima Terrer. Los dos eran en 1654 herederos de los bienes de Jerónima Terrer, viuda de Pedro Gascón. En este mismo año vendían 10.000 sueldos de una comanda a mosén Juan Francisco Gracián, vicario de San Miguel. En 1661, mosén Miguel Gascón, como heredero de los bienes de su sobrino Pedro Gascón, vendía a mosén Juan Francisco Gracián y a José Gracián, hermanos, una pieza en Jumanda que confrontaba con pieza de la Religión de San Juan, Diego Muñoz y senda de herederos.

El 27 de noviembre de 1661, Juan de Cuenca y Blasa Vicente Villalba vendían a mosén Juan Francisco Gracián, vicario perpetuo de San Miguel, una pieza llamada de la Alberca, situada en la entrada de Jumanda, que confrontaba con piezas del Hospital de Saviñán, herederos de Antonio Gracián y acequia de Jumanda, con cargo de 35 sueldos jaqueses de censo y treudo perpetuo, a pagar al prior del Santo Sepulcro de Calatayud cada 15 de agosto. El 8 de enero de 1662 mosén Juan Bautista Gaspar, sacristán, convocaba al Cabildo de la colegiata del Santo Sepulcro de Calatayud, por mandamiento del prior. Ante el escribano Iñigo Jerónimo de Carreras se reunieron el prior Agustín Español, el subprior Juan Lozano de Ruesca y los canónigos Francisco Yago de Soria y Jacinto Pérez de Nueros. Todos conformes y unánimes aprobaron la venta, al haber recibido de los vendedores los 750 sueldos de la pieza vendida. Todos los treudos estaban pagados.

En 1673, Antonio Gracián, viudo de su segunda mujer Isabel Garcés, y deseando que el hijo de ambos Antonio Gracián Garcés, estudiante, natural y habitante de Saviñán, clérigo de cuatro menores órdenes, fuera promovido a los sagrados órdenes, instituía y dotaba una capellanía de patronado laical en San Pedro de Saviñán, en la capilla y altar del Santo Cristo, nombrando patrón de ella a su hijo. Tendría efecto en la vida de Antonio Gracián, o hasta que tuviera un beneficio o renta eclesiástica perpetua de 1.000 sueldos jaqueses, con la que esta capellanía era incompatible. Su hijo, o el suplente nombrado en caso de enfermedad o viaje, debía decir dos misas cada mes en la capilla del Santo Cristo por el alma de su padre y por las de sus fieles vivos y difuntos cada 1 y 15 de cada mes, a la hora que mejor pareciera. Para ello ofrecía unas casas que confrontaban con casas de Jerónimo Bacarizo y huerto de Juan de Funes, un olivar en las Espartinas, confrontante con olivar de José Gracián, una pieza de tierra blanca en la entrada de Jumanda, que confrontaba con piezas de la Religión de San Juan y pieza de Diego Muñoz, y un majuelo con una rengle de olivos en la Ajariz, que confrontaba con viña de mosén Pascual Vincueria y viña del mismo Antonio Gracián. Estos bienes tenían un valor de 20.000 sueldos jaqueses, que administrados darían más de 1.000 sueldos de renta anual. Juan de Cuenca, labrador de 62 años, y Miguel Perales, labrador de la Señoría de 60 años, personas honradas, dijeron ante el jurado de Saviñán que conocían bien a la familia y que estos bienes posibilitaban el sustento de Antonio Gracián. También reconocieron que el padre era dueño de estos bienes y que tenía otros muchos para poder vivir.

En 1674 María Sierra, viuda de Antonio Garcés, infanzón, estando enferma dictaba su último testamento. Según un protocolo del escribano Miguel García de 27 de marzo, dejaba para los gastos de funeral y misas cantadas 500 sueldos. Nombraba herederos a sus nietos mosén Antonio Gracián, subdiácono, Pedro Gracián, mancebo, y Felicitas Gracián, hijos de Antonio y de su hija Isabel Garcés, a sus otros nietos Francisco, Miguel y José, mancebos, y a Antonia, doncella, hijos de José Gracián y Francisca Garcés, y a su otro nieto Juan Serrano, hijo de Juan Serrano y Ana Garcés, domiciliados en Mara. Como ejecutores designaba a su sobrino mosén Domingo Azerra, presbítero de Torralba, y a sus yernos Antonio y José Gracián. Actuaron de testigos mosén Félix González y Campos, subdiácono, y Jerónimo de Luna, mancebo, habitantes de Saviñán.

