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Buscando a Santa Teresa en Roma


'Éxtasis de Santa Teresa', de Bernini

MANUEL ESPADAS BURGOS / JUAN CARLOS GARCÍA ALÍA. Roma La figura de santa Teresa de Jesús, cuyo quinto centenario estamos celebrando, tiene una dimensión que va desde lo puramente religioso y eclesial a lo cultural y, específicamente, al mundo de la creación literaria. La proyección de su obra desborda el marco español o, si quiere, hispánico, y continúa viva y presente en otras dimensiones tanto geográficas como culturales.

Para cualquier visitante de esa ciudad que nunca se termina de conocer que es Roma, una o la primera visita es a la Basílica de San Pedro. A la sorpresa que necesariamente causa su magnificencia arquitectónica siguen muchas otras. Sin duda, una de ellas es que en plena nave central y encima de una de las monumentales pilas de agua bendita hay una estatua de la santa de Ávila, obra del escultor Filippo Valle. Frente a ella, al lado opuesto de la nave, se encuentra la de otro santo español, san Pedro de Alcántara, en este caso obra de Francisco Vergara, un escultor valenciano del siglo XVIII

Pero al visitante no se le agota en San Pedro esa presencia teresiana. Debe recorrer y descubrir Roma. Un barrio con enorme personalidad es el Trastévere -el que está "al otro lado" del río Tíber-, y en él seguirá encontrando a la santa española. En Santa Maria della Scala, el primer templo que la reforma teresiana tuvo en Roma, encontrará una reliquia insigne: un pie de Santa Teresa, que llegó a Roma en 1614, el año de su beatificación.

Como escribe el prestigioso historiador del arte Elías Tormo, "en esta iglesia del Trastévere se ve, se ve bien, un pie. Es un pie acecinado pero íntegro, con piel y uñas, elegante, fino y sutil, en un relicario". La escritora francesa Noèle Maurice Denis, en su guía de Roma, lo recuerda así: "Espectáculo emocionante el de este miembro ennegrecido, mas todavía completo, este pie elegante, saltándose de la sandalia, ¿no contribuyó a desatar todo un movimiento ascético y místico, cuyos efectos son perpetuamente nuevos y vivos entre nosotros?". Tiene además la santa una capilla, la del lado de la Epístola, "de bello y riquísimo lujo, de vigoroso rococó", obra de Govanni Panini, arquitecto del siglo XVIII.

Frescos y esculturas

También en el Trastévere se halla la iglesia que popularmente se conoce como Santi Quaranta, abreviando su largo nombre oficial de Santi Quaranta Martiri e San Pasquale Baylon. En un cuadro del pintor alemán Lambert Krahe (1712 - 1790) se representa a san Pedro de Alcántara dándole la comunión a santa Teresa. También en la sacristía hay un lienzo de tema teresiano. Sin salir del barrio, San Egidio -en español San Gil- es una iglesia de Carmelitas Descalzas. Se la conoce también por Santa María del Carmine. En un lienzo se representa a la Virgen del Carmen entre san José y santa Teresa. Es obra atribuida al jesuita Andrea del Pozzo.

Pero sin duda el monumento teresiano más bello y representativo tanto de la escultura barroca como del pensamiento místico teresiano se encuentra en la iglesia de Santa Maria della Vittoria, construida a partir del triunfo católico en la batalla de la Montaña Blanca (1620), al comienzo de la llamada Guerra de los Treinta Años (1618 - 1648).
La figura religiosa clave para esa iglesia fue la de Fray Domingo de Jesús María, nacido en Calatayud, que vivió en Roma desde 1590, donde introdujo la reforma teresiana del Carmelo.

Durante la guerra, fray Domingo había encontrado una imagen de la Virgen "entre las inmundicias amontonadas en el castillo bohemio de Pilsen". La trajo a Roma y ahora preside la iglesia, obra de Carlo Maderno, donde el conjunto arquitectónico y escultórico más bello y representativo es el altar donde Gian Lorenzo Bernini representó el éxtasis de Santa Teresa, una de las joyas de la escultura barroca.

Sin agotar el tema, quedaría por visitar la iglesia de San Pancracio, regida por carmelitas descalzos y levantada sobre una antigua catacumba a impulso del cardenal Luis de Torres, arzobispo de la sede siciliana de Monreale, que murió en 1609. A la cabecera de la nave derecha se encuentra una capilla dedicada a santa Teresa, donde en un cuadro anónimo que se tiene como obra de Tintoretto se representa el tema del éxtasis de la santa.

El Mundo (28-5-2015)

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