Covento de la Concepción
El convento de las Madres
Concepcionistas de Miedes fue fundado a petición de la Comunidad
de Calatayud en dicho lugar en 1613. En el libro de Ordinaciones,
Capitulaciones y Concordias para la fundación del Convento, encontramos
una disposición dada por el Procurador General, en presencia del
Comisario Real, en la cual se estipulaba que "las catorce mil libras que
están cargadas sobre la Comunidad y que su majestad ha mandado dar
a la misma Comunidad, en paga de lo que le devia, sirva para el monasterio
de monjas que se ha comenzado a fundar en dicha Comunidad, empleándose
las rentas della en dicho monasterio".
Más adelante la Comunidad
se comprometía a dar anualmente para mantenimiento de dicho
convento lo siguiente: "ochenta cayzes de trigo y veynte y cinco alquezes
de vino" distribuyéndose la paga de los mismos entre los distintos
pueblos y lugares que forman dicha Comunidad.
Se estipula que el emplazamiento
del convento debía hacerse en el lugar de Miedes "en la Yglesia
y Hermita del Señor San Blas con el sitio necesario y a ella añexo
y conjunto, como está trazado, con los amplíos que serán
meneste... Item más, asigna al dicho convento la güerta que
fuere necesario".
Pese a todas estas disposiciones
y buena voluntad por parte de todos para cumplir con todo lo concerniente
a la edificación del convento e iglesia, sin embargo no debió
de edificarse más que el ala derecha del convento, ocupada por las
dependencias del mismo, teniendo las monjas que acudir, para realizar sus
rezos a la ermita de San Blas según se hace constar en un memorial
que la Abadesa elevó al rey Carlos II en 1665, en el cual se da
cuenta de los avatares sufridos por dicho convento hasta la fecha arriba
indicada.
Así estuvieron las
obras hasta el 5 de septiembre de 1668, fecha en que la Abadesa del convento
de la Concepción de Miedes, sor Francisca Melendo, contrató
con los obreros de villa Diego de Mendoza y José Gassén Aznar,
vecinos de Calatayud
y Zaragoza respectivamente la continuación de las obras, ente el
notario de Maluenda
Martín Sissamón.
Una vez descrito en el documento
lo que ambos oficiales debía hacer, se estipuló que mientras
durasen las obras debían de estar al frente de ellas, por lo menos,
uno de los oficiales, siendo aconsejable que permaneciesen los dos. Esta
obra debía estar acabada el 15 de agosto de 1670.
El pago de la obra se efectuaría
de dos formas distintas: por un lado se pagaría la obra de mampostería,
es decir todas las paredes que integran dicha obra a razón de "seis
reales y medio por cada una tapia, alto con baxo y ancho con estrecho".
Por todo lo demás, que no fuese lo indicado más arriba, dicho
convento se comprometía a pagar mil trescientas veinticinco libras
repartidas de la siguiente manera: el 1666 pagaría el convento trescientas
libras; en 1667 se pagarían quinientas cincuenta libras por
lo que se realizase "assi mamposteria como lo que no lo es"; al año
siguiente, 1668, se pagaría la misma cantidad y por el mismo concepto;
los mismo en 1669, y en 1670, fecha de entrega de la obra, otras quinientas
cincuenta libras, la mitad de las cuales se pagarían el día
que fuese entregada la obra y la otra mitad al año siguiente.
En la actualidad la iglesia
y convento tienen planta en forma de L. Dicha iglesia orientada al norte,
es un edificio con planta en cruz latina, y capillas entre los contrafuertes
comunicadas entre sí, sobre las que descansa una tribuna abierta
a la nave central. La nave central exceptuando los dos tramos de los pies
cubiertos con cúpula semiesférica, y los brazos del crucero,
se cubren con bóveda de lunetos profusamente decoradas con motivos
vegetales pintados al fresco y no con las labores de lacería que
se estipulaba en el contrato. Se cierra la iglesia con cabecera plana cubierta
con bóveda de lunetos, decorada con los mismos elementos que los
empleados en los distintos tramos de la nave central. El crucero se cubre
con cúpula semiesférica con tambor, sobre pechinas, decoradas
con cuatro imágenes que presentas a San Blas, San Antonio, San Jerónimo
y una santa de difícil identificación. Las capillas laterales
se cubren con bóvedas de lunetos.
Al exterior se nos muestra
como un edifico uniforme, de forma rectangular, no manifestándose
el crucero. Las paredes, realizadas con mampostería, arrancan de
un zócalo de sillería, en las que se han abierto las correspondientes
ventanas; están rematadas, dichas paredes, por un alero de ladrillo
formado por listel, cuanto de bocel, liste, y gola o cimacio. (Agustín
Rubio Semper)
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