Felicitas Gracián, estando enferma, dictaba su último testamento en 1675, ante el escribano Miguel García, dejando sus bienes a sus hermanos mosén Antonio y Pedro Gracián Garcés. Nombraba ejecutores a su padre y a sus mismos hermanos. De testigos actuaron Pedro Sarria, médico, y José Joven, mancebo, habitantes de Saviñán. Este Pedro Sarria podía ser el mismo que defiende en un escrito, junto con otros médicos, a los curtidores de Brea, al establecer Illueca tres tenerías a orillas del río Aranda. Esta demanda fue apoyada también por el Cabildo de Zaragoza, que presentó al virrey un memorial en 16819.

En 1682, María Beltrán, hija de Antonio y Gracia de Agreda, vecinos de Alpartir, mujer de Pedro Gracián Garcés (h. 1653-1722), familiar del Santo Oficio de Saviñán, que casaron en Saviñán en 1677, dictaba su último testamento, dejando a su marido 3.600 sueldos jaqueses, derivados de la venta de unas casas en Cariñena. A Catalina Hernández, viuda, le dejaba 200 sueldos, a mosén Antonio Gracián una pilica de plata blanca para tener agua bendita y a mosén Juan Gregorio Gracián dos cucharas de plata blanca, que eran cuñados de la finada. Como testigos aparecen Jacinto Lucate y Bernal, presbítero, y Manuel Calvo, alpargatero, vecino de la Señoría de Saviñán. En otro protocolo de 1687, debido al escribano de La Almunia, Policarpo Serón, se citaban a los ejecutores del último testamento de María Beltrán, que eran: mosén Miguel Vela y mosén José Vela, presbíteros de Paracuellos de la Ribera, mosén Diego de Agreda, presbítero de Alpartir, mosén Antonio Gracián, notario del Santo Oficio de la Inquisición y presbítero de Saviñán, y Pedro Moreno de la López Urraca, habitante de La Almunia. Pedro Gracián, viudo de María Beltrán, casó en 1689 con Violante Villalba y en 1705 con Josefa Melús, de Viver de la Sierra.

En un protocolo notarial de 1684 de Diego González y Campos, el licenciado José Tomás Villalba, comisario del Santo Oficio de la Inquisición de Saviñán, vendía al licenciado Antonio Gracián, presbítero y notario del Santo Oficio de la Inquisición de Saviñán, un olivar en las Espartinas por 1.800 sueldos, que confrontaba con olivar del comprador, olivar de mosén Miguel Vicente Villalba y acequia.

En 1682, María Bueso, que había casado en primeras nupcias con el notario Martín de Garay y en 1676 con Jerónimo Bacarizo, dejaba como herederos de sus bienes a sus sobrinos mosén Pedro Bueso y mosén Antonio Gracián. De sus propiedades debían vender hasta 3.000 sueldos, para pagar los 2.200 que había dejado por su alma y los 800 que se debían entregar a mosén Juan Francisco Gracián. Antonio Gracián, jurado y juez ordinario, y Miguel Morlanes, jurado segundo, cumplieron con la voluntad del testamento y ordenaron al notario Miguel Jerónimo la Plana, para que buscase a dos personas que tasaran aquellas heredades necesarias hasta alcanzar los 3.000 sueldos. Los labradores José Lafuente y Gonzalo Lafuente tasaron una zumaquera en Valcardera de tres yugadas, que confrontaba con zumaquera de José Benedid y camino real que iba a Viver de la Sierra, y otra zumaquera de cuatro yugadas en las Majanetas, que confrontaba con camino real y zumaquera de José Gracián, Francisco Gracián y Miguel Aznar. El 2 de septiembre de 1682, ante Antonio Gracián, jurado y juez ordinario, comparecieron Francisco Gracia, mayor en días, y Miguel Aznar, justicia de la Señoría. Los dos dieron fe de las dos fincas, valiéndose de Pedro Gumiel, mayor en días, y de José Benedid, labradores de Saviñán. Una finca fue tasada en 75 sueldos y la otra en 85 sueldos, exceptuando la cogida del zumaque.

