La Comarca de Calatayud
Archivo Bibliográfico - Enciclopedia - Directorio de Empresas - Páginas de Calatayud - Noticias - Tienda - Foro - Tablón de Anuncios

Inicio/ Noticias de Calatayud

Páginas de Calatayud
GEOGRAFÍA E HISTORIA
PATRIMONIO ARTÍSTICO Y MONUMENTAL
LITERATURA
FERIAS, FIESTAS, TRADICIONES
ARTE Y ARTISTAS
BIOGRAFÍAS
TURISMO
HOTELES Y RESTAURANTES
VIAJES
ECONOMÍA
DATOS ESTADÍSTICOS
INDUSTRIA Y COMERCIO
ADMINISTRACIONES PÚBLICAS
SALUD
DEPORTE
TRABAJO
ENSEÑANZA
INFORMÁTICA
ASOCIACIONES Y COLECTIVOS
MEDIOS DE COMUNICACIÓN
VARIOS

Búsqueda de información
Google
PUBLICIDAD

Testamentos

FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO | El 17 de junio de 1548, Agustín Villalba, labrador de Saviñán, otorgó su testamento ante el notario Pedro Gascón. En él dejaba sus bienes a Francisco, mosén Antón, Agustín y Florencia Villalba, hijos suyos y de Polonia Serrano, a Pedro, Juan, José, María y Jerónima Villalba, hijos suyos y de Teresa Castellano, y a Pedro Villalba, hijo suyo bastardo. A su hijo mosén Antón Villalba le dejaba mil sueldos jaqueses, una cama con dos colchones, dos pares de sábanas, dos pares de almohadas y dos mantas. Mosén Antón Villalba entrará de vicario en San Pedro de Saviñán el 22 de noviembre de 1576, por fallecimiento de mosén Cebrián Serrano.

El 26 de septiembre de 1602, mosén Antón Villalba, estando enfermo, aunque con buen seso y firme memoria, entregó al notario Pedro Gascón una plica cerrada, cosida con hilo blanco y sellada con ocho sellos de oblea blanca, diciendo que era su último testamento. Estaban presentes como testigos Juan de Sediles mayor, labrador, y Juan de Aguerrizabal, maestro de niños. Los jurados del pueblo debían abrir el testamento en la misma casa de Mosén Antón, una vez que falleciera el vicario. Y el 31 de enero de 1602, en esta casa, que confrontaba con casas de los herederos de Francisco Villalba y de Ana Gascón, con olivar de Tristán Muñoz de Pamplona y con calle pública, y ante el notario Pedro Gascón y los jurados Francisco García y Bartolomé de Borja, comparecieron el maestro Lorenzo Magallón, beneficiado más antiguo de San Pedro, y mosén Pedro Garcés, regente de la vicaría, como ejecutores del testamento de mosén Antón, y su sobrino Martín de Moros, vecino de Calatayud. De testigos actuaron Diego González y Pedro Terrer, mayores en días y vecinos del lugar, que dijeron haber visto muerto el vicario y enterrado en la iglesia de San Pedro. Y a la vista de todos el notario abrió la plica y leyó el testamento. Mosén Antón había instituido dos capellanías en el altar y capilla de San Antonio Abad, que debía hacerse en San Pedro con "toda pulicia y suntuosidad", con reja de madera torneada, tomando de sus bienes lo necesario. De una jarra de plata se haría un cáliz, tomando también dos aguamaniles y un arca de madera de nogal para colocar en ella los ornamentos de la capilla. Los jurados del lugar serían sus patronos, que elegirían a los capellanes de entre los descendientes de sus hermanos, a quienes nombraba herederos de sus bienes, junto a sus sobrinos. A su sobrino mosén Agustín Villalba le dejaba todos sus vestidos y algunas heredades. A su ama Isabel de Vera le dejaba de gracia especial, "y por buenos, y agradables servicios", un huerto en Carcenique, que había comprado a Miguel Ximeno, para que lo disfrutara mientras viviera y cuando muriera sirviera, junto a otra parte de su herencia, para casar huérfanas y pobres de parientes suyos. También de dejaba a su ama una cama de ropa con un colchón, el paramento que estaba en el aposento de arriba y toda la ropa necesaria. Mientras viviera debía recibir anualmente dos cahíces de trigo y dos almudes de vino o de mosto. También le dejaba su casa para que se sirviera de ella en vida, pagando un censo a Tristán Muñoz de Pamplona de 12 sueldos anuales, y una mesa pequeña de pie, que estaba hecha con la tabla de un trillo. Los ejecutores del testamento del vicario debían dar a su ama seis gallinas y un gallo del corral de sus casa, y toda la harina que hubiera en la casa al fallecimiento de mosén Antón, además de la artesa de masar, la panera, una tabla del horno, las maseras y bancales de llevar la masa al horno, además de los platos, escudillas y ollas de tierra que quisiera tomar de su casa, un capazo grande, una tinaja vieja para el aceite, una taza de plata, un arca de pino que había en su estudio, sin nada de lo que contenía, un caldero de alambre, su ropa azul y parda, una silla pequeña de mujer y otra de las grandes, un banco y toda la leña, fruta y legumbres que se encontraran en casa al tiempo de la muerte del vicario. Los ejecutores encontrarían en su casa un libro, donde hallarían el tiempo que hacía que le servía el ama y lo que le pagaba regularmente, para que a razón de ello se liquidara lo que se le debiera.

Mosén Antón Villalba, de 90 años de edad, murió la noche del 28 de enero de 1602 degollado en su cama mientras dormía. De la misma manera murió su ama Isabel de Vera, de 69 años, que tenía un hijo llamado Matías Álvarez. Al día siguiente el cuerpo del vicario se depositó en su capilla y carnerario que debía hacerse en la parroquial de San Pedro. En 1777 se inició un pleito entre mosén Miguel Velilla y Aranda, nacido en Saviñán en 1726, donde eran sus padres molineros, y mosén Antonio Gracián y Villanueva (1722-1797), para ocupar una de las dos capellanías de San Antonio Abad, vacante por fallecimiento de mosén Ubaldo de Afuera. El pleito lo ganó en un principio mosén Miguel Velilla, pero en una segunda sentencia de 1779, los derechos de mosén Antonio Gracián valieron más que los de su contrincante.


Altas/Modificaciones - Contacto - Información
© Calatayud.org 1999-2015