Según un protocolo de 1690, debido a Domingo Vililla de El Frasno, Diego José Muñoz de Pamplona y Josefa Antonia de Funes, cónyuges y domiciliados en Saviñán, vendían a Pedro Gracián, familiar del Santo Oficio de la Inquisición, una pieza en la entrada de Jumanda por 1.640 sueldos, que confrontaba con pieza de la Religión de San Juan de Jerusalén y pieza del comprador.

Antonio Gracián, de 72 años, murió en 1691, dejando 50 libras por su alma. En un protocolo de 1692, debido al notario Domingo Vililla de El Frasno, se dice que Francisco Gracián Garcés fue a buscar el testamento de su padre José Gracián Larraga, fallecido a los 66 años, que lo tenía el vicario de San Pedro mosén Miguel Vicente Villalba, quien lo recibió ante los testigos mosén Antonio Gracián, notario del Santo Oficio de la Inquisición, y José Martínez. Como ejecutores de su testamento designaba al vicario de San Pedro, a su hijo Francisco y a sus sobrinos mosén Antonio y mosén Juan Gregorio Gracián. José Gracián había casado en primeras nupcias con Francisca Garcés y en segundas con María Villalba. A su hija Catalina Gracián Villalba, que casó en 1692 con José Martínez, hijo de Simón e Isabel Gracián, le dejaba vivienda, algunos muebles y varios olivares. A su hijo José Gracián Garcés le dejaba vivienda, algunos muebles, ropa y 300 libras y 20 escudos para que tomase el estado de sacerdote, más 50 reales para fundar una misa cantada y anual el día de San Miguel de septiembre. A Francisco Gracián Garcés lo nombraba heredero universal, con obligación de pagar sus deudas y 50 libras por su alma. Estaban presentes Francisco Gracián Garcés y su mujer Catalina de Val, José Gracián Garcés y Catalina Gracián Villalba, que aceptaron el testamento. Se nombraban ejecutores a Francisco Gracián Garcés, a mosén Miguel Vicente Villalba, vicario, y a sus sobrinos mosén Antonio Gracián y mosén Juan Gregorio Gracián. Como testigos actuaron mosén Antonio Gracián, presbítero, notario del Santo Oficio de la Inquisición de Aragón, y José Martínez, mancebo, vecinos de Saviñán. El testamento lo redactó mosén Miguel Vicente Villalba, vicario de San Pedro, por no haber en Saviñán escribano.

En varios recibos de 1694 se detallan las misas celebradas por el alma de mosén Juan Francisco Gracián. Estos recibos están firmados por mosén Domingo Romanos y Villalba, vicario de Viver, por Fr. Bartolomé de Paracuellos, guardián del convento de los Capuchinos de Ateca, quien había recibido el encargo de parte de mosén Miguel Vicente Villalba, vicario de Saviñán, por el licenciado Pedro Martínez, hijo de Simón y de Isabel Gracián, por mosén Juan Jerónimo Pariente y por mosén Pedro Gumiel, estos últimos de Saviñán. En 1694 muere también Catalina Gracián Villalba, a la edad de 24 años, dejando 100 libras para los gastos del entierro y para fundar dos aniversarios dobles en la capilla del Rosario, donde fue enterrada. Su marido, José Martínez Gracián, ya viudo, casa antes de 1705 con Ana Francisca Terrer y Antolí. En 1705, el canónigo Martínez Saldaña bautiza en Saviñán a Pedro Martínez Terrer, actuando de padrino Jerónimo Martínez, tío abuelo, y de madrina Josefa Martínez Gracián, que casó en Saviñán en 1693 con Martín José Ibarra Marco, infanzón de Calatayud. En 1697 muere mosén Juan Gregorio Gracián, de 52 años, siendo enterrado en la cisterna de los beneficiados de la parroquial de San Pedro, dejando para gastos y misas 100 escudos y 50 más para la fundación de diez aniversarios dobles en San Pedro. En 1699 murió Isabel Gracián, de 72 años, y al año siguiente su marido Simón Martínez, siendo ejecutores de su testamento su hijo, el racionero Pedro Martínez, y el hermano de Simón, Jerónimo Martínez, infanzón, que murió en 1707. Hermanos de Simón y de Jerónimo Martínez fueron Pedro Martínez Arisco o Asensio, deán de la catedral de Teruel desde 1678, hasta su muerte acaecida en 1687, y José Martínez Arisco o Asensio, canónigo de La Seo, desde 1662 a 1697, y rector de la Universidad de Zaragoza en 1693. El canónigo José Martínez Saldaña, hijo de Jerónimo y de Teresa Saldaña, por coadjutoría de su tío José, entró en 1690 y de principal en 1697. Murió en 1735 y en 1737 se trasladaron sus restos a la parroquial de Saviñán, a la Capilla del Rosario, que habían comprado José, Simón y Jerónimo Martínez por 380 libras jaquesas, con derecho a enterramiento. El canónigo Martínez Saldaña fue rector de la Universidad de Zaragoza en 1695, 1712 y 1719, y regidor del Hospital de Ntra. Sra. de Gracia de Zaragoza desde 1731 hasta su muerte10. En 1706 muere Francisco Gracián Garcés, de 56 años, dejando 80 escudos para misas y para un aniversario doble en San Pedro. Como ejecutores de su testamento nombra a su mujer Catalina de Val, que morirá en 1719, a su hermano fray José Gracián, abad de Alcolea, aunque en una partida de 1722 se dice que es prior de la iglesia de San Juan, al vicario de San Pedro, a Pedro Gracián Garcés y a mosén Pedro Martínez, sus primos.

Los actuales propietarios de la antigua casa solar de la familia Gracián de Saviñán, los hermanos Ledesma Bascones y Gracián, descienden de la rama de Antonio Gracián que casó en segundas nupcias con Isabel Garcés.

NOTAS: 1. Quiero dejar patente mi profunda gratitud a Carmen y a Francisco Ledesma Bascones, por su apoyo y confianza, al párroco de Saviñán, Nicolás Sebastián, y a Josefina Berdejo.
2. Miguel MONTERDE Y LÓPEZ DE ANSÓ: Ensayo para la descripción geográfica, física y civil del corregimiento de Calatayud, 1788, introducción y transcripción de José María SÁNCHEZ MOLLEDO. C.E.B., Calatayud, 1999, p. 101.
3. Antonio SERRANO MONTALVO: La población de Aragón según el fogaje de 1495, I, I.F.C., Zaragoza, 1995, p. 411. 4. Ibídem, II, pp. 75 y ss.
5. Archivo de la familia Gracián de Saviñán. El proceso y una copia están en el A.H.P. de Zaragoza, Caja 2446/1, fols. 130 rº y ss.
6. Miguel MONTERDE Y LÓPEZ DE ANSÓ, op. cit., p. 101.
7. Miguel MONTERDE Y LÓPEZ DE ANSÓ, op. cit., p. 102. José Ángel URZAY BARRIOS y Antonio SANGÜESA GARCÉS: "Rodrigo de Zapata, fundador del Colegio de la Compañía de Jesús en Calatayud", IV Encuentro de Estudios Bilbilitanos, Actas II, C.E.B, Calatayud, 1997, pp. 293-311. Gonzalo M. BORRÁS GUALIS y Germán LÓPEZ SAMPEDRO: Guía de la ciudad monumental de Calatayud, Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid, 1975, p. 119. Estos dos trabajos citan a A. ASTRAIN: Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España, t. III: Mercuriana-Acquaviva (1ª parte: 1573-1615), Razón y Fe, Madrid, 1909, p. 222.
8. Agustín RUBIO SEMPER: Estudio documental de las artes en la Comunidad de Calatayud durante el siglo XVII, C.E.B., Zaragoza, 1980, p. 116, documentos 71 y 72, pp. 178-179.
9. Ignacio de ASSO: Historia de la economía política de Aragón, Guara Editorial, Zaragoza, 1983, p. 151.
10. Jerónimo BORAO: Historia de la Universidad de Zaragoza, edición facsímil, Mira Editores, Zaragoza, 1987, p. 183. Blas Mathías SAN JUAN: Catálogo de Dignidades, Canónigos y Prelados de la Santa Iglesia de Zaragoza y su Universidad Literaria, ms., 1770. José YPAS: Catálogo chronológico de los Deanes, Dignidades, y Canónigos del Santo Templo del Salvador de Zaragoza, ms., 1786.